Octavio Paz
Enviado por zeydiq • 20 de Mayo de 2013 • 2.525 Palabras (11 Páginas) • 475 Visitas
Tanto Paz, como Ortega y Gasset, Rougemont, y Stendhal son herederos de la teoría platónica del amor. Desde luego que más son las semejanzas entre ellos que las diferencias. Todos los autores mencionados coinciden con Platón en afirmar que el amor es una búsqueda de belleza y perfección. Están de acuerdo cuando dicen que el amor es una concentración en una persona determinada que acapara toda nuestra atención y entusiasmo.
Octavio Paz señala, en el apéndice a El Laberinto de la Soledad, que el amor es la respuesta a la soledad; que sólo el amor posibilita la comunicación y que ésta desde luego anula la soledad; la alienación en la que nos hallamos.
El hombre es nostalgia y búsqueda de comunión.
Por eso cada vez que se siente a sí mismo se siente como carencia de otro, como soledad (...) La plenitud, la reunión que es reposo y dicha, concordia con el mundo, nos esperan al fin del laberinto de la soledad.
(Paz, El Laberinto de la Soledad, pp. 211-212)
Todos los autores mencionados caracterizan el verdadero amor como la experiencia existencial más gratificante del ser humano. Ortega y Gasset la compara incluso con la experiencia mística. Desde Platón hasta Paz los estudiosos del amor han coincidido en asociar a éste con el sufrimiento:
L’amour heureux n’a pas d’histoire. Il n’est de roman que de l’amour mortel, c’est -à-dire de l’amour menacé et condamme par la vie même. Ce qui exalte le lyrisme occidental, ce n’est pas le plaisir des sens, ni la paix féconde du couple. C’est moins l’amour comblé que la passion d’amour. Et passion signifie soufrance. Voilà le fait fondamental.
(Rougemont, ob.cit., pp. 11-12)
Octavio Paz también caracteriza al amor -así como al erotismo- como una experiencia dialéctica; positiva y negativa: “Creación y destrucción se funden en el acto amoroso; y durante una fracción de segundo el hombre entrevé un estado más perfecto” (El Laberinto..., p. 213).
El amor en Platón es un delirio, también un demonio, hijo de la Riqueza y de la Pobreza y por eso nunca satisfecho. Paz hace suya esta reflexión también y dice: ‘’Como hijo de Pobreza, busca la riqueza; como hijo de Abundancia, reparte bienes. Es el deseante que pide, el deseado que da”. (La llama doble, p. 42).
Amar no es acto pasivo; es ”actuar hacia lo amado”, como dice Ortega y Gasset y como de otro modo lo dice también Octavio Paz, y como antes ya lo dijo Platón.
El amor no es bello; pero desea la belleza, la perfección. El amor busca lo bello.
El amor para Platón, según Octavio Paz, es “una aventura solitaria”; Paz compara la posición platónica con la de un Don Juan filosófico porque está en constante búsqueda de la belleza. Este amor a la belleza va unido al deseo de inmortalidad y éste al ansia de trascender en nuestro ser. Ortega y Gasset define bien el amor como: “un estar ontológicamente con el amado, fiel al destino de éste, sea lo que sea”. (Paz, ob. cit. p. 31).
El Amor según Platón, es un intermediario entre el saber y la ignorancia, porque el amor busca siempre la belleza, las cosas bellas y la belleza como absoluto. La sabiduría es también bella; por eso el amor la busca:
La sagesse en effect est évidemment parmi les plus belles choses, et c’est au beau qu’ Amour rapporte son amour; d’où il suit que, forcement, Amour est philosophe, et, étant philosophe, qu’il est intermédiare entre le savant ét l’ignorance.
(Platón, Le Banquet, p.111)
La fidelidad es una de las condiciones de la relación de amor y ésta es una de las diferencias entre Platón y Paz, aunque debemos considerar las diferencias histórico-sociales y recordar que en la Grecia de Platón, el amor homosexual entre un hombre maduro y un joven hermoso era el “sumum” del amor. El amor en Platón nos impele a buscar la belleza y ésta no es exclusiva; se halla en diferentes cuerpos hermosos. Para Paz, Ortega y Gasset, Rougemont y Stendhal, el amor es por definición fiel, es un arrebato que concentra toda nuestra energía en una sola dirección; es demasiado poderoso para bifurcarse.
Ortega y Gasset incluso comenta que las personas que creen estar enamoradas de dos o más personas a la vez, lo que están es confundidas.
Paz afirma que el amor es inseparable de la poesía y que no es casual que Platón, quien fue el primer filósofo del amor, haya sido también un poeta. La poesía busca la belleza en el lenguaje y también intenta construir un universo de perfección; la poesía es una creación humana como lo es el amor. La poesía requiere inspiración y uso de la imaginación como el amor. En este sentido Paz no diferencia el amor del erotismo.
Octavio Paz afirma rotundamente que el amor es prácticamente imposible en una sociedad como la nuestra, porque el amor no se explica sin la libertad y nuestra sociedad reprime la libertad y más bien promociona el matrimonio que no es una institución libre. Ortega y Gasset considera también que el matrimonio no necesariamente coincide con los propósitos del amor. Rougemont con respecto a este punto decanta el matrimonio basado en el amor de aquél basado en conveniencias sociales. Stendhal dice que la fidelidad de la mujer en un matrimonio sin amor es contra-natura.
Para Octavio Paz la conexión entre amor y erotismo es muy estrecha:
El amor es una atracción hacia una persona única: a un cuerpo y a un alma. El amor es elección; el erotismo aceptación. Sin erotismo -sin forma visible que entra por los sentidos- no hay amor; pero el amor traspasa al cuerpo deseado y busca al alma en el cuerpo y, en el alma, al cuerpo, a la persona entera.
(Paz, ob. cit. p. 33)
Según Paz, Rougemont erró al creer que el amor era exclusivo de la sociedad Occidental. Paz afirma que la diferencia entre el amor en Oriente es que en éste siempre estuvo asociado a la religión, en tanto que en Occidente ocurrió lo contrario.
Octavio Paz vincula amor, sexo y erotismo utilizando una imagen muy visual: “el sexo es la raíz, el erotismo es el tallo, y el amor la flor. ¿Y el fruto? Los frutos del amor son intangibles. Éste es uno de sus enigmas” (Paz, ob, cit., p. 37).
El tema del “instante” en Paz también se relaciona con su teoría del amor. El tiempo cronológico no es el tiempo que tomamos en cuenta en el amor; el tiempo del “corazón”, es el tiempo de nuestras vivencias. El amor
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