Planetas Terrestres
Enviado por Hblithium • 23 de Mayo de 2013 • 10.408 Palabras (42 Páginas) • 466 Visitas
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo trata de los planetas terrestres, también son conocidos como planetas telúricos o planetas rocosos, que en el Sistema Solar son los cuatro planetas más cercanos al Sol, se caracterizan por estar formados de silicatos, son sólidos y tienen un núcleo metálico, mayoritariamente férreo, y un manto de silicatos que lo rodea.
Mercurio, Venus, la Tierra y Marte brillan por su cercanía al Sol, en su superficie tienen cráteres, montañas, valles y volcanes. Los cráteres son menos visibles en la Tierra debido a la acción de los agentes atmosféricos y de la vegetación, exceptuando a Mercurio presentan atmósferas significantes, Mercurio y Venus no tienen satélites naturales que los acompañen, mientras que la Tierra tiene a la Luna y Marte a Fobos y Deimos.
Hay muchos otros cuerpos en el Sistema Solar con características similares a las de los planetas terrestres, como los objetos transneptunianos, que tienen una superficie sólida, o el planeta enano Ceres del Cinturón de asteroides. Los objetos transneptunianos son mayoritariamente de hielo debido a su larga distancia del Sol. Algunos satélites grandes del Sistema Solar también son parecidos a los planetas terrestres y con formaciones rocosas, pero no pueden considerarse como tal.
Se cree probable de que hubo muchos más planetas terrestres (planetesimales) durante la formación y la evolución del Sistema Solar pero se fusionaron o fueron destruidos por los principales planetas terrestres actuales.
PLANETAS TERRESTRES
Los planetas terrestres, telúricos o rocosos son los primeros cuatro planetas que orbitan alrededor del Sol: Mercurio, Venus, la Tierra y Marte.
Están formados principalmente por silicatos. Los planetas terrestres son sustancialmente diferentes de los planetas gigantes gaseosos, los cuales puede que no tengan una superficie sólida y están constituidos principalmente por gases tales como hidrógeno, helio y agua en diversos estados de agregación. Todos los planetas terrestres tienen aproximadamente la misma estructura: un núcleo metálico, mayoritariamente férreo, y un manto de silicatos que lo rodea. La Luna tiene una composición similar, excepto el núcleo de hierro. Los planetas terrestres tienen cañones, cráteres, montañas y volcanes. Además tienen atmósferas secundarias, procedente de sus procesos geológicos internos, al contrario que los gigantes gaseosos que poseen atmósferas primarias, capturadas directamente de la nebulosa solar original.
El Sistema Solar tiene cuatro planetas terrestres: Mercurio, Venus, La Tierra y Marte, y un planeta enano en el Cinturón de asteroides, Ceres, llamados conjuntamente planetas interiores. Los objetos transneptunianos como Plutón se parecen a los planetas terrestres en que tienen una superficie sólida, pero son mayoritariamente hielo. Desde el punto de vista de estático, algunas grandes lunas del sistema solar también son planetas telúricos en función de que son planetas secundarios y son formaciones rocosas, aun con esto no puede considerarse como tales a todas las lunas rocosas. Durante la formación del Sistema Solar, probablemente hubo más planetas terrestres (planetesimales), pero se fusionaron o fueron destruidos por los cuatro planetas terrestres actuales. Sólo un planeta terrestre, la Tierra, tiene una hidrosfera activa.
1.-MERCURIO:
Mercurio es el planeta del Sistema Solar más próximo al Sol y el más pequeño, carece de satélites. Al ser un planeta cuya órbita es inferior a la de la Tierra, Mercurio periódicamente pasa delante del Sol, fenómeno que se denomina tránsito astronómico
Características Orbitales:
La órbita de Mercurio es la más excéntrica de los planetas menores, con la distancia del planeta al Sol en un rango entre 46 millones y 70 millones de kilómetros. Tarda 88 días terrestres en dar una traslación completa. Presenta además una inclinación orbital (con respecto al plano de la eclíptica) de 7°.
El tamaño de las esferas, inversamente proporcional a la distancia al Sol, es usado para ilustrar la distancia variable heliocéntrica. Esta distancia variable al Sol, combinada con la rotación planetaria de Mercurio de 3:2 alrededor de su eje, resulta en complejas variaciones de la temperatura de su superficie, pasando de los -185°C durante las noches hasta los 430 °C durante el día.
La oblicuidad de la eclíptica es de solo 0,01°, unas 300 veces menos que la de Júpiter, que es el segundo planeta en esta estadística, con 3,1°. De esta forma un observador en el ecuador de Mercurio durante el mediodía local nunca vería el Sol más que 0.01° al norte o al sur del cenit. Análogamente, en los polos el sol nunca pasa 0.01° por encima del horizonte.
Amanecer doble
En Mercurio existe el fenómeno de los amaneceres dobles, donde el Sol sale, se detiene, se esconde nuevamente casi exactamente por donde salió y luego vuelve a salir para continuar su recorrido por el cielo; esto solo ocurre en algunos puntos de la superficie: por el mismo procedimiento, en el resto del planeta se observa que el Sol aparentemente se detenga en el cielo y realice un movimiento de giro. Esto es porque aproximadamente cuatro días antes del perihelio, la velocidad angular orbital de Mercurio iguala su velocidad angular rotatoria, lo que hace que el movimiento aparente del Sol cese; justo en el perihelio, la velocidad angular orbital de Mercurio excede la velocidad angular rotatoria. De esta forma se explica este movimiento aparente retrógrado del Sol. Cuatro días después del perihelio, el Sol vuelve a tomar un movimiento aparente normal pasando por estos puntos.
Avance del perihelio
El avance del perihelio de Mercurio fue notado en el siglo XIX por la lenta precesión de la órbita del planeta alrededor del Sol, la cual no se explicaba completamente por las leyes de Newton ni por perturbaciones por planetas conocidos (trabajo muy notable del matemático francés Urbain Le Verrier). Se supuso entonces que otro planeta en una órbita más interior al Sol era el causante de estas perturbaciones (se consideraron otras teorías como un leve achatamiento de los polos solares). El éxito de la búsqueda de Neptuno a consecuencia de las perturbaciones orbitales de Urano hicieron poner mucha fe a los astrónomos para esta hipótesis. Este planeta desconocido se le denominaría planeta Vulcano. Sin embargo, a comienzos del siglo XX, la Teoría General de la Relatividad de Albert Einstein explicaba la precesión observada, descartando al inexistente planeta. El efecto es muy pequeño: el efecto de dicha
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