Nocion en salud

¿Cómo debemos definir la salud?

        A lo largo de los años ha sido posible observar los innumerables esfuerzos realizados por las diferentes disciplinas para dar una definición al término de salud que logre abarcar todos los aspectos que éste implica y que obtenga la aceptación por parte de los diferentes interesados. No obstante, se evidencia la complejidad y las diferentes posturas existentes al momento de atribuir un concepto de salud, ya que en la medida en que se generan algunas propuestas conceptuales, surgen del mismo modo o en mayor cantidad diferentes críticas respecto al tema, puesto que como afirma Gómez1 la concepción de salud es incierta y controversial. Esto permite realizarnos la pregunta de si es posible la creación de un concepto único y universal de salud o cuáles serían los diferentes elementos a tener en cuenta para lograr un enfoque más pertinente de esta concepción.  

De esta manera, encontramos cómo la noción de salud ha sido una incógnita que ha acompañado a la sociedad desde hace ya muchos años, pues “pudo haber surgido históricamente con posterioridad a la noción de enfermedad”1 germinando no por parte de la comunidad médico científica, sino haciéndose parte del pueblo “como una noción vulgar, aunque construida por contraposición a la noción médica de enfermedad”1, ya que como indica Gómez1 fueron creadas expresiones que le permitieran a los individuos comunicar sus vivencias de malestar o bienestar a otros.

Sin embargo, retomando a San Martín2 “el concepto de salud es dinámico, histórico, cambia de acuerdo con la época, la cultura y con las condiciones de vida de la población”, esto se hace evidente en todo el proceso de transición que ha tenido éste término, donde en un inicio era percibido como “la vida en el silencio de los órganos”2, apreciándose su existencia solo en su ausencia y en una negación de la enfermedad, relacionando estrechamente salud con normalidad, aspecto que trae consigo múltiples consecuencias, de manera especial en el aspecto político y social, puesto que como señala Alcántara3 se genera discriminación de aquellos a quienes no se consideren como normales, fomentando así el germen de la segregación y el rechazo social. Por esta razón, se hizo necesario la modificación de esta definición de salud sumándosele una visión mucho más económica, dejando de ser una noción vulgar para convertirse en un asunto de estado1 debido a que una mejor salud representaba un mejor rendimiento por parte de los trabajadores y por ende, un mejor desempeño de las empresas.

A pesar de ello, otras visiones y disciplinas iniciaban a interesarse por esta expresión, buscando dar un enfoque diferente donde fuese de mayor relevancia aspectos como el ser, la salud mental, la capacidad de funcionamiento, la percepción del sujeto, de la comunidad y la satisfacción de las necesidades básicas entendiéndose ésta como bienestar. A partir de este punto se funda la Organización mundial de la salud1, la cual en el año de 1946 en el preámbulo de su constitución define que “la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”4.

Es así, como al inicio este concepto recibió muy buena aceptación por parte de todos, puesto que no sólo contemplaba al sujeto como un ser biológico, sino también mental y social, además de dar un alcance a la salud mucho más amplia que la simple ausencia de enfermedad; pero esta situación no habría de prolongarse mucho tiempo y es que al leer diferentes autores nos es posible inquietarnos acerca de la veracidad total de esta definición, encontrando palabras que se contradicen entre sí y que no se encuentran de acuerdo a la realidad del mundo actual. De esta forma, hablar de un estado nos resulta imposible ya que “ni la salud ni la enfermedad son estáticas ni estacionarias”3 y menos puede ser concebida como completa “ya que no se trata de condiciones absolutas”2, pues de ser así “nos dejaría a la mayoría de nosotros insalubres la mayor parte del tiempo”5 y retomando a Clarín6 se podría correr el riesgo de crear un sistema de salud que crea enfermedades dentro de los sanos, que transforma el envejecimiento en enfermedad y que promete cruelmente la ilusión de la prevención permanente y absoluta.

...