Reciclado del aluminio

Reciclado del aluminio

Trabajo realizado por: Arancha Fernández González, Manuel Costal Fernández, Javier López Beiro, Pablo Merlán López y Rubén Couce Sánchez. 

1. Características del aluminio. 

El elemento de número atómico 13 de la tabla periódica y símbolo Al no es otro que el aluminio, metal no férreo de color plateado, ligero, altamente conductor del calor y la corriente eléctrica y de gran reflectividad. Se encuentra en grandes cantidades, siendo este el metal más abundante en la Tierra, pero no aparece libremente en la naturaleza, sino necesario realizar una extracción más elaborada, obteniéndose previamente la bauxita de donde se extraerá posteriormente el elemento.  

El aluminio es también un elemento estable y resistente a la corrosión provocada por el agua salada, esto debido a una fina capa de óxido que se forma y recubre al metal.  

Pese a que el elemento puro es blando puede formar junto a otros elementos aleaciones con mayor resistencia y propiedades útiles; siendo estas considerablemente livianas, fuertes y de fácil formación y maquinabilidad. Por todos estos motivos el aluminio es el metal no férreo de mayor uso.  

El aluminio se empleaba en la antigüedad clásica tanto en tintorería como en medicina como una sal doble que se denominaba alumbre, aun empleada hoy día.  

En el siglo XIX con el desarrollo de la Física y de la Química se descubrió el elemento, siendo nombrado en primera instancia como “Aluminum” por el británico Sir Humphrey Davy en 1809, y, con la posterior sistematización de los nombres de los distintos elementos, se cambió por coherencia al nombre “Aluminium”.  

La extracción del aluminio fue una tarea ardua en un primer momento, considerándose así un metal exótico, consiguiéndose posteriormente una mejora en el rendimiento de extracción del elemento. 

2. Usos generales e industriales. 

• Aluminio en medicamentos.  

El aluminio ha formado parte de un gran número de medicamentos durante años, tanto de los recetados como de los que no. Las autoridades han llegado a la evidencia de que la ingesta de estos medicamentos puede llevarse a cabo de forma segura.  

Uno de los principales compuestos empleados conteniendo este metal es el hidróxido de aluminio, usado como antiácido, para tratamiento de úlceras gástricas y como protección de fosfatos para fallos renales de larga duración, siendo estos medicamentos los más eficaces en lo relativo a dichas situaciones.  

• El aluminio en la construcción.  

Las propiedades físicas y mecánicas del aluminio lo convierten en un material óptimo para la construcción, permitiendo la formación de estructuras livianas, complejas y robustas sin requerir apenas mantenimiento.  

Es un elemento con un gran abanico de posibilidades pudiendo formar distintas aleaciones con diferentes formas para abarcar las necesidades de cada situación.  

Algunas de sus aplicaciones podrían ser en, ventanas, marcos, puertas, barandas, rejas, escaleras, laminados, tubos, perfiles, etc.  

El aluminio se emplea cada vez más para el revestimiento de fachadas de edificios no residenciales, con fines tanto estéticos como útiles, aumentando la durabilidad y proporcionando un mayor aislamiento.  

El aluminio también se emplea en estructuras de mayor tamaño como vigas, columnas, armazones de techumbres o puentes.  

• Empleo del aluminio en medios de transporte.  

El uso del aluminio en el sector del transporte puede ser tanto para fines decorativos como funcionales, tanto en el exterior como en el interior.  

La construcción de vehículos en estos tiempos se apoya, como en la mayoría de los sectores de la industria, en un compendio de factores de rentabilidad, eficiencia y minimización de emisiones de agentes contaminantes; garantizando la rigidez y resistencia estructural del producto. Es aquí donde el aluminio juega un papel importante, presentando las aleaciones de éste un conjunto inigualable de prestaciones y planteando soluciones óptimas para una gran diversidad de vehículos, en especial para los autobuses y derivados, siendo el aluminio el material de elección por parte de numerosos fabricantes. 

3. Inocuidad del aluminio. 

Este elemento metálico puede contaminar peligrosamente nuestros alimentos, no solo a través del contacto con sus envases, también por su empleo en utensilios de cocina, máquinas de procesado de alimentos..., incluso la lluvia arrastra el aluminio a los suministros de agua, y de ahí a los grifos de nuestras casas debido a que no se llega a eliminar en los tratamientos previos. 

Nuestra legislación acepta la utilización de aditivos que contienen aluminio, como el “sulfato de aluminio” que es abundante en las conservas. Otros aditivos con este metal están en levaduras, sal, fórmulas para bebés, bollería, medicamentos como los analgésicos...Sin obviar su presencia en los productos de cosmética como desodorantes, champús y todo tipo de lociones. 

Estamos ante un elemento neurotóxico, que ataca nuestro sistema nervioso y puede llegar a producir enfermedades degenerativas, y aun así las leyes de salud y sanidad son capaces de mirar hacia otro lado. 

Según varios estudios realizados, una de las mejores formas de eliminar gran cantidad del aluminio es bebiendo al menos un litro y medio de agua al día, pues ésta contiene silicio, que ayuda a eliminar el aluminio a través de la orina. 

Sin embargo, otros estudios defienden la utilización del aluminio, declarándolo como inocuo para nuestro organismo ya que, según ellos, la cantidad de aluminio que ingerimos no resulta peligrosa para nuestro organismo debido a que son cantidades muy bajas y a que somos capaces de deshacernos de él con relativa facilidad. 

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