Parasitología Trichomonas
Enviado por luisac20 • 19 de Julio de 2019 • Resumen • 2.287 Palabras (10 Páginas) • 195 Visitas
Parasitología
Trichomonas
Es un protozoario anaeróbico facultativo, causante de la Trichonomiasis humana. Existen tres especies de Trichomonas: Trichomonas hominis, Trichomonas tenax y Trichomonas vaginalis. Esta última causa la única enfermedad parasitaria de transmisión sexual no viral más extendida en el mundo, y las otras especies se consideran comensales. Estas especies son parásitas exclusivas del ser humano.
Trichomonas vaginalis
Morfología
El trofozoíto tiene forma oval o periforme, mide entre 7 y 23 µm de longitud por 5 y 12 µm de ancho. Presenta cinco flagelos, cuatro anteriores libres y uno recurrente a lo largo de la membrana ondulante, que junto con la costa ocupa el tercio anterior del cuerpo (López Páez, y otros, 2015). Los cuatro flagelos anteriores se originan del blefaroplasto (constituido por un cinetonúcleo y un corpúsculo basal), este se sitúa en la parte superior del núcleo, el quinto flagelo está formado por un citoesqueleto de actina y tubulina. Tiene un núcleo ubicado en la parte anterior del cuerpo con los gránulos de cromatina ordenados en forma de flor y contiene cinco cromosomas, con un cariosoma central. Posee un axostilo que se inicia en la parte inferior del núcleo y atraviesa en forma longitudinal el cuerpo del parásito para terminar en la porción posterior, cabe mencionar que la costa y el axostilo son estructuras de sostén con gran cantidad de gránulos siderófilos a su alrededor. Dispone de un citostoma o boca celular por donde penetran los nutrientes, además de un citoplasma rico en glucógeno, el cual contiene el aparato de Golgi, el retículo endoplásmico, los hidrogenosomas (análogos a las mitocondrias), y un gran número de vacuolas. [pic 1]
Patogenia
La Trichomonas vaginalis es un parásito patógeno causante de la trichonomiasis. Se aloja en el tracto genitourinario femenino y masculino. La infección a causa de este protozoario es más frecuente en el sexo femenino, debido a la variación del pH vaginal. El pH normal de la vagina es de 3.5-5 (pH ácido), que se mantiene por la acción de los bacilos de Döderlein sobre el glucógeno de las células poligonales superciales de la vagina. Cabe mencionar que la T. vaginalis se desarrolla con un pH entre 5.5-6, es decir, para que se produzca la infección por este parásito debe alcalinizarse el pH normal de la vagina; esto acontece en los períodos menstruales (por el pH de la sangre), durante la excitación y el acto sexual, ya que la mujer secreta fluidos que aumentan el pH vaginal y en casos de insuficiencia ovárica (disminución de estrógenos y por consiguiente el glucógeno de las células vaginales). Los niveles de estrógenos son esenciales para mantener el pH normal de la vagina.
La T. vaginalis aprovecha el glóbulo rojo, utilizando el colesterol de su membrana y el hierro de la hemoglobina que transporta, el hierro es un nutriente fundamental, ya que regula la producción de las proteasas, en mayor medida cisteína-proteasas, estas son capaces de romper las moléculas de inmunoglobulina del hospedero y con ello lograr la evasión de la respuesta inmune. Cuando T. vaginalis se adhiere a la célula epitelial adopta una forma ameboide, esto aumenta el contacto con la célula. Para que la adherencia sea eficaz, es necesaria la presencia de cisteína-proteinasas ubicadas en la superficie del parásito. Este trofozoíto se reproduce en la superficie de la mucosa vaginal y en el tejido uretral o prostático. La proliferación de un gran número de Trichomonas produce degeneración y destrucción celular en el epitelio vaginal, con infiltración leucocitaria y aumento de las secreciones vaginales (Santos Diéguez, 2014). Es importante enfatizar que este parásito produce la generación de atipias celulares en el epitelio vaginal y cuello uterino, consistentes en displasias, lo cual puede predisponer a carcinoma del cuello uterino. Durante el parto, las mujeres infectadas pueden transmitir el parásito al recién nacido, ocasionándole una infección genitourinaria o una neumonía neonatal. En mujeres embarazadas con cargas elevadas de Trichomonas, se han descrito partos prematuros por rotura de la membrana y niños con bajo peso al nacer. La presencia de Trichomonas aumenta en gran medida la posibilidad de transmisión del VIH. [pic 2]
Epidemiología
La trichomoniasis es una de las enfermedades de trasmisión sexual más frecuente, tiene una distribución cosmopolita, no distingue condiciones climatológicas, socioeconómicas, de raza (aunque se cree que la pobreza y la ignorancia influyen en su trasmisión). Se representa como un problema de salud pública mundial. Debido a la gran proporción de pacientes asintomático, es una enfermedad subestimada, desatendida y no se encuentra bajo vigilancia epidemiológica. Se estima que anualmente alrededor de 170 millones de personas se infectan con T. vaginalis, principalmente mujeres con edad sexual activa, es decir, entre los 18-50 años, y mujeres con múltiples parejas sexuales. (Apt Baruch (2014) afirma:
En mujeres que consultan un servicio de ginecología, T. vaginalis se presenta entre 13-50% de las pacientes. En mujeres aparentemente sanas (asintomáticas), la prevalencia oscila entre 2 a 25%, cabe mencionar que la tasa de infecciones aumenta en mujeres que utilizan dispositivos intrauterinos. En el hombre la incidencia de la infección es menor, por lo general la trichomoniasis no origina sintomatología. En el hombre aparentemente sano (asintomático), la prevalencia fluctúa entre 1.5-17%, y en pacientes con uretritis y prostatitis (sintomático), se han encontrado prevalencias de 10 a 30%. (p.373)
La trichomoniasis se transmite principalmente por contacto sexual. Su transmisión por objetos contaminados es muy rara, debido a que el trofozoíto es fácilmente destruido en el ambiente, pues no tolera la luz solar directa, la desecación ni temperaturas superiores a 40℃. El parasito sobrevive en el agua (baños contaminados) por más de 4 horas, por lo que éste sí puede ser un mecanismo de transmisión importante, especialmente en le sexo femenino.
Ciclo evolutivo [pic 3]
T. vaginalis solo posee la fase de trofozoíto, este estadio es considerado la forma infectiva para el ser humano. El transporte del parásito en el acto sexual se hace mediante las secreciones de quienes participan en él como el flujo vaginal, el líquido preseminal y el semen. Una vez que el parásito invade la mucosa genital, tiene favoritismo de alojarse, en el caso de la mujer, en las glándulas de Bartholino y parauretrales y en sus secreciones, además de la vagina y el cérvix. En el hombre invade principalmente las vesículas seminales, las glándulas prepuciales, y el surco balano-prepucial. Cuando el trofozoíto se encuentra en la mucosa se replica por fisión binaria longitudinal con un período de incubación que oscila entre 4 y 28 días, y crece con la presencia de hierro, como las que se encuentran en la sangre menstrual, y de la glucosa, presente en el epitelio vaginal durante la edad fértil.
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