Pulsiones y destinos de pulsión
Enviado por vanesa-beta • 10 de Junio de 2021 • Ensayo • 1.316 Palabras (6 Páginas) • 107 Visitas
Pulsión y destino de pulsión
Leydi Vanessa Betancurth
Corporación Universitaria Empresarial Alexander von Humboldt
Facultad de Psicología
Psicoanálisis
Juan Manuel López Mejía
Abril de 2021
Pulsiones y destinos de pulsión
El concepto de pulsión y destinos de pulsiones debe de tener en cuenta diversas terminologías que nos aproxime al entendimiento del mismo según el psicoanálisis: la excitación que percibe un individuo, viene determinado: excitación exógena (estímulos), y excitación endógena (pulsión). La primera son sensaciones que producen los objetos externos que rodean a la persona, para Freud(1915) “biológico, pasamos a la consideración de la vida anímica, la «pulsión» nos aparece como un concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático, como un representante {Reprasentant} psíquico, de los estímulos que provienen del interior del cuerpo y alcanzan el alma, como una medida de la exigencia de trabajo que es impuesta a lo anímico a consecuencia de su trabazón con lo corporal”(p.117), el segundo son necesidades fisiológicas que exige el organismo para mantener su supervivencia[a]. Dentro de las necesidades se encuentra las pulsiones sexuales o libido, las cuales se subdividen en dos: la libido yoica o narcisista; la cual el mayor interés de su sexualidad es dirigido al yo[b]. Pulsiones sexuales; se enfoca sexualmente en el objeto. Alrededor de las sensaciones que rigen al ser humano, se encuentra el principio del placer: es la tendencia psíquica del individuo para evitar el displacer produciendo estímulos desagradables que genera rechazo de pulsión, ocasiona la tendencia a evitar la excitación. Según el principio de constancia (nirvana), existe la pulsión de muerte (odio o tanatos) y la pulsión de vida (amor o eros) donde el aparato anímico se afana por mantener una baja o constante de excitación que sea posible, encontrándose en el principio de placer; donde se llega al amor o al odio, el objeto o estimulo que produce la pulsión[c]. Cuando se despierta una pulsión[d], está a su vez produce una fijación hacia un objeto es aquello por lo cual puede alcanzar la meta o la satisfacción que puede ser del medio externo o provenir del mismo interior del individuo[e] convirtiéndose[f] este objeto en una meta de la pulsión donde es el fin de toda la pulsión la satisfacción donde se llega a ella por varios caminos invariable en la pulsión o meta inhibida, por lo que toda fuente de una pulsión es donde viene la excitación es como el lugar donde se especifica cada pulsión determinada, siempre es una zona del cuerpo a la cual se le denomina zonas erógenas[g]. Los trastornos[h] que determina el psicoanálisis donde el deseo de la libido en la pulsión hacia el dolor, la meta o el objeto a conseguir placer por medio de causar dolor (sadismo), por lo contrario, se llega a sentir placer en el momento en que le infligen dolor (masoquismo), todo esto se vincula al autoerotismo y el narcisismo relacionados en las pulsiones sexuales.
Freud (1915) “¿Debe suponerse que las diversas pulsiones que provienen de lo corporal y operan sobre lo anímico se distinguen también por cualidades diferentes, y por eso se comportan dentro de la vida anímica de manera cualitativamente distinta?” (p.119). Al amar y odiar se divide: En amar-odiar, amar y ser amado. Donde el sujeto es el yo[i], el objeto el mundo exterior, el placer puede ser; el amor propio el cual se convierte en una meta activa o el amar a otros siendo una meta pasiva. El yo es pasivo por mismo, pero se transforma activo cuando recibe los estímulos del mundo convirtiéndose en pulsiones[j]. Cuando el objeto es placentero este se incorpora al yo, pero cuando este ejerce displacer el yo crea distancia. El amar y ser amado o el odiar y ser odiado, es el simple hecho de la necesidad de la energía libido del yo en la búsqueda del placer y alejarse del placer por medio de las pulsiones y por último termina Freud (1915) diciendo que los “destinos de pulsión consisten, en lo esencial, en que las mociones pulsionales son sometidas a las influencias de las tres grandes polaridades que gobiernan la vida anímica[k]. “De estas tres polaridades, la que media entre actividad y pasividad puede definirse como la biológica; la que media entre yo y mundo exterior, como la real; y, por último, la de placer-displacer, como la económica” (p.134). (Strachey & Freud, 1916, pp. 105-134).
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