Que Nos Hace Humanos
Enviado por sabash0213 • 24 de Noviembre de 2013 • 1.423 Palabras (6 Páginas) • 214 Visitas
¿Qué nos hace humanos?
Para poder conocer qué es lo específicamente humano, echamos mano de compararnos con nuestros parientes más próximos, los primates. Con esto no se pretende demostrar que los animales son diferentes a los hombres –eso es obvio- sino mostrar en qué lo son.
Lo que nos hace humanos es la capacidad de aflojar las ataduras del dictado de los genes. Es una respuesta certera que nos ofrece tanto los conocimientos de la Biología Humana, como los conocimientos del cerebro y la mente, que hoy tenemos gracias a los avances espectaculares de las llamadas Neurociencias.
Reconozco de entrada, que tengo una especial debilidad por algunos animales; en concreto por los chimpancés. Es grato saber cómo funciona su cerebro. Están muy bien hechos y se comportan bien; no desconciertan. No quiero decir que nos conozcamos a nosotros mismos mirándoles a ellos. Al contrario, precisamente porque me experimento a mí misma, y conozco a otras personas, el mirarles a ellos, el ver cómo funciona su cerebro, facilita no eludir el misterio del hombre. Asirlo y que no se me escape.
Esta comparación es de las pocas que no son odiosas. Realmente en cada uno de nosotros hay algo misterioso, más allá del misterio mismo de la vida, que no aparece nunca en ellos.
En cada uno de los hombres, el primer nivel, es lo biológico. Y en cada uno de nosotros, ese nivel básico se funde con ese otro que hace de nuestra vida nuestra biografía: una autobiografía. Hace que tenga cada uno su historia personal, su pasado, y con nuestro pasado y nuestras raíces, seamos capaces de proyectar el futuro desde el presente. Eso otro se puede llamar de muchas formas. Me referiré como el plus de cada uno. Un plus de realidad, suyo, que le hace a usted ser diferente de cualquier otro, aunque ese otro sea su hermano gemelo; aunque tenga, y haya tenido, la mismísima educación y ambiente.
A lo largo de la evolución los animales han ido alcanzando más y más autonomía del medio, a diferencia de las plantas. Es porque tienen cerebro, ven, oyen, se comunican muchas cosas entre sí, por ejemplo si hay depredadores, si hay alimentos… Y saben responder a las señales que les envían sus congéneres. Saben, por ejemplo, distinguir los sonidos emitidos por una cría juguetona del emitido por el macho líder de la manada; y no responden con el mismo comportamiento en un caso que en otro. Lo que nunca saben es que saben.
Aprenden el modo de comportarse propio y específico de los suyos, el mismo para todos desde que aparecieron los suyos en la Tierra. Tan bien ajustados sus instintos que nunca se envenenan, ni se indigestan. Tienen tan a mano las respuestas correctas que reaccionan como corresponde a su especie y a su edad; respuesta siempre correcta y siempre igual.
Con ellos no hay sorpresas. Se puede saber cómo se va a comportar en una misma situación con solo saber su edad. Es clásico el experimento de la respuesta al miedo de monos. Si son de corta edad reaccionan si se les separa de la madre con un susurro; es un comportamiento asociativo, con el que intentan que ésta se les acerque. La vía del cerebro que controla el comportamiento al miedo está en un estado de madurez concreto, correspondiente a su edad. Meses más tarde, cuando han desarrollado otras vías o madurado esa vía estos animales son capaces de reaccionar de formas también diferentes ante las amenazas inmediatas: primero, con inmovilidad absoluta y más tarde con gruñidos.
El animal vive siempre en un permanente presente. Su comportamiento es característico de cada edad de la vida, para todos y cada uno, idéntico. Vivir sólo en presente es el propio del animal: no tiene por tanto ni necesidad de arrepentirse ni alegrarse de nada del pasado, ni necesidad de proyectar y ganarse el futuro.
Tan es así, que jamás se ha logrado enseñar a un animal a clavar un clavo. Clavar un clavo en una pared supone proyectar, con iniciativa propia, los martillazos; corregir a cada paso la trayectoria, enderezando o inclinando el clavo de manera que la punta penetre. La naturaleza no da a ningún animal, ni siquiera al chimpancé, ninguno de los dos elementos imprescindibles para esa tarea.
¿Qué es imprescindible para clavar un clavo? Pues algo que a nosotros nos parece tan sencillo como
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