Primeros Auxilios
Enviado por 12377333598 • 6 de Junio de 2013 • 2.322 Palabras (10 Páginas) • 276 Visitas
Manual de Primeros Auxilios
El estado y la evolución de las lesiones derivadas de un accidente dependenb en gran parte de la rapidez y de la calidad de los primeros auxilios recibidos.
La Ley 31/95, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales,
marca como obligación el análisis de las posibles situaciones de emergencia
en la empresa, así como la adopción de las medidas necesarias en materia de
primeros auxilios.
FORMACIÓN Y ORGANIZACIÓN
No todos los trabajadores de la empresa deben ser entrenados como
socorristas, pero sí es conveniente que todos y cada uno de los
trabajadores estén informados y formados en Primeros Auxilios,
principalmente los responsables de grupo (mandos intermedios,
encargados,...) así como aquellos que trabajan en zonas de riesgo.
Los socorristas laborales serán voluntarios y deberán ser el «número
suficiente» dependiendo de las condiciones de la empresa.
Una cifra orientativa para situaciones de riesgo bajo sería de un socorrista
por cada 50 trabajadores por turno (considerando siempre la necesidad de
disponer de socorristas suplentes).
En todo caso se debería disponer en cualquier momento en la empresa de
una persona encargada de la actuación en situaciones de emergencia.
Otros componentes del eslabón de la Cadena de Socorro, serán los testigos
y el/la telefonista.
INTRODUCCION
Se entiende por Primeros Auxilios el conjunto de actuaciones y técnicas que
permiten la atención inmediata de un accidentado hasta que llega la
asistencia médica profesional, a fin de que las lesiones que ha sufrido no
empeoren.
Existen 10 consideraciones que se deben tener en cuenta, siempre, como
actitud a mantener ante los accidentes.
El asumir estos consejos nos permitirá evitar cometer los errores más
habituales en la atención de accidentados y, con ello, conseguir no agravar
las lesiones de los mismos.
Conservar la calma.
No perder los nervios es básico para poder actuar de forma correcta,
evitando errores irremediables.
Evitar aglomeraciones que puedan entorpecer la actuación del socorrista.
Saber imponerse.
Es preciso hacerse cargo de la situación y dirigir la organización de
recursos y la posterior evacuación del herido.
No mover.
Como norma básica y elemental no se debe mover a nadie que haya sufrido
un accidente hasta estar seguro de que se pueden realizar movimientos sin
riesgo de empeorar las lesiones ya existentes. No obstante, existen
situaciones en las que la movilización debe ser inmediata: cuando las
condiciones ambientales así lo exijan o bien cuando se debe realizar la
maniobra de reanimación cardiopulmonar.
Examinar al herido.
Se debe efectuar una evaluación primaria, que consistirá en determinar
aquellas situaciones en que exista la posibilidad de la pérdida de la vida de
forma inmediata.
Posteriormente, se procederá a realizar la evaluación secundaria o, lo que es
lo mismo, controlar aquellas lesiones que pueden esperar la llegada de los
servicios profesionalizados.
PRINCIPIOS GENERALES
Tranquilizar al herido.
Los accidentados suelen estar asustados, desconocen las lesiones que
sufren y necesitan a alguien en quien confiar en esos momentos. Es función
del socorrista ofrecer esa confianza y mejorar el estado anímico del
lesionado.
Mantener al herido caliente.
Cuando el organismo humano recibe una lesión, se activan los mecanismos
de autodefensa implicando, en muchas ocasiones, la pérdida de calor
corporal. Esta situación se acentúa cuando existe pérdida de sangre, ya que
una de las funciones de ésta es la de mantener la temperatura interna del
cuerpo.
Avisar a personal sanitario.
Este consejo se traduce como la necesidad de pedir ayuda con rapidez, a
fin de establecer un tratamiento médico lo más precozmente posible.
Traslado adecuado.
Es importante acabar con la práctica habitual de la evacuación en coche
particular, ya que si la lesión es vital no se puede trasladar y se debe
atender “in situ", y si la lesión no es vital, quiere decir que puede esperar la
llegada de un vehículo debidamente acondicionado.
No medicar.
Esta facultad es exclusiva del médico.
ACTIVACIÓN DEL SISTEMA DE EMERGENCIA: P.A.S
En cualquier accidente debemos ACTIVAR EL SISTEMA DE
EMERGENCIA. Para ello recordaremos la palabra P.A.S., que está formada
por las iniciales de tres actuaciones secuenciales para empezar a atender al
accidentado:
Antes de actuar, hemos detener la seguridad de que tanto el
accidentado como nosotros mismos estamos fuera de todo peligro. Por
ejemplo, no atenderemos a un electrocutado sin antes desconectar la
corriente causante del accidente, pues de lo contrario nos accidentaríamos
nosotros también.
Siempre que sea posible daremos aviso a los servicios sanitarios de la
empresa o exteriores (112 - 061 - 091 - 092) y por el método más
rápido, de la existencia del accidente, activando así el Sistema de
Emergencia, para inmediatamente empezar a socorrer en espera de ayuda.
Hay que indicar siempre:
• Lugar y tipo del accidente.
• Número de heridos.
• Identificación de la persona que llama, ya que las llamadas anónimas
inspiran desconfianza.
• No abandonar nunca la comunicación hasta que nos lo digan.
Si estamos solos, lo primero es socorrer a las víctimas intentando avisar lo
antes posible.
Una vez hemos protegido y avisado, procederemos a evaluar el estado
del lesionado.
La “A” de Avisar
La “P” de Proteger
La “S” de Socorrer
EVALUACIÓN Y ACTUACIÓN
La evaluación se realiza en el lugar de los hechos con el fin de establecer
prioridades y adoptar las medidas necesarias en cada caso. Consta de dos
pasos:
VALORACIÓN PRIMARIA: Su objetivo es identificar las situaciones que
suponen una amenaza para la vida. Para ello observaremos, siempre por este
orden:
• El ESTADO DE CONSCIENCIA
• LA RESPIRACIÓN
• LA CIRCULACIÓN SANGUÍNEA (PULSO)
• LA EXISTENCIA DE HEMORRAGIAS
VALORACIÓN SECUNDARIA: Una vez superada la valoración
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