PRACTICA CLINICA CENTRADA EN LA PERSONA
Enviado por bochini10 • 30 de Julio de 2016 • Ensayo • 3.313 Palabras (14 Páginas) • 444 Visitas
PRACTICA CLINICA CENTRADA EN LA PERSONA
Enfoque para una medicina mas humana
Dr. Fernando Enrique Coppolillo.
Docente Adscripto Departamento de Medicina Familiar UBA. Presidente Asociación Argentina de Medicina Familiar, Presidente Cooperativa Grupo de Prácticas de Medicina Familiar, Director de Investigaciones del Centro de Estudios en Medicina Familiar Ian Mcwhinney. Fernando.coppolillo@gmail.com
- 1. Introducción
La práctica clínica centrada en la (PCCP),[1] es un modelo de atención que se caracteriza por comprender el proceso salud enfermedad desde una perspectiva biopsicosocial, y promover las decisiones compartidas entre médicos y pacientes[2]; Integra en la atención los aspectos biológicos, emocionales, y contextuales, junto a las expectativas de los pacientes, valorando además la interacción humana en el proceso clínico.
El término “medicina centrada en el paciente” fue acuñado por Michael Balint (1896-1970) en Inglaterra en la década de 1950, para diferenciarlo de la perspectiva dominante de la medicina, que él denominó centrada en la enfermedad.[3] Balint fue un psicoanalista que trabajó con los médicos generales ingleses, analizó los aspectos subjetivos de la práctica clínica, la importancia de la relación médico paciente y realizó valiosos aportes en este sentido. Carl Rogers (1902-1987), psicoterapeuta, investigador en psicología y en educación, fue el precursor del “enfoque centrado en la persona”, y desarrolló conceptos claves de la relaciones terapéuticas positivas, que son compatibles y asimiladas en el modelo. Ian MacWhinney Profesor de Medicina Familiar de Western Ontario, Canadá, desarrolló e investigó el “método clínico centrado en el paciente”, y junto a sus discípulos ha realizado las mayores contribuciones en la materia. En nuestro medio Julio Ceitlin y Pilar Vargas introdujeron la enseñanza y su práctica en la residencia del Servicio de Medicina Familiar del Hospital Francés en la década de 1990.
La diferencia entre “dos medicinas” señaladas por Balint nos evoca a la discusión entorno a los paradigmas en la Medicina y la Atención de la Salud que han cobrado vigencia: el paradigma positivista y el paradigma humanista.[4] Una comparación de los aspectos claves de ambos paradigmas se desarrolla en el cuadro 1.
El paradigma positivista (modelo biomédico):
El positivismo, como sistema de ideas, tiende a destacar los aspectos materiales de la realidad y la experiencia y el método científico como forma de conocimiento.
El siglo XX se ha caracterizado por un crecimiento vertiginoso de los descubrimientos científicos y tecnológicos; En solo algunas décadas han marcado cambios significativos más que varios siglos de la historia de la humanidad; Es lógico pensar que la Medicina se viera inmersa en las corrientes de pensamiento del positivismo, y se viera envuelta en la fascinación de los nuevos conocimientos de la ciencia; la ciencia estaba pudiendo dar respuesta a interrogantes acerca de la dimensión biológica del hombre, y emplear los descubrimientos en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades; El punto crucial en el que la Medicina sella su orientación hacia las Ciencias Naturales sucede en EE.UU, a partir de la reestructuración de los programas de las Escuelas de Medicina que impulsara Abraham Flexner. A partir de este punto comienza a consolidarse un paradigma en la que la medicina, su práctica y enseñanza se centran en la investigación científica (modelo biomédico), dejando de lado los aspectos subjetivos y “especulativos” de su ejercicio. Sus características principales son: el dualismo cuerpo mente, la causalidad lineal, aislamiento de un fenómeno para su estudio, especialización progresiva del conocimiento, objetividad del observador y reproducibilidad de sus métodos.[5] Todos estos elementos configuran y condicionan una practica clínica, que denominaremos centrada en la enfermedad.
El paradigma humanista ( modelo biopsicosocial)
El paradigma positivista o modelo biomédico fue mostrando en su desarrollo una serie de anomalías, y recibido fuertes críticas por el carácter deshumanizante de su práctica; Estos elementos han dado origen a la formulación de un nuevo modelo, que se nutre de corrientes de pensamiento como la fenomenología y el existencialismo, y de diversos campos de las ciencias humanas, así como de nuevos enfoques dentro de las mismas ciencias como la Teoría General de los Sistemas y el Paradigma de la complejidad; José Mainetti denomina este nueva corriente de pensamiento como Paradigma Humanista en Medicina.
Francisco Maglio nos acerca una interesante reflexión acerca de los dos modelos: “Herederos del dualismo cartesiano mente y cuerpo, nos constituimos en “plomeros del cuerpo” antes que médicos de la persona; ésta necesita algo más que remedios y aparatos, nos necesita a nosotros como persona-médico y en esta relación la palabra es fundamental”[6]
Florencio Escardó, un celebre maestro de la pediatría argentina, señalaba “Enfrentada al nuevo planteo la Medicina tuvo que buscar aliados que se llamaron la psicología, la antropología, la sociología o la sexología, disciplinas que se tipifican como Ciencias del Hombre, queriendo decir con ello del hombre total en relación consigo mismo, con sus semejantes y con su medio. Advino así la Medicina de la Persona, es decir, del ser humano dotado de intimidad e interioridad, y sobretodo agente de libertad.”[7]
Las características principales del nuevo paradigma son: la utilización de métodos de las ciencias naturales y las ciencias humanas en la comprensión del paciente, la valoración de los aspectos objetivos ( exploración científica) y subjetivos ( exploración hermenéutica) de la salud y sus cuidados, una concepción biopsicosocial del proceso salud-enfermedad, lo que determina un modelo de práctica clínica que denominamos centrada en el paciente (PCCP).
Cuadro 1:Comparación paradigmas positivista y humanista
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