Presión Arterial ensayo
Enviado por Mich Molis • 6 de Junio de 2018 • Síntesis • 3.048 Palabras (13 Páginas) • 216 Visitas
Presión Arterial
La presión arterial arterial refleja la expulsión rítmica de sangre del ventrículo izquierdo a la aorta. Se eleva durante la sístole, cuando el ventrículo izquierdo se contrae, y cae cuando el corazón se relaja durante la diástole. El contorno del trazo de la presión arterial es típico de los cambios en la presión que ocurren en las arterias grandes de la circulación sistémica. Existe un rápido ascenso en el contorno de la presión durante la contracción del ventrículo izquierdo, seguido de un ascenso más lento hasta la presión máxima. Cerca del 70% de la sangre que sale del ventrículo izquierdo se expulsa durante el primer tercio de la sístole, lo que explica el ascenso rápido en el contorno de la presión. El final de la sístole está marcado por una desviación descendente corta y la formación de una muesca dicrótica, que se genera cuando la presión ventricular cae por debajo de la presión arterial. El cierre súbito de la válvula aórtica se relaciona con un pequeño incremento en la presión causado por la contracción continuada de la aorta y otros grandes vasos contra la válvula cerrada. Conforme los ventrículos se relajan y la sangre fluye hacia los vasos periféricos durante la diástole, la presión arterial cae, rápidamente al principio y luego disminuye con lentitud, conforme disminuye la fuerza impulsora.
La presión a la altura de la presión del pulso, llamada presión sistólica, es menor de 120 mm Hg en condiciones ideales, y la presión más baja, conocida como presión diastólica, es menor de 80 mm Hg. La diferencia entre la presión sistólica y la diastólica (alrededor de 40 mm Hg en adultos sanos) es la presión del pulso.
Existen 2 factores principales que influyen en la magnitud de la presión del pulso: el volumen de sangre expulsado del ventrículo izquierdo durante un solo latido (volumen por latido) y la distensibilidad total del árbol arterial. La presión arterial media (cercana a 90-100 mm Hg) representa la presión promedio en el sistema arterial durante la contracción y relajación ventriculares, y es un buen indicador de la perfusión tisular.
La presión arterial media se determina sobre todo por el gasto cardíaco (volumen por latido × frecuencia cardíaca) y la resistencia vascular periférica, y puede expresarse como el producto de ambas (presión arterial arterial media = gasto cardíaco × resistencia vascular periférica). La resistencia vascular periférica refleja los cambios en el radio de las arteriolas, así como la viscosidad o espesura de la sangre.
En la hipertensión y enfermedades que afectan la presión arterial, los cambios en ésta casi siempre se describen en términos de presiones sistólica y diastólica, presión del pulso y presión arterial media. Estas presiones se modifican por el volumen por latido, la rapidez con la que la sangre se expulsa del corazón, las propiedades elásticas de la aorta y las grandes arterias, y su capacidad para aceptar distintas cantidades de sangre expulsada del corazón, así como de las propiedades de los vasos sanguíneos de resistencia que controlan el desplazamiento de la sangre a los vasos más pequeños y los capilares que conectan las circulaciones arterial y venosa.
Mecanismos de regulación de la presión arterial
Aunque los distintos tejidos del cuerpo son capaces de regular su propio flujo sanguíneo, es necesario que la presión arterial se mantenga relativamente constante conforme la sangre pasa de una región del cuerpo a otra. Los mecanismos usados para regular la presión arterial dependen de que se requiera un control agudo o de largo plazo.
Regulación aguda: Los mecanismos para la regulación aguda de la presión arterial, los que actúan en segundos a minutos, sirven para corregir los desequilibrios temporales de la presión arterial, como ocurren durante el ejercicio físico y los cambios de la posición corporal. Estos mecanismos también permiten mantener la presión arterial en niveles adecuados para la supervivencia en situaciones que ponen en peligro la vida, como una hemorragia aguda.
Mecanismos neurales: Los centros para el control neural de la presión arterial se sitúan en la formación reticular del bulbo raquídeo y en el tercio inferior de la protuberancia anular, donde se integran y modulan las respuestas del sistema nervioso autónomo (SNA)2. Esta área del encéfalo contiene los centros de control vasomotor y cardíaco, y a menudo se denomina en conjunto como centro cardiovascular. El centro cardiovascular transmite impulsos parasimpáticos al corazón a través del nervio vago e impulsos simpáticos al corazón y los vasos sanguíneos por la médula espinal y los nervios simpáticos periféricos. La estimulación vagal del corazón disminuye la frecuencia cardíaca, mientras que la estimulación simpática incrementa la frecuencia y la contractilidad cardíacas. Los vasos sanguíneos tienen inervación selectiva del sistema nervioso simpático (SNS).
El control del SNA sobre la presión arterial está mediado por reflejos circulatorios intrínsecos, reflejos extrínsecos y centros superiores de control neural. Los reflejos intrínsecos, incluidos los reflejos barorreceptores y quimiorreceptores, se localizan en el sistema circulatorio y son esenciales para la regulación de la presión arterial en el corto plazo. Los sensores para los reflejos extrínsecos se encuentran fuera de la circulación. Incluyen respuestas de la presión arterial vinculadas con factores como el dolor y el frío. Las vías neurales para estas reacciones son más difusas y sus respuestas son menos consistentes que las de los reflejos intrínsecos. Muchas de estas respuestas pasan por el hipotálamo, que tiene un papel esencial en el control de las respuestas del SNS. Entre las respuestas de los centros superiores están las causadas por cambios en el estado de ánimo y la emoción.
Los barorreceptores o presorreceptores son receptores sensibles a la tensión situados en las paredes de los vasos sanguíneos y el corazón. Los barorreceptores carotídeos y aórticos se encuentran en sitios estratégicos entre el corazón y el cerebro. Responden a los cambios en el estiramiento vascular y emiten impulsos a los centros cardiovasculares del tallo encefálico para inducir los cambios apropiados en la frecuencia cardíaca, frecuencia de contracción y tono del músculo liso vascular.
Los quimiorreceptores arteriales son células quimiosensibles que vigilan el contenido sanguíneo de oxígeno, dióxido de carbono e iones hidrógeno. Se localizan en los cuerpos carotídeos, que están en la bifurcación de las 2 carótidas primitivas, y en los cuerpos aórticos. Debido a su localización, estos quimiorreceptores siempre están en contacto estrecho con la sangre arterial. Aunque la función principal de los quimiorreceptores es regular la ventilación, también se comunican con los centros cardiovasculares en el tallo encefálico y pueden causar vasoconstricción generalizada.
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