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Manejo Y técnicas De Cultivo En Uva De Mesa Apirena

miguel.0918 de Mayo de 2015

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Introducción

El futuro del sector de la uva de mesa pasa por el cultivo de variedades

apirenas (sin semillas) que son las más apreciadas por el consumidor.

En la actualidad España es el primer productor europeo de uva de

mesa apirena. La mayor parte de la supercie se concentra en la Región

de Murcia, que cuenta con alrededor de 3.000 ha. La producción de

apirenas se destina principalmente a la exportación (78.000 t en 2011),

alcanzando un valor en el mercado de 122 millones de euros. La competencia

de terceros países como Marruecos o Egipto nos conduce a

concentrar nuestra producción en los meses de octubre, noviembre y diciembre

con variedades tardías. Las variedades más ampliamente cultivadas

en España son ‘Crimson seedless’ y ‘Superior seedless’. También,

aunque en menor medida, se cultivan otras variedades como ‘Autumn

Royal’ o ‘Flame seedless’. Es preciso introducir nuevas variedades más

tardías que cubran este hueco.

En Almería actualmente hay cultivadas algo más de 100 ha de uva de

mesa con una producción en torno a las 2.500 t, principalmente de variedades

tradicionales con semilla (‘Ohanes’, ‘Napoleón’, ‘Italia’, ‘Victoria’).

Hace no más de 30 años la supercie era de 7.000 ha y la producción

alcanzaba las 75.000 t. En tales circunstancias podemos armar que el

sector prácticamente ha desaparecido. No se ha producido el adecuado

cambio varietal. Las variedades sin semilla precisan de técnicas de cultivo

diferentes a las variedades tradicionales con semilla, y si estas no se

realizan de manera adecuada, no se obtienen los resultados esperados.

Los intentos en algunas ocasiones de cultivar variedades apirenas se

han frustrado por diversos motivos, entre otros la falta de conocimiento

de estas peculiaridades.

Este documento pretende recoger el manejo y las técnicas de cultivo

especícas que deben realizarse a lo largo del ciclo de cultivo de la uva

de mesa apirena, centrándose en los siguientes aspectos:

yy Poda de fructicación.

yy Operaciones en verde.

yy Técnicas para mejorar la calidad del racimo: aclareo y engorde.

yy Maduración y recolección.

yy Operaciones para mejorar la calidad de los racimos durante la

maduración.

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Documentos Técnicos [nº 06]

2. Poda de fructicación

El sistema de formación más extendido para la producción de uva

de mesa apirena en España es el parral. Esta estructura está constituida

por un tejido de alambre horizontal situado a unos 2 m de altura, y sujetado

por diferentes postes (esquineros, puntales y pies derechos). La vid

se conduce formando un tronco recto con cuatro brazos principales que

portan las varas con los racimos. Generalmente la parra alcanza la plena

producción al cuarto año desde la plantación.

Cada vez es más común el empleo de una estructura de malla, que

se coloca sobre el emparrillado formando una capilla sobre cada línea de

cultivo. También se puede cubrir con una lámina de plástico con el n de

adelantar o retrasar la recolección.

Sistema de conducción de uva de mesa en parral

Estructura de malla típica para la producción de uva de mesa apirena en la Región

de Murcia

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Manejo y técnicas de cultivo en uva de mesa apirena

2.1. Objetivos de la poda

El objetivo principal de la poda de fructicación es conseguir una producción

en cantidad y calidad que se mantenga constante en el tiempo,

campaña tras campaña. Para ello hay que asegurar un equilibrio entre el

crecimiento vegetativo (brotes y hojas) y la fase reproductiva (cosecha).

Además la poda debe de mantener el tamaño y la forma de la parra obtenida

con la poda de formación, en función al marco de plantación asignado.

Los principios básicos de la poda de fructicación son:

yy Limitar la producción de la parra para mejorar la calidad de la

cosecha, es decir, adecuar la cantidad de racimos a las posibilidades

de la parra (ajuste de la carga). Se realiza mediante la

eliminación de un porcentaje de sarmientos, y si es necesario se

complementa más tarde con un aclareo de racimos. Lógicamente

esta intervención supone una pérdida en producción, pero es

imprescindible para obtener racimos de calidad.

yy Asegurar la renovación de órganos fructíferos (varas). Para obtener

cosechas de calidad regularmente hay que actuar favoreciendo

la renovación de las varas (uveros o cargadores) que

soportarán la cosecha la siguiente campaña.

yy Distribuir la carga y la vegetación de la planta formando parrales

simétricos y equilibrados con una adecuada distribución de los

racimos alrededor del tronco.

yy Limitar el tamaño de la parra ajustado al marco de plantación

establecido.

2.2. Elementos de la poda

En una parra podemos distinguir:

yy El tronco y los brazos compuestos de madera vieja (de más de

dos años), que constituyen el soporte principal de la planta y no

están sometidos a renovación.

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yy La madera de poda o elementos de poda, (la madera que queda

tras la poda de cada año), que son ramos de un año (se formaron

el año anterior) y van sobre los brazos o el tronco. Si la poda es

larga, a esta madera se la denomina vara (cargador o uvero), y si

es corta, se la denomina pulgar (brocada).

Sobre esta madera se desarrolla la madera del año, los brotes, que

cuando son herbáceos de denominan pámpanos, y cuando se lignican

pasan a llamarse sarmientos o madera del año. Cuando los brotes aparecen

sobre madera vieja, se denominan chupones y cuando aparecen

a partir de otros pámpanos se les llama nietos o ramos anticipados.

Elementos de poda

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Manejo y técnicas de cultivo en uva de mesa apirena

2.3. Época de realización de la poda

La poda de fructicación es una poda en seco, que se realiza en

invierno con la parra en reposo, una vez que ha tenido lugar la caída de

las hojas y los brotes están bien lignicados (sarmientos), y antes de que

se inicie la brotación de las yemas (diciembre-marzo).

Si la madera no está bien lignicada, no se ha producido la adecuada

acumulación de reservas y las yemas brotarán irregularmente y con

escaso vigor.

Las podas precoces inducen una brotación temprana de las yemas

y son adecuadas para variedades precoces en zonas libres de heladas

primaverales. Las podas tardías son aconsejables para variedades tardías

y zonas con riesgo de heladas primaverales y en general retrasan la

brotación de las yemas y mejoran su fertilidad.

En variedades precoces y vigorosas se puede realizar una prepoda,

que consiste en la eliminación de los brotes que no van a ser seleccionados

como madera para el año siguiente, cuando éstos están aún en fase

de lignicación. De esta forma se persigue que las reservas se acumulen

en aquellos pámpanos que van a soportar la cosecha de la próxima campaña,

mejorando su calidad.

2.4. Nivel de poda

El nivel de poda es el número de yemas que dejamos en la parra,

también denominado carga, y va a determinar la producción futura. La

carga óptima será aquella que resulte en el mayor número posible de

racimos de buena calidad año tras año. Con la poda limitamos el número

de yemas, por lo que disminuimos el número de brotes y por tanto el nú-

mero de racimos. De esta forma aumentamos el vigor de dichos brotes,

por lo que los racimos serán más grandes y de mejor calidad. Si la poda

es excesiva limitamos demasiado el número de brotes y estos tendrán

un vigor exagerado, mientras que la producción y la calidad se ven seriamente

mermadas. Por el contrario cuando la poda es insuciente, el

número de brotes es demasiado alto y el vigor de estos es menor, lo que

provoca que aunque tengamos un mayor número de racimos, estos sean

pequeños y de menor calidad.

Si al nal de una campaña la planta tiene una buena producción y el

vigor es normal, la carga debe mantenerse ya que hay un buen equilibrio

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Documentos Técnicos [nº 06]

entre en crecimiento vegetativo y la producción. Por el contrario, si la parra

tuvo un crecimiento muy vigoroso, se debe aumentar la carga, dejar

más madera, para controlar el vigor e incrementar la producción, mientras

que si el crecimiento fue débil deben dejarse menos yemas, reducir la

carga, para favorecer el crecimiento de los brotes y aumentar el vigor. Por

tanto podas fuertes vigorizan la planta a expensas de la producción, mientras

que podas suaves incrementan la producción a expensas del vigor.

Es decir, en función de la cosecha esperada y conociendo la fertilidad y la

capacidad de brotación de las yemas podemos estimar la carga óptima.

2.5. Criterios de poda

Una vez determinado el nivel de poda o la carga óptima, tenemos

que intervenir sobre los elementos de poda

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