Prevención Secundaria

Prevención secundaria

Proceso basado en la detección e identificación de una patología presente en el organismo, mediante exámenes precoces, sean específicos o en masa; además del uso de métodos de tratamiento estandarizado, es decir, los medicamentos respectivos para contrarrestar la enfermedad. Por consiguiente, la prevención secundaria tiene como finalidad la disminución y reducción de la evolución y duración de la patología detectada en el organismo.

La prevención secundaria tiene como objeto eliminar en sus fases iniciales, por ello decimos que lucha contra la prevalencia de la enfermedad en el organismo.

Se realiza un conjunto de acciones que permiten realizar un diagnóstico precoz, para así, poder emplear un tratamiento adecuado antes de que haya una gran presencia de síntomas y por ende un avance de la patología.

Solo habrá una prevención secundaria, cuando la prevención primaria haya fallado o simplemente no haya existido; este proceso se realiza en un momento pre-asintomático del periodo patológico. El núcleo fundamental de esta prevención son los programas de cribado o detección y el conjunto de procedimientos (pruebas de laboratorio, exploraciones radiológicas, etc.) del sistema sanitario para detectar e identificar una enfermedad.

Ejemplos:

• Enfermedad en general: Estrés

Una persona con fuertes cargas de trabajo a diario, poco descanso, fuertes malestares musculares, languidez y actitud volátil, es una persona con estrés. Esta persona luego de varios días, se dirige a un centro médico, donde mediante ciertas pruebas psicológicas y exámenes de laboratorio de rutina se confirma el padecimiento de estrés del mismo. Entonces, el médico tratante le prescribe ciertos relajantes musculares para el malestar corporal y también lo deriva al psicólogo, para que puede liberar toda la carga emocional guardada. Con la realización de cada una de estas acciones, se está evitando el avance o progreso del nivel de estrés en el paciente.

• Enfermedad odontológica: Mal oclusión dentaria

Un niño de 13 años, presenta desviación en algunas de sus piezas dentarias, este problema es detectado al asistir a una consulta pediátrica, donde el doctor lo deriva a un odontólogo, este último le realiza una prueba al paciente, la cual consiste en morder, teniendo contacto los molares superiores con los inferiores, y mantener esa posición por unos segundos. Se corrobora mediante la prueba de oclusión que el paciente tiene mal oclusión dentaria, como el niño ya tiene sus dientes permanentes, el odontólogo corrige estas alteraciones mediante intervenciones de ortodoncia. Este tratamiento permite mejoras en la oclusión del niño, que es una de las funciones más importantes para la masticación; además de detener el proceso de desviación de las piezas dentarias.

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