Octavio Paz
Enviado por alberto234 • 9 de Junio de 2013 • 526 Palabras (3 Páginas) • 312 Visitas
L
as palabras se conducen como seres caprichosos y autónomos. Siempredicen "esto y lo otro" y, al mismo tiempo, "aquello y lo de más allá". Elpensamiento no se resigna; forzado a usarlas, una y otra vez pretendereducirlas a sus propias leyes; y una y otra vez el lenguaje se rebela y rompelos diques de la sintaxis y del diccionario. Léxicos y gramáticas son obrascondenadas a no terminarse nunca. El idioma está siempre en movimiento,aunque el hombre, por ocupar el centro del remolino, pocas veces se dacuenta de este incesante cambiar. De ahí que, como si fuera algo estático, lagramática afirme que la lengua es un conjunto de voces y que éstasconstituyen la unidad más simple, la célula lingüística. En realidad, el vocablonunca se da aislado; nadie habla en palabras sueltas. El idioma es unatotalidad indivisible; no lo forman la suma de sus voces, del mismo modo quela sociedad no es el conjunto de los individuos que la componen. Una palabraaislada es incapaz de constituir una unidad significativa. La palabra suelta noes, propiamente, lenguaje; tampoco lo es una sucesión de vocablosdispuestos al azar. Para que el lenguaje se produzca es menester que lossignos y lo sonidos se asocien de tal manera que impliquen y transmitan unsentido. La pluralidad potencial de significados de la palabra suelta setransforma en la frase en una cierta y única, aunque no siempre rigurosa yunívoca, dirección. Así, no es la voz, sino la frase u oración, la que constituyela unidad más simple del habla. La frase es una totalidad autosuficiente; todoel lenguaje, como un microcosmo, vive en ella. A semejanza del átomo, es unorganismo sólo separable por la violencia. Y en efecto, sólo por la violencia delanálisis gramatical la frase se descompone en palabras. El lenguaje es ununiverso de unidades significativas, es decir, de frases.Basta observar cómo escriben los que no han pasado por los aros del análisisgramatical para comprobar la verdad de estas afirmaciones. Los niños sonincapaces de aislar las palabras. El aprendizaje de la gramática se iniciaenseñando a dividir las frases en palabras y éstas en sílabas y letras. Pero losniños no tienen conciencia de las palabras; la tienen, y muy viva, de las frases:piensan, hablan y escriben en bloques significativos y les cuesta trabajocomprender que una frase está hecha de palabras. Todos aquellos queapenas si saben escribir muestran la misma tendencia. Cuando escriben,separan o juntan al azar los vocablos: no saben a ciencia cierta dónde acabany empiezan. Al hablar, por el contrario, los analfabetos hacen las pausasprecisamente donde hay que hacerlas: piensan en frases. Asimismo, apenasnos olvidamos o exaltamos y dejamos de ser dueños de nosotros, el lenguajenatural recobra sus derechos y dos palabras o más se juntan en el papel, yano conforme a las reglas de la gramática sino obedeciendo al dictado delpensamiento. Cada vez que nos distraemos, reaparece el lenguaje
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