Modelo de producción alimentaria orgánica

Modelo de producción alimentaria orgánica, una nueva forma de emprendimiento y desarrollo comunitario, en zonas peri-urbanas del Municipio de Texcoco.

1. Introducción

En tiempos recientes, la agricultura urbana y periurbana se está desarrollando y ampliando tanto en países subdesarrollados como en países ricos. Sin ser una actividad nueva, su crecimiento e implicaciones, tanto para la sostenibilidad como para la soberanía alimentaria, sí lo es. En los países subdesarrollados, la agricultura urbana atiende prioritariamente necesidades alimentarias y de generación de ingresos para poblaciones pobres y marginadas. A través de la agricultura urbana, estas poblaciones se insertan en redes colectivas de producción y consumo alimentario (comunidades que trabajan en pro del bien común) que reducen su vulnerabilidad socioeconómica. En los países más desarrollados, esta actividad atiende sobre todo necesidades de ocio y actividades en espacios públicos y colectivos mejorando la salud y calidad de vida de la población. Simultáneamente, la agricultura urbana contribuye a la integración y cohesión social, aunque también genera alimentos sanos y de calidad para el autoconsumo familiar, y eventualmente como una nueva fuente de ingresos y una independencia en torno a las grandes corporaciones que manejan la distribución de alimentos a nivel mundial.

La agricultura urbana y peri-urbana permite maximizar la producción de diversos productos agropecuarios (especialmente hortalizas y frutas frescas) en espacios no utilizados en las ciudades y sus alrededores. Esto puede aminorar la pobreza (generar recursos y empleo), contribuir a la seguridad alimentaria y nutricional, proporcionar productos no tradicionales (como medicinas o especias), reciclar desechos (para la nutrición de plantas y animales) y eliminar terrenos baldíos que podrían terminar en botaderos de basura. Asimismo, permite reducir la distancia entre productores y consumidores y consecuentemente bajar precios y solucionar problemas de desabastecimiento.

El presente proyecto contempla un modelo de producción y de negocio que sea viable en los espacios periurbanos en la zona periférica de Texcoco. No estamos hablando de zonas que sean 100% urbanas, pero si aquellas zonas que tengan un perfil mixto (urbano-rural) que considere  un segmento de la población que pueda  incrementar su nivel de vida y desarrollo con base en un plan de negocios y de producción diseñado para este tipo de ciudadanos en común.

La idea de soberanía alimentaria se enfrenta a la lógica neoliberal, para la cual los alimentos y la agricultura representan unas mercancías más, sujetas a las leyes del mercado y no a los derechos e intereses de las poblaciones; asimismo se enfrenta a los mecanismos y organizaciones impulsoras de esta lógica neoliberal.

Por lo antes expuesto se considera de vital importancia ver hacia el futuro, las sociedades de hoy no están conscientes de las carencias del mañana y las áreas semi rurales y conurbadas del Estado de México tienen un enorme potencial de crecimiento enfocado a la producción comunitaria de alimentos.

2. Planteamiento y definición del problema

Por primera vez en la historia, más del 50% de la población mundial ya vive en ciudades. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), de mantenerse el actual ritmo de crecimiento, la cifra podría alcanzar el 60% en 2030, y en 2050, se estima que la población urbana casi se duplique, aumentando de 3.300 a 6.500 millones, sobre todo en países empobrecidos, a la vez que la población rural disminuirá de 3.380 a 2.790 millones (Bloom y Khanna, 2007). Es decir, los desequilibrios territoriales, y en concreto, los desequilibrios y tensiones campo-ciudad, aumentarán si se mantienen las tendencias actuales.

¿Es viable crear un modelo de negocios y desarrollo semi-rural que involucre a comunidades y familias con objetivos similares y unificados para crear las bases de un desarrollo común que garantice la alimentación en un futuro?

Frente al modelo industrial y globalizado de agricultura, cada vez más voces claman por un cambio de rumbo hacia formas ecológicamente sostenibles y socialmente justas de manejo de los recursos naturales. La agroecología y la agricultura orgánica plantean formas de manejo basadas a la vez en modernos conocimientos científicos y en los aspectos positivos que nos aporta el conocimiento tradicional campesino. Esta propuesta se basa en el aprovechamiento de los recursos locales y la biodiversidad.

Hoy en día la producción y distribución de alimentos está controlada por unas pocas empresas, por ejemplo de acuerdo a datos de la revista Expansión y CNN podemos afirmar lo siguiente:

Los hogares en México destinan en promedio 34% de su gasto a la compra de alimentos y bebidas, lo que lo convierte en el rubro de gasto más importante para los mexicanos, de acuerdo con datos del INEGI, y por la relevancia de algunas empresas en sus respectivos sectores, gran parte de ese gasto se queda en manos de las compañías líderes.

Bimbo, Sigma, Lala, Nestlé, Danone, Kellogg's, Unilever, Coca Cola, Pepsi y Alsea son unas de las compañías que tienen participaciones de mercado de entre 24 y 70% en sus respectivos sectores. (Santa Rita, 2015)

De ahí la necesidad de cambiar este modelo que no ayuda en nada al desarrollo y que no tiene futuro, ante una inminente crisis de energéticos y la excesiva dependencia que tenemos de la compra y no la producción de nuestros alimentos, resulta necesario para las sociedades del mañana replantear la forma mediante la cual nos abastecemos de nuestros alimentos, el modelo actual es insostenible y tarde o temprano va a colapsar; por eso resulta de suma importancia explorar nuevos caminos que nos lleven a pensar seriamente en trabajos comunitarios, así como producción y comercialización de nuestros propios alimentos en forma local y bajo un orden de participación colectiva dentro de un marco de cooperación.

3. Antecedentes

La principal razón de un tema como este en un proyecto de investigación es trabajar en torno al desarrollo humano futuro, creo que las sociedades modernas y el concepto de desarrollo están en cierto modo equivocados, ya que no nos están llevando a un rumbo correcto.

El futuro no es prometedor en torno a la producción de alimentos, tenemos  dudas en torno a la viabilidad del modelo de suministro y producción de alimentos. Las personas hoy en día están totalmente desvinculadas del campo y la producción alimentaria, En 1975, el 25% de la población activa se dedicaba a la actividad agraria; hoy ocupa alrededor del 4%.(López García, 2013), también es un hecho que el sistema agroalimentario es hoy responsable de un tercio de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, 2014) y es altamente dependiente del petróleo y otros recursos crecientemente escasos.

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