Octavio Paz

EL PACHUCO Y OTROS EXTREMOS

OCTAVIO PAZ

(EL LABERINTO DE LA SOLEDAD)

Este capítulo habla sobre la cultura mexicana y la estadounidense, hace una comparación de ambas, hablando principalmente de los “pachucos”, que son bandas de jóvenes, de origen mexicano, que viven en ciudades del sur; visten, hablan y se comportan de manera diferente. Octavio Paz trata de decirnos en este ensayo por qué los mexicanos somos diferentes. Nos habla de cómo los pachucos no reclaman su origen mexicano en territorio americano, no quieren fundirse a la vida norteamericana; lo que quieren es retarla.

Nos da el ejemplo de cómo los “negros” son discriminados por su color y ante esto ellos se esfuerzan por ser parte de la sociedad, mientras que “el pachuco” (el mexicano) a pesar de no vivir la intolerancia racial tratan de ser diferentes, buscan una identidad, ya que ellos perdieron sus creencias y costumbres mexicanas y sólo quieren llamar la atención mediante su manera de vestir o de exhibirse.

En lo particular me gustó mucho la marera en que el autor describe por qué los mexicanos somos diferentes, o mejor dicho queremos hacer diferencias, nos habla de cómo la historia de México es la historia del hombre que busca su sentido de pertenencia, su origen; creemos que hemos sido arrancados de todo como en la conquista o en la independencia, mientras que el norteamericano piensa que el mundo está construido por él y está hecho a su imagen y semejanza, es decir, el mundo es su espejo. Se hacen demasiadas diferencias como que ellos son ricos y nosotros pobre, que ellos viven en democracia y nosotros en la contrarreforma. Octavio Paz piensa que éstas no son las diferencias entre los mexicanos y los norteamericanos, va más allá de la producción o el imperialismo económico, para él, los norteamericanos son realistas, son una sociedad enfocada a cumplir sus ideales, no desean cambiarlos y creen en su supervivencia; lo que para nosotros los mexicanos ser realista es ser pesimista, el sistema norteamericano sólo quiere ver la parte positiva de la realidad.

En algo tan simple como la muerte, los norteamericanos lo que hacen es no querer conocerla, solo evitan su idea; ellos son crédulos y nosotros creyentes, aman los cuentos de hadas y las historias policíacas, nosotros los mitos y las leyendas. Los mexicanos somos desconfiados y ellos son abiertos, nosotros somos tristes y ellos sarcásticos. Ante esto él se pregunta a qué se deben las distintas conductas: es la manera de pensar. Para los norteamericanos el mundo es algo que se puede perfeccionar y para nosotros es algo que se puede redimir.

Por ultimo Octavio Paz cita a Hölderlin y nos dice que básicamente el hombre debe recuperar que el sentido de su existencia es mantener un equilibrio entre sí mismo (en su actividad como humano) y el universo, mantener este orden. Cuando las cosas parezcan ya no tener equilibrio, debe buscar hacerlo (que es cuando cada quien tiene que hacer lo suyo), buscar el orden de las cosas, es algo que ni los mexicanos ni los norteamericanos hemos logrado.

Me gustó mucho este capítulo, no niego me costó un poco de trabajo entenderlo; al principio por el uso de palabras rebuscadas, pero me gustó la manera en que critica o analiza a las sociedades, porque lo hace de manera sutil, en ningún momento etiqueta o señala que una sociedad es mejor que otra. Entendí cómo nuestro comportamiento nos marca, nuestras costumbres, la religión, todo influye para la estructura de una sociedad, y claro está que los norteamericanos y los mexicanos somos muy diferentes, y esto se debe a nuestra manera de pensar o de idealizar, desde nuestras raíces y desde

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