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Metodologia

shuka019317 de Septiembre de 2014

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Capítulo 1

Introducción: El investigador y la construcción de conocimiento científico

Elssy Bonilla Castro, Jimena Hurtado Prieto y Christian Jaramillo Herrera

Investigación-investigador

En el diccionario encontramos que un investigador es quien investiga. Es decir, quien hace diligencias para descubrir algo, o bien quien adelanta actividades intelectuales y experimentales sistemáticamente para avanzar en el conocimiento de una materia. La definición es suficientemente amplia para cubrir a cualquier persona que por cualquier razón busca entender alguna cosa.

Dentro del lenguaje corriente asociamos la palabra investigador a quien se dedica profesionalmente a la investigación. Este uso no restringe el significado: la investigación es suficientemente amplia como para cubrir toda la actividad que implica descubrir, observar, sistematizar, describir y explicar.

Todos los seres humanos somos investigadores ocasionales en nuestra vida cotidiana como parte de nuestro trabajo, de nuestros intereses personales o simplemente por curiosidad.

La investigación tiene valor agregado en la medida en que lo que se aprende es más que la simple suma de la información recolectada. La creación de valor agregado es inherente a la manera como las personas aprehendemos un tema, y marca el fin de la investigación ocasional.

Aunque investiguen ocasionalmente, no todas las personas son investigadores. Al investigador no le basta con informarse sobre un tema y agregar valor para uso personal: debe comunicar lo aprendido. De manera que sus pesquisas y sus resultados sean accesibles a los demás.

Breve historia del oficio del investigador

La investigación se convierte en un oficio con la profundización de la división del trabajo en la sociedad. Más o menos hasta el siglo XVII, la investigación y sus resultados eran producto de personas relativamente aisladas cuya ocupación principal no eran necesariamente la reflexión, la especulación y la experimentación. La investigación se convierte en un oficio de tiempo completo sólo cuando la sociedad tiene los recursos suficientes para permitir que de sus miembros se dedique todo el tiempo a la reflexión especulativa, y la ciencia se empieza a ver como un instrumento fundamental para el progreso. A partir de entonces es cuando comienza una reflexión conjunta y sistemática con reglas y procedimientos bien definidos. Esta especialización lleva a la constitución de una comunidad investigativa, y más particularmente de una comunidad científica separada – mas no aislada- del resto de la sociedad. En ese momento aparece la distinción entre una persona curiosa, un investigador ocasional y un investigador profesional, distinción que perdura hasta el día de hoy.

Tenga o no un título profesional o un trabajo académico, investigador es quien estudia metódicamente un tema con el fin de crear conocimiento. Esta definición cubre a los sospechosos de siempre, los científicos, pero sobre todo también da espacio a gran variedad de personas que no suelen verse a sí mismas como investigadores.

Son investigadores también los abogados, periodistas, analistas de bolsa, consultores corporativos, chefs experimentales, publicistas, escritores y artistas. La diferencia entre unos y otros es de grado, y radica en su formación académica y su entrenamiento conceptual y metodológico; los científicos pueden ser más sofisticados (no siempre) en la medida en que deben ser rigurosos, pero los fundamentos de la construcción de conocimientos son similares.

No toda investigación se realiza en el contexto de una ciencia, por supuesto, pero la creación de conocimiento científico se ha convertido en el modelo a emular en investigaciones de todo tipo. Un modelo forzosamente platónico, porque en la práctica la ciencia se ha distanciado del público no científico, de manera que éste no sabe en realidad qué hacen los científicos.

La versión estándar del quehacer científico que el público general ha recibido es abiertamente positivista: llena de laboratorios poblados por figuras inexorables de bata blanca, cual máquinas geniales que producen hipótesis, las contrastan y anuncian veredictos que dan luz a teorías y más hipótesis, y que se acercan cada vez más a la Verdad. En particular, es una versión que ignora que el método científico es inherentemente maleable. Por un lado, porque las restricciones del proceso de conocimiento de la realidad exigen flexibilidad y disposición a innovar. Pero sobre todo porque la ciencia es un producto social, sobre el cual inciden los intereses- no siempre científicos- de los diferentes actores involucrados.

A pesar de las discusiones en epistemología de la ciencia han superado la imagen positivista, tal que aún la cara que la comunidad científica presenta al mundo exterior.

Epistemología

La epistemología hace referencia a la filosofía de la ciencia, es decir, al estudio de la ciencia, de sus criterios y de sus fundamentos. Corresponde al “estudio crítico de principios, hipótesis y resultados de las diversas ciencias, destinadas a determinar sus origen lógico, su valor y su alcance objetivo” (Lalande 926:293).

Durante la mayor parte del siglo XX las epistemologías eran de carácter normativo; la reflexión crítica sobre la ciencia se tornaba en una explicación de cómo se deberían hacer ciencia. Entre las corrientes más conocidas de la epistemología se encontraban el positivismo y el falsacionismo de Karl Popper. Estas dos corrientes son consideradas como epistemologías normativas pues establecían el deber ser de la ciencia: cuáles eran los criterios y las normas que debían aplicar los investigadores si querían que su trabajo clasificara como científico. El positivismo, por ejemplo, sostenía que la ciencia debía limitarse a la descripción del mundo y que toda teoría científica debía ser contrastada y verificada por fenómenos reales. Popper construye sobre las críticas a esta posición, sostiene que es imposible verificar plenamente una teoría o una hipótesis. El criterio positivista es demasiado exigente y se torna irrealista: es imposible observar todas las manifestaciones de un fenómeno observado. En consecuencia, Popper propone que lo máximo que podemos hacer es tener hipótesis provisionales que se mantienen hasta que sean falseadas.

Los desarrollos de Thomas Kuhn e Imne Lakatos, con base en sus críticas a la epistemología de Popper, llevaron al eventual abandono de las epistemologías normativas. Estos dos pensadores empezaron a incorporar reflexiones sobre cómo funciona la ciencia en realidad. A través de sus observaciones se hizo evidente que una cosa era lo que Popper decía sobre cómo se debía hacer la ciencia, y otra cosa cómo se hacía ciencia realmente.

Esta transformación de la epistemología es otra manifestación del abandono de la búsqueda de un método único en la ciencia, y de la creciente aceptación del carácter social del al producción de conocimiento. Tendencias ambas que implican diversidad de estrategias para conocer de manera rigurosa, y un constante cuestionamiento de las reglas y los procedimientos utilizados en su producción.

Método científico

La palabra método tiene sus orígenes en el griego y significaba búsqueda. El método corresponde a un esfuerzo por alcanzar un fin. Puede ser entendido como un camino para llegar a un resultado o como un programa que ordena las operaciones necesarias para llegar a un resultado.

El método científico corresponde al conjunto de reglas que guían el proceso de producción de conocimiento científico. Si bien se tiene la idea de que el método científico es único y por tanto, que sólo existe una forma de hacer ciencia e investigación, la observación del trabajo de los investigadores demuestra que existe una diversidad enorme de prácticas y aproximaciones a la construcción del conocimiento científico.

Esto no significa que en la ciencia “todo vale”. En realidad, existen reglas y procedimientos que se fijan en cada comunidad investigativa y que son avalados por todos los miembros de esa comunidad. Tales reglas y procedimientos definen una forma rigurosa y sistemática de producir conocimiento relevante, comunicable y replicable- en esa comunidad.

Ante la ausencia de prescripciones concretas, distintas áreas de la actividad humana han desarrollado practicas de investigación propias, que dicen con frecuencia seguir el método científico pero que difieren del método de al lado.

¿Por qué no dejar de lado el método científico de investigación? ¿Por qué no buscar otro modelo? Porque, a pesar de la ofuscación, es innegable que la ciencia es exitosa en su labor.

Los autores de este libro esperan que una mejor comprensión del método permita al lector revisarlo y adaptarlo con actitud crítica a su investigación, de manera que la haga más transparente y dé cuenta de los méritos y fallas.

Este libro aborda el método científico desde varios ángulos complementarios. Su objetivo es disipar la ofuscación y permitir que el investigador principiante, ocasional o profesional, vea cómo se investiga. Que se familiarice con las reglas de juego de la generación de información, de cómo se establecen relaciones causales y se insertan las observaciones en un marco teórico, y de la comunicación y la socialización de la investigación.

El método y el diseño de la investigación no son los únicos factores que determinan la calidad y el uso de los estudios que se realizan. W. Barnett Pearce se adentra en la mente del investigador, parte de los nuevos desarrollos en la neurobiología y dirige la atención a las

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