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Los Colibris En El Peru

9 de Febrero de 2015

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LOS COLIBRIES EN EL PERÚ

I.- INTRODUCCION

El Perú es uno de los países mega diverso de la tierra dentro del grupo de los diecisiete países tropicales de Asia, África, Oceanía, América, identificados con el centro del monitoreo de la conservación del ambiente del programa de la Naciones Unidad para el Medio Ambiente. Así mismo nuestro país se encuentra ubicado en el Neotropico la región biogeográfica tropical del continente Americano que incluye las más asombrosas selvas tropicales y subtropicales del mundo, las cuales son el hogar de diversos pueblos indígenas y aborígenes y una fauna autóctona no vista en otros lugares como los monos platirrinos, chinchillas, zarigüeyas y una variedad sorprendente de coloridas aves.

Los colibríes son las aves son las aves nectarias endémicas del Neotropico, su amplio ámbito de distribución abarca América del Sur, América Central, las Antillas y algunas zonas de Estados Unidos de Norteamérica y México excluyendo la Región Andino Patagónica de Sudamérica, cuya ecozona corresponde a la Antártida, estas diminutas aves han coevolucionado en estrecha relación simbiótica en la que polinización ornitofilia que llevan a cabo la regeneración de semillas como consecuencia, logra mantener la regeneración natural de nuestros ecosistemas y la vida dentro de ellos

Actualmente la frágil y compleja biodiversidad que alberga nuestro territorio está afrontando unos de los desafíos más grandes impuestos por el crecimiento desmedido de la población. Las demandas crecientes de agua, alimento y suelo están ocasionando la fragmentación de nuestros ecosistemas con su consiguiente degradación, tornándose en una de las principales causas del ingreso de nuestras especies de flora y fauna silvestre a listas rojas nacionales e internacionales, que nos indican que su estado de conservación es cada vez más amenazado y que algunas incluso afrontan el riesgo crítico de la extinción.

Los colibríes del Perú, sobre todo los endémicos no son ajenos a esta realidad. Sus poblaciones se han visto drásticamente reducidas por deforestación, quema de pastos y matorrales, introducción de especies forestales exóticas, apertura de vías de acceso, crecimiento urbano, entre otras. Sin colibríes polinizadores y rehabilitadores de ecosistemas, no tendríamos oportunidad de lograr conservar nuestros recursos biológicos, por lo que sí queremos mantener en buen estado nuestros bosques tenemos que proteger a estas especies de aves claves en la regeneración natural de nuestros vulnerables sistemas ecológicos.

Figura 1: Aglaeatis cupripennis

II.- TAXONOMÍA DE LOS COLIBRÍES

Los colibríes pertenecen al Orden Apodiformes (cuyos vocablos griegos a, “sin” y” podos pies) hacen referencia al pequeño tamaño de las patas.

La Familia Trochilidae engloba a las aves más pequeñas del mundo, conocidas como colibríes o picaflores y ermitaños, caracterizados específicamente por su modo e volar, sus hábitos alimenticios y sus peculiares adornos y coloridos plumajes. Existen un promedio de 342 especies a nivel mundial.

2.1.- Se presentan dos subfamilias:

a. Trochilinae:

Colibríes o quindes, cuyos dedos a diferencia de los ermitaños son separados además de poseer plumas de dirección cortas. Su plumaje iridiscencia. El colibrí más pequeño del mundo se llama Mellisuga helenae “zunzuncito cubano” (5.5 cm desde el pico a la cola), y el más grande es el Patagona gigas “colibrí gigante” que habita el Perú (25 cm desde el pico a la cola)

b. Phaethornitinae:

Los ermitaños se diferencian de los colibríes por presentar los dedos delanteros pegados en la base, y sus plumas de dirección muy largas. Su plumaje no presenta iridiscencia y sus colores van desde los rojizos hasta los grises. Sus picos son alargados y curvados, adaptados perfectamente a las heliconias o platanillos de los bosques tropicales de Sudamérica y Centroamérica.

Figura 2: Colibri “Cometa ventigris”

III.- ADAPTACIONES MORFOLÓGICAS DE LOS COLIBRÍES A SU HÁBITAT

La adaptación biológica de un organismo puede involucrar la evolución de un proceso fisiológico, de un rasgo morfológico o de patrones en el comportamiento a través de procesos de selección natural, los cuáles le permiten incrementar las posibilidades a largo plazo para reproducirse y perpetuar su especie, en ese medio específico.

Los organismos como los colibríes presentan un evidente proceso de adaptación morfológica, es decir a lo largo de miles de años, estas aves han transformado su anatomía con la finalidad de lograr sobrevivir a su medio y de alcanzar el éxito reproductivo de su especie, mediante el alcance de una de las sustancias dulces más importantes de la naturaleza: el néctar.

Es así que las poblaciones más interesantes de colibríes las encontramos en aquellos ecosistemas del Neotropico donde la cantidad de néctar disponible por las plantas es elevado, y observamos su ausencia en ecosistemas como los marinos costeros y las zonas más elevadas de los nevados perpetuos de la Cordillera de los Andes, donde las especies de flora con flores ornitófilas no existen.

3.1.- Algunas de las adaptaciones se describen a continuación:

a. Pico y lengua

El aparato bucal de las aves son los picos, y existen tantos tipos de picos como modos de alimentación en las aves. Esta estructura queratinosa, sustancia que forma además las uñas, garras y caparazones de otras especies; es una estructura delgada y aguda como “punzón” en los colibríes, llamada terete, el cual les permite no sólo alimentarse del néctar sino también atrapar diminutos insectos en vuelo.

El pico de estas aves ha co- evolucionado con la estructura floral de las plantas del Neotropico, mostrándonos una compleja y delicada relación simbiótica de codependencia, llegando a ser muy específica en el caso de Eutoxeres y las flores de heliconia.

Algunas especies de colibríes presentan picos aserrados, lo cual contribuye con el “robo de néctar”, mediante el cual el ave perfora las estructuras de la flor hasta llegar al néctar, pero sin realizar la polinización.

La lengua de los colibríes es sorprendente. El tamaño de este apéndice puede llegar a tener el doble de largo del pico, y no es necesario que este esté abierto, para que el colibrí la saque al exterior.

Cuando el colibrí reposa, la larga lengua enrola y rodea al aparato hioides, el cual mediante el movimiento muscular permite que el colibrí la mueva hasta unas 20 veces por segundo, de modo que pueda captar el néctar.

La punta de la lengua es bifurcada o bífida, similar a la de las serpientes. Esta adaptación es importante desde el punto de vista de la capacidad del ave para colectar el néctar y enviarlo hasta la garganta.

Figura 4: Adaptaciones morfológicas

Figura 3: Diferentes tipos de picos

Figura 4: Lengua bífida de los colibríes

b. Alas y vuelo

El vuelo de los colibríes es uno de los más sorprendentes en todo el reino animal. La velocidad del movimiento alar depende del tamaño de ave, es así que los vuelos más lentos similares a los de una golondrina se observan en Pterophanes cyanoptera y vuelos tipo zumbidos que se confunden con el de aberrojos han sido reportados en pequeños como Mirmya micrura.

Las alas del colibrí son su único medio de transporte, compensando la pequeñez de sus patas no aptas para trasladarse de un lugar a otro.

Figura 5: Vuelo del colibrí

El movimiento alar dibuja un “8” invertido, lo que le permite tener la habilidad de quedarse suspendido en el aire, en el mismo sitio, por el tiempo que le tarde la alimentación. A este tipo de vuelo se le conoce como “levitación sostenida” y sólo es vista en este tipo de aves.

Para lograr este asombroso vuelo, y conseguir alimentarse cada diez minutos, los músculos pectorales han adquirido la suficiente fuerza como para aletear en promedio unas 80 a 90 veces por segundo.

Asimismo el corazón que posee es relativamente grande en comparación con su diminuto cuerpo, y algunos autores afirman que sus latidos pueden llegar de 1000 a 2000 veces por minuto.

Los colibríes presentan elevados requerimientos de energía, como consecuencia de su acelerado metabolismo generado por el aleteo incansable. Estas aves tienen que alimentarse cada 10 minutos y alimentan a las crías hasta 2 veces por hora, consumiendo un adulto de acuerdo a algunos autores entre 3 y 5 veces su peso de néctar al día.

Para ahorrar esta energía que se gasta en vuelo, los colibríes prefieren no salir alimentarse en las horas de mayor insolación, prefiriendo las primeras horas matutinas, las del medio día y las del atardecer, sin embargo aprovechan muy bien los momentos en que el sol es cubierto por nubes.

Por las noches los colibríes ingresan a sus sueños profundos conocidos como torpor diario, en donde los latidos del corazón disminuyen al mínimo, la temperatura corporal se asemeja a la del ambiente y el ahorro de energía durante estas horas es el que le permite al colibrí sobrevivir hasta el día siguiente.

c. Patas especiales

Los

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