Obesidad y su desarrollo en la sociedad
Enviado por CUCEA UDG • 19 de Junio de 2017 • Resumen • 2.026 Palabras (9 Páginas) • 189 Visitas
Introducción.
En el siguiente trabajo se realizará un análisis comparativo entre dos políticas agrícolas, que aunque en teoría deberían seguir la misma línea de proyección y apoyo al sector agrícola de su región, se demostrara que entre ambas existen grandes diferencias que acentúan la brecha entre las dos regiones que pondremos en comparación; por un lado abordaremos la política agrícola de la Unión Europea, la cual desde su creación ha sido un pilar fundamental para el desarrollo en diversos ámbitos para esta organización supranacional, la compararemos con la política agrícola mexicana que contrariamente a lo sucedido en Europa, esta es una de las políticas más abandonadas desde hace décadas en nuestro país.
De igual manera se hará un planteamiento de las consecuencias benéficas y perjudiciales que a lo largo de su historia y desarrollo han tenido cada una de estas políticas, se expondrán los puntos claves y decisiones que han sido tomadas en torno a la proyección y desarrollo agrícola de cada región, también trataremos de poner en sintonía algunas de las adecuaciones y prácticas que se realizan en relación a las dos políticas, y de esta manera tratar de entender las circunstancias en las que algunos programas han sido de gran apoyo para los habitantes europeos, y poder analizar la forma en que estos pueden replicarse en el caso de México.
Para terminar se harán conclusiones acerca de las diferencias y semejanzas que existen entre las dos políticas, y así poder dar un opinión más objetiva y acertada en torno a las distintas formas en que se puede aplicar una misma política, tomando en cuenta la región y el personal que hace que estas progresen o se queden rezagadas.
Desde hace décadas México carece de una seguridad alimentaria, esto quiere decir que nuestro país desde hace tiempo no cuenta con una política agrícola bien estructurada y adecuada a las necesidades y desafíos que enfrenta el país, y por consecuencia limita el avance en el desarrollo y beneficio del sector campesino, el cual resulta más afectado por el rezago e ineficiencia de quienes no toman al sector agrícola con la importancia que debería tomarse; nuestro país necesita de manera urgente mecanismos y proyectos que hagan resurgir a la agricultura como lo que es, un sector sumamente importante y productivo para el desarrollo económico del país.
Desde una percepción histórica México siempre ha sido un país basado en el trabajo campesino que ha hecho fructíferos los campos que han pasado de generación en generación a través de los años, esto a pesar de las limitaciones con las que han contado y cuentan actualmente, pero como se dijo antes, la falta de apoyo y programas adecuados para poder impulsar la producción de los trabajadores del campo se ha traducido en un abandono casi total de este sector.
Aquellas personas que basaban su economía y sustento en la explotación agrícola ha ido escaseando al pasar los años, actualmente los jóvenes no se interesan por continuar con el trabajo comenzado por su abuelos o padres, la poca atención recibida por parte del gobierno ha ido haciendo que las personas ya no vean a la agricultura como un mercado interesante para poder incidir en él.
Al término de la revolución que sacudió a el país el siglo pasado, una de los primeros sectores al que trato de darse mayor relevancia fue al campesino, ya que por décadas habían sufrido la explotación de quienes veían en los campesinos un sector de la sociedad inferior, un nuevo enfoque constitucional trato de reinventar las prácticas y apoyos hacia el campo, aunque al pasar los años esto quedó claramente solo en letra muerta.
Al pasar de los años el campo mexicano seguía olvidado y sin un rumbo adecuado, todo esto se fue acentuando al comenzar en otras partes del mundo una nueva “revolución tecnológica” dirigida al sector agrícola, ya que se comenzaba a producir más con menos trabajo, el uso de nuevas tecnologías fue mermando aún más al campesino mexicano.
El deterioro progresivo pero acelerado del sector rural se prolongó hasta 1992, se diseñó un proyecto de reorientación de largo alcance que se tradujo en la reforma del artículo 27 Constitucional en materia agraria, la nueva versión de este artículo se promulgó el 6 de enero de 1992, y unos meses más tarde se promulgó la Ley Agraria y la Ley Forestal.Sin embargo, la crisis política de 1994 y la crisis económica de 1995 retrasaron o suspendieron la aplicación de los programas compensatorios.
Pero a pesar de estas problemáticas, la reforma produjo avances y efectos positivos que no se habían hecho antes, las exportaciones agropecuarias han crecido aceleradamente aprovechando las ventajas proporcionadas por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte que entro en vigor en 1994, la producción nacional de cereales y plantas oleaginosas no ha descendido aunque su estructura se ha modificado a causa del abandono de los cultivos no competitivos y la poca o nula implementación de nuevas tecnologías que apoyen a los productores.
Desde 1993, el Programa de Certificación de Derechos Ejidales (PROCEDE) ha expedido a los ejidos y a cada uno de los parceleros unos certificados que son conformes a los requisitos de calidad jurídica y cartográfica. Hasta el año 2000, el Programa había logrado la certificación de casi el 80 % de los ejidos del país, pero a nivel regional los progresos seguían siendo desiguales.
Como se expuso antes,México se encuentra rezagado en temas del sector agrícola, ya que hace apenas poco más de dos décadas se comenzó con plan que beneficiará al sector campesino, y todavía es muy prematuro decir si estas reformas han impactado de la manera que se esperaba, la tardía acción de implementar programas y reformas para darle el auge adecuado al campo, aunado a las crisis que han golpeado a los mercados mundiales, así como la alternancia política que sufrió el país en el año 2000, han retrasado y puesto en duda el impacto real que se ha alcanzado para el desarrollo y apoyo al campo mexicano.
Después de la reestructuración de Europa al terminar la Segunda Guerra Mundial, y el comienzo de la formación de la Unión Europea, los países que conforman esta organización comenzaron a tomar decisiones y optaron por crear políticas y programas que dieran rumbo al proyecto que comenzaban a estructurar, de esta manera le dieron mayor relevancia al sector agrícola de sus regiones ya que la mayor parte de su población y territorio dependía de este sector.
De esta forma la Unión Europea dio pauta a la creación de su política agrícola común (PAC) en el año de 1962, y aunque pareciera un programa aparentemente nuevo, los alcances que ha tenido han impactado de manera satisfactoria en desarrollo de la región,esta política no solo fue planeada y estructurada para rescatar y apoyar al sector agrícola con el que ya contaban sus miembros, sino que fue pensada con una visión futurista e incluso proteccionista.
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