REPRESENTACIÓN DE LAS FUNCIONES DEL LENGUAJE.
Enviado por luciacpg2014 • 16 de Mayo de 2016 • Resumen • 4.781 Palabras (20 Páginas) • 290 Visitas
REPRESENTACIÓN DE LAS FUNCIONES DEL LENGUAJE
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I. REPRESENTACIÓN DE LA FUNCIÓN REFERENCIAL. Es la que se cumple siempre en un mensaje. Pone en marcha la capacidad de significar que tiene el lenguaje. “Se da, pues, en toda la lengua; más lo fundamental es su modo de significar, que es el de la representación y el de la enunciación asertiva o dubitativa”[1].
También se le llama simbólica, representativa, designativa, informativa, cognoscitiva: el mensaje es significado, significa algo; el mensaje nos hace partícipes de un saber: sea este abstracto; por ejemplo, una idea del tipo «la raza es la casta o linaje de un grupo humano», o concreto: «La Universidad de Piura tiene amplios jardines», o incluso imaginado o ficticio: Un mundo para Julius es la historia de una familia aristocrática limeña a través de la mirada de uno de los hijos pequeños de la familia.
La función representativa queda plasmada, pues, en la medida en que se informa de algo. La función referencial se cumple en la información que procesamos frente a un mensaje. «Por esta función “significamos”, relacionamos conceptos e ideas, transmitimos opiniones, pensamientos, pareceres»[2].
Si en un texto predomina la función referencial, eso significa que hay un distanciamiento del autor, una voluntad decidida de permanecer al margen del mensaje. Es la función con la que transmitimos información objetiva a otras personas sobre cualquier cuestión relacionada con el contexto, con la realidad a la que se refiere el mensaje. Ejemplos:
Hoy hace calor.
- La fórmula del agua es H2O.
- El avión sale a las 16:45.
- «El verano pasado la imprudencia en las playas de nuestro país costó la vida de 42 personas de distintas edades». (Titular extraído de la prensa nacional, enero 2011).
- «Una investigación revela que la diversidad y cantidad de microbios en el océano es entre 10 y 100 veces mayor de lo esperado y que la inmensa mayoría de estos organismos eran desconocidos para la ciencia hasta ahora». (Fuente: EFE. 2006).
La comprensión de cualquier información, es posible reformularla objetivamente en términos mínimos de información, remitiéndonos a informar sobre el acto de decir: ‘tal discurso desarrolla la crítica o la opinión que le merece al autor tal o cual realidad’, o que ‘tal mensaje es la evocación de recuerdos de la niñez del autor’, etc.
A. La negación: Al negar no se predica nada de nada, sino que se dice que alguien o algo carece de determinada propiedad, actitud, estado, proceso, etc., es decir, determinada relación: «... la negación es una aserción que generalmente responde a la función referencial o representativa, y forma parte de un procedimiento enunciativo»[3].
B. La duda: manifiesta un estado de ánimo, de inseguridad. La duda puede ser explícita o implícita. La implícita se suele formular a través de las interrogativas. Las de duda explícita abarcan la manifestación de la posibilidad y la probabilidad.
De duda: tal vez haya llegado ya a casa
Probabilidad: no creo que venga ya a la reunión (futuro dudoso)
Posibilidad: seguro que ya lo ha terminado (futuro con certeza)
C. La interrogación: Las hay totales y parciales.
II. REPRESENTACIÓN DE LA FUNCIÓN EMOTIVA. Se trata de observar la expresión gramatical de la afectividad por parte del emisor, que responde a una actitud de este ante el mensaje y el receptor[4].
También se le conoce como función expresiva: es la función que da cuenta de la actitud del sujeto con referencia a aquello de lo cual está hablando. Es la representación lingüística de la reacción[5] del sujeto hablante frente a la realidad que codifica, sea esta reacción real o fingida. La función emotiva se manifiesta por la presencia expresa del enunciador (emisor) en su enunciado. Habrá que describir las formas lingüísticas que funcionan como índices de la inscripción en el enunciado del sujeto de enunciación.
Son subjetivas las siguientes unidades:
a) Los deícticos: que remiten directamente al sujeto hablante y a sus coordenadas espacio–temporales. Son los deícticos extratextuales[6], elementos del texto que nos remiten a factores externos al texto.
Deícticos personales: yo, uno (con referencia al yo que habla), tú, nosotros.
Posesivos: mi, mío, tuyo, nuestro.
Todos los deícticos que nos hagan presente la presencialidad de un yo, un tú o un nosotros como:
La deixis espacial: cerca, delante, detrás
La deixis temporal: Ahora, ayer, la semana pasada, dentro de poco, dentro de dos días, en unos años, esta mañana.
b) Los evaluativos:
Términos axiológicos: que implican una norma interna al sujeto de enunciación, relativa a sus sistemas de evaluaciones; por lo que siempre supondrán un juicio de valor, positivo o negativo. Así, son portadores de un rasgo evaluativo del tipo bueno/malo. Por ejemplo: El espectáculo de danzas chinas presenta la maravillosa cadencia del cuerpo, y exalta la alegría de la vida a través del movimiento sincronizado y simbólico de sus bailarines.
Términos modalizadores (términos extraoracionales o extrapredicativos): Antes de llegar al mensaje concreto existe un primer nivel: el hablante comunica algo (nivel de enunciación), y un segundo: el hablante expresa su actitud ante ese algo (nivel modal). Los modalizadores señalan el grado de adhesión del sujeto de enunciación a los contenidos enunciados. Generalmente son los adverbios los que modalizan el contenido proposicional del enunciado. Ej.: «Lamentablemente, nadie lo advirtió», «personalmente, estoy satisfecho».
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