Madres Comunitarias

La sociedad colombiana se desenvuelve dentro de un proceso de cambios en las relaciones entre el capital y el trabajo, bajo el imperio de un modelo de acumulación hegemónico de carácter neoliberal, transnacional y supraestatal. Esta situación, conduce a serias deformaciones que se articulan con rezagos precapitalistas que confluyen, a partir de los noventas, en la consolidación de mencionado modelo, en detrimento de las condiciones laborales para los trabajadores colombianos, conllevando la perdida de los ingresos en la mayoría de ellos, con la consolidación de contratos injustos e inequitativos con respecto a las capacidades laborales; lo cual conduce a una perdida creciente de la calidad de vida, desmejoras en el consumo interno de los hogares; aspectos que se conjugan con la degradación del ambiente social y político, que atentan contra los Derechos Humanos del conjunto de la población.

Reconociendo la situación mencionada anteriormente es prioritario y necesario propender por buscar cambios en el orden social, económico y político que abarquen la calidad de la educación y comprensión de la realidad por parte de los trabajadores que estimulen la capacidad de organización y articulación de los mismos. Es ahí donde se hace necesario generar e incentivar estudios y procesos de educación que eleven la concientización de clase, de entendimiento de la relación que existe entre el poder imperante, las condiciones sociales y las formas que asume el movimiento económico, que se desarrolla en el país.

Es así, que como objeto y centro de estudio, nos centraremos en un sector laboral que existe en Colombia, llamado el de las madres comunitarias, las cuales tienen limitaciones para acceder al sistema pensional, en salud y otros.

2. Justificación del estudio del problema:

A pesar, que en la mayoría de los indicadores de desarrollo humano se han dado mejorías destacables, respecto a países similares, Colombia muestra atrasos significativos, en especial en la distribución de los factores de producción e ingresos, falencias en la calidad de la educación, cobertura en salud, creación de empleo justo y posibilidad de acceso a vivienda digna.

Estos atrasos significativos están relacionados con la consolidación del modelo de acumulación neoliberal, supraestatal y transnacional con las formas de acumulación pertinentes, a partir de los años 1989-1991, que ha conllevado a cambios sustanciales en el modo de producción y contratación laboral, en detrimento de la organización de trabajadores en sindicatos y formas de agremiación. Esto conlleva una inequitativa correlación de fuerzas entre capitalistas y trabajadores; lo cual, conduce a la concentración de la riqueza de la nación en manos de unos pocos, y aumenta la brecha en desigualdad social y económica.

En esta dirección consideramos apropiado investigar las relaciones entre el capital y el trabajo, a favor de una sociedad más equitativa y justa. Entre ellas las madres comunitarias o agentes educativas existentes a nivel nacional desde inicios de 1979, actualmente a nivel país existen 77.000, el caso de Bogotá 7.000, donde están distribuidas por localidades, como lo muestra la localidad 8 de Kennedy donde actualmente existen 873 madres comunitarias, quienes atienden 14 niños en cada unidad conformadas a través de una Asociación de padres de familia las cuales no superan 25 unidades, y donde existe una vinculación con el Instituto Colombiano Bienestar Familiar (ICBF), mediante un contrato de aportes como única figura exclusiva de contratación a nivel nacional , es decir no existe en otra entidad.

Los Agentes Educativos, en su calidad de madre o padre comunitario, así como de las demás personas u organismos que participan en la modalidad, realizan un trabajo solidario como contribución voluntaria al desarrollo del servicio. Por consiguiente, dicha contribución no implica relación laboral del agente educativo con las entidades contratistas ni con las entidades públicas que participen en la operación del mismo.

Según lo contempla el Decreto 1340 de 1995 - ARTÍCULO 4o. La vinculación de las madres comunitarias, así como la de las demás personas y organismos de la comunidad, que participen en el programa de "Hogares de Bienestar", mediante su trabajo solidario, constituye contribución voluntaria, por cuanto la obligación de asistir y proteger a los niños, corresponde a los miembros de la sociedad y la familia; por consiguiente, dicha vinculación no implica relación laboral con las asociaciones u organizaciones comunitarias administradoras del mismo, ni con las entidades públicas que en él participen.

Es de allí donde iniciara nuestra investigación, ya que parte de esta gran problemática que viven actualmente las madres comunitarias no solo de nuestra localidad 8 de Kennedy si no a nivel país se desprende desde la forma de vinculación laboral que ellas tienen desde la creación de este programa.

Con lo anterior, poder identificar toda la normatividad que se ha derivado

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