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Natalia, una niña de 6 años muy atenta, despierta y observadora, creía haber descubierto el misterio más profundo de todos los pensamientos humanos. Estaba convencida de haber descubierto el origen de los marcianos.


Enviado por   •  6 de Mayo de 2017  •  Trabajo  •  1.974 Palabras (8 Páginas)  •  471 Visitas

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HORMIGAS, SERES INIMAGINABLES!

Natalia, una niña de 6 años muy atenta, despierta  y observadora, creía haber descubierto el misterio más profundo de todos los pensamientos humanos. Estaba convencida de haber descubierto el origen de los marcianos.

Dedicaba muchas horas para pasarla con sus abuelos en el campo. En dichas horas, observaba muy atentamente la naturaleza y todo en cuanto sucedía a su alrededor, sentada en la silla vieja de su tatarabuelo Antonio. Sin embargo, lo que más le impresionaba y admiraba al observar, eran las hormigas.

A la pequeña Natalia, le inquietaba ver como las hormigas se organizaban de tal manera que parecía increíble ante sus ojos, cómo sabían a qué punto de la casa del tatarabuelo de Natalia debían ir y a donde regresar; pensar que esos diminutos seres podían ser tan organizados…

Siempre que había pizcas de miga de pan en la cocina, las dichosas hormigas comenzaban a organizarse e ir desde su hormiguero, situado a no menos de cien metros de la casa. Una vez allí, y organizadas en dos bloques de filas indias, se disponían para recoger las pequeñas migas de pan y volvían hasta su hormiguero, donde iban desapareciendo, como si no hubiesen estado allí jamás. ¿Cómo podían saber aquellos diminutos seres dónde se encontraba la cocina? ¿Y por qué parecían saber la hora exacta en la cual tendrían dispuestos las migas de pan de mi tatarabuelo para llevárselas?, se preguntaba Natalia, sorprendida, cada vez que observaba el fenómeno. Con toda seguridad, aquellas hormigas debían de pertenecer a algún grupo o familia muy unida y avanzada. En ocasiones, desplegaba su gran lupa y hasta le parecía que reían entre ellas y llegaban a conversar.

Para ello, Natalia había oído hablar a sus padres y abuelos de extraterrestres, naves espaciales,… y poco a poco parecía que todo encajaba.

Observando a aquellas hormigas tan atentamente, le hicieron llegar a la conclusión de que estos seres debían de tener algún sistema de control sobre nosotros. Tan avanzado que ni siquiera necesitaban usar naves para visitarnos y lo podía hacer a cuerpo descubierto  y enfrentar grandes peligros como la gran pisada del tatarabuelo Antonio.

  • ¡Ajá! ¡Los he descubierto! – Exclamó Natalia observando la boca del hormiguero.

Esa misma tarde se hecho una siesta, increíblemente feliz, en la cama de su tatarabuelo.

Había descubierto el secreto de los marcianos.

[pic 1]

LOS ZAPATOS EN LA ESQUINA

Brayan era un muchacho demasiado rebelde y agitador, todos los profesores se quejaban de él, de sus palabras y conducta. Todos los días tenía que cumplir horas en detención por las cosas malas que hacía y lo peor de todo: Brayan era un bully, un chico al que le encantaba burlarse de otros, hacer bromas de mal gusto e inclusive algunas veces golpear a otros compañeros que eran indefensos.

Sus padres decían que su mala conducta era debido al colegio, los maestros le echaban la culpa a sus padres, a Brayan le daba lo mismo, disfrutaba burlarse de los demás en todo momento, les ponía el pie para que se cayeran sus amigos, se burlaba de su forma de vestir e incluso de enfermedades que pudieran tener. Era una persona de muy mal corazón.

Caminando hacia su casa, después de salir de una detención, un par de zapatos en una esquina llamaron su atención, no eran los más geniales que había visto, pero ¿qué importaba? Estaban abandonados en la calle, parecían nuevos y según su pensamiento, quien encuentra algo se lo queda. Al llegar a su casa decidió ponérselos para ir al cole en la mañana, no veía la hora de poder lanzar una patada o ponerle el pie a alguien con sus nuevos zapatos y dejarlo caer.

En la mañana, Brayan, muy entusiasmado se probó los zapatos, le sorprendió mucho que fueran de su talla, eran perfectos.

Bajo a desayunar sintiendo mucha emoción y se dirigió al cole. En el camino pudo sentir sus piernas temblando de la emoción, lo que le satisfacía en gran medida. A más de medio camino el temblor en sus piernas comenzaba a ser más notorio e incontrolable, como acto de magia sus pies se movieron de una forma divertida y apresurada. Cuando llegó a su salón de clases los alumnos no pudieron resistir una carcajada pues Brayan bailaba incontrolablemente y resultaba un espectáculo realmente gracioso.

Con cada hora que pasaba sus pies se movían más y más, en cada salón que visitaba sus compañeros, se morían de risa por sus graciosos movimientos. La noche llegó, Bob se sentía muy mal,  por fin había vivido en carne propia lo que significaba ser ese alguien  de quien todos se burlaban y no le gustó, al llegar a su habitación comenzó a llorar arrepintiéndose de todas las cosas malas que había hecho a sus compañeros, para su sorpresa los zapatos fueron desapareciendo poco a poco y sus piernas comenzaron a responderle.

Muy feliz con esto, y aprendiendo su lección, decidió pedir disculpas a todos sus compañeros y profesores. Nunca se preguntó el origen de los zapatos, para él solo le importaba el hecho de haber cambiado como persona, ahora era un joven completamente diferente, se preocupaba por los demás y ayudaba de corazón a otras personas. Todo gracias a los zapatos de la esquina… ¿Quién sabe? Si hay un bully molestando quizás los zapatos aparezcan cuando menos se lo espere.

[pic 2]

LA MALDICIÓN DE ROSA

Una niña llamada Rosa estaba en sus vacaciones de verano. Ella les insistía a sus padres para que la dejaran ir a un campamento que tanto deseaba ir. El campamento enseñaba a cantar, actuar, dibujar y tocar instrumentos. A Rosa le encantaba aprender nuevas cosas. Para sus compañeros de escuela su apodo era “nerd”.


Rosa hacia cualquier cosa para que al menos le digieran “Vamos a ver” o la incluyeran en su grupo.


Un día de diciembre los padres la llamaron. Entusiasmada bajó para oír la noticia. “Vas a ir a el campamento, pero no exactamente al que querías ir. Es… Mas o menos similar.” Con una cara de berrinche, Rosa dio la vuelta y subió a su cuarto nuevamente.


A la mañana siguiente la madre la despertó a las 7:50 de la mañana. Tenía su mochila ya armada y la ropa que se tenía que poner para ir al campamento. “ Ya hoy tengo que ir al campamento? No es demasiado temprano?” - dijo con cara de dormida.

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