Maquillaje

El lápiz labial es un producto que usualmente viene en barritas de colores y que las mujeres suelen utilizar para embellecer, agrandar y hacer relucir sus labios no es un invento reciente… hace miles de años los seres humanos empezaron a usarlo.

Se sabe que este producto nació hace miles de años. Sin embargo, los primeros registros de su importancia y utilización surgieron alrededor del año 5000 a.c. en Babilonia.

En ese entonces algunas joyas semipreciosas fueron machacadas y aplicadas en los labios y de vez en cuando alrededor de los ojos.

Cleopatra, la reina más famosa de Egipto, usaba escarabajos carmín aplastados para manchar sus labios con una sombra vibrante de rojos.

Los labiales se hicieron populares en el Siglo 16 gracias a la Reina Elizabeth I de Inglaterra y sus damas de la corte quienes coloraban sus labios con una mezcla de cera de abejas y sulfuro de mercurio rojo.

El primer labial con base giratoria salió al mercado en 1915.

Una mujer promedio consume entre 1,8 a 2,7 kilos de labial durante su vida al humedecer sus labios con su lengua.

Durante la época de oro Islámica, el físico árabe Andalusian y el químico Abu al-Qasim al-Zahrawi (Abulcasis) inventaron los labiales sólidos que consistían en perfume y otros ingredientes basado en hongos. La descripción escrita del proceso se encuentra en su enciclopedia de medicina y cirugía, el Al-Tasrif.

En 1770 el parlamento británico aprobó una ley donde las mujeres que usaran labiales pueden ser juzgadas por brujería.

Dos perfumeros franceses reemplazaron aquella especie de pomada por sebo de ciervo y cera de abejas, y la presentaron envuelta en papel de seda con forma de lápiz en la Exposición Mundial de Ámsterdam, el 1 de mayo de 1883.

La historia de este cosmético no fue siempre color de rosa. Al principio, el carmín tenía mala fama, se asociaba a prostitutas y bailarinas de dudosa moral. La famosa diva francesa Sarah Bernhardt lo apodaba “stylo d’amour” (lápiz del amor), y además, en aquellos comienzos adquirir una barra de labios era un auténtico lujo, casi impagable. Su popularidad no se cimentó hasta los años 20 del nuevo siglo, de la mano del cine mudo.

El estilista de estrellas Max Factor inventó los labiales gloss ó brillo en 1930.

La popularidad de los labiales aumentó durante la Segunda Guerra Mundial gracias a la industria del cine. El uso de maquillaje se volvió cosa común para las mujeres.

En 1950 el químico norteamericano Hazel Bishop desarrolló el primer labial en formato de barra y que no deja manchas al besar.

El lápiz de labios regresa en su rojo original, puntal para su 130 cumpleaños. “El rojo ha vuelto en masa”, dice una dependienta en las galerías Lafayette de Berlín. La actriz Dita von Teese, musa del nuevo burlesque, lo ha vuelto

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