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Regimen Electoral en la Antiguedad


Enviado por   •  19 de Febrero de 2016  •  Resumen  •  1.965 Palabras (8 Páginas)  •  226 Visitas

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REGIMEN ELECTORAL EN LA ANTIGÜEDAD

Para iniciar con lo relacionado al régimen electoral en la antigüedad, es necesario referirnos antes que nada al término “democracia”, el cual como bien sabemos, su origen se remonta a las primeras formas de sociedad humana, toda vez que el hombre en la antigüedad vivía o se agrupaba en tribus, cuyas decisiones eran tomadas por todos los miembros adultos de la misma, prevaleciendo en esta toma de decisiones, como bien lo menciona George Novack, el criterio de la unanimidad, y no el de voto de la mayoría.[1] 

Una vez dicho lo anterior nos ocuparemos de realizar algunas puntualizaciones respecto a las diversas instituciones y procedimientos que existieron en las ciudades antiguas de Atenas, Esparta y Roma. Así pues, diremos que en la época arcaica las distintas colectividades griegas se estructuraban en tribus que reunían a un determinado número de fratrias, que era la unidad jerárquica fundamental, que a su vez agrupa a varios genos o conjuntos de familias, que pretendidamente poseían un mismo antepasado común de carácter mítico o incluso religioso. En esta tesitura Ferran Requejo Coll, nos dice que hasta el siglo VIII a. C. la vinculación del individuo con la colectividad se debe más a las familias aristocráticas que dirigen la fratria que a una ciudad o a una unidad más amplia.[2] 

No obstante lo anterior, con el paso del tiempo esta forma de vida u organización fue evolucionando hasta la aparición de la sociedad de clases y del Estado, acabando con ello la democracia inicial que hemos mencionado en líneas anteriores. Así pues, tenemos que en Atenas y en Roma, la organización tradicional, basada en el nacimiento y en los vínculos de pertenencia  al clan (ethnos), fue reemplazada con la consolidación de una nueva forma de organización política: la polis o civitas.

Antes de seguir adentrándonos en el tema, considero oportuno resaltar que la democracia no ha sido una forma de gobierno estable o permanente, sino por el contrario, ha estado precedida por otras formas mucho más restrictivas como la teocracia, aristocracia, oligarquía, monarquía, tiranía, etc. sin embargo, los primeros datos que tenemos de esta en la antigüedad, se ubican precisamente en la Grecia del siglo VII, bautizándola como un gobierno del pueblo, misma que fue definida por Pericles y Aristóteles como la supremacía de los muchos sobre los pocos.[3] De esta forma, podemos decir que las decisiones políticas que en un inicio eran tomadas por unas minorías aristocráticas, pasaron a partir de la segunda mitad del siglo V a. de C. a ser tomadas por un grupo mucho más amplio, obteniéndose en consecuencia un cierto control sobre sus gobernantes, gracias a un conjunto de normas legales-constitucionales que en ese entonces se empezaron a establecer.

Los primeros datos políticos fiables de Atenas, datan del siglo VII a. de C. Según Aristóteles, fue Dracón en 621 a. de C. quién dejó la primera constitución escrita, siendo a finales de ese mismo siglo que una crisis económica propició el acceso de Solón, al cargo máximo de arconte, quien dotado de poderes especiales lleva a cabo la primera de una serie de reformas que culminaría un siglo y medio después en el sistema democrático clásico de la época de Pericles.[4] 

Sus reformas se producen en muchos campos, destacando la prohibición de los préstamos con la fianza de la propia persona, dividiendo el censo de los ciudadanos en cuatro clases según sus recursos y otorgando a cada una de estas categorías diferentes obligaciones militares y políticas, logrando de esta forma una mayor participación de todos los ciudadanos en la asamblea y en los tribunales, que en un inicio estuvieron reservadas para las primeras clases, creando el Consejo de los Cuatrocientos formado por cien miembros de cada tribu y que era quien ejercía el gobierno de Atenas, cuyos miembros se elegían por sorteo anualmente entre todos los ciudadanos atenienses de más de treinta años. Su atribución más importante era preparar las sesiones de la asamblea (Eklesia), estableciendo el “orden del día”. Solón estableció que ninguna materia fuera presentada al pueblo en la asamblea sin pasar antes por este consejo. Pese a lo anteriormente dicho, hay unanimidad en considerar a Clístenes como el verdadero fundador de la democracia quien fue sucesor de Solón y sustituyó las cuatro tribus jonias tradicionales por diez nuevas, aumentando en cien los miembros del consejo, pasando a ser el Consejo de los Quinientos, formado por cincuenta miembros de cada tribu. Este nuevo sistema extendía los derechos políticos a la mayoría de los ciudadanos. Una de sus aportaciones más destacadas, es la institución del ostracismo, que tenía como finalidad fincar responsabilidad a sus gobernantes y salvaguardar la democracia, a pesar de todo ello, se dice que la democratización alcanzó su grado más alto cuando en el año 462 a. de C. cuando Efialtes introdujo unas reformas que privaron al Areópago de casi todas sus funciones, reduciéndolo a un tribunal con competencias para juzgar casos de asesinato.[5] 

En síntesis, las instituciones políticas de Atenas fueron estableciéndose y evolucionado de forma paralela a la formación de su constitución democrática. El Consejo del Areópago era la institución más antigua de la constitución ateniense, formaban parte de él los arcontes más sobresalientes de forma vitalicia. La designación por sorteo de sus cargos de gobierno es la característica más llamativa de la democracia ateniense, pero sin duda el centro de poder político de Atenas, así como su institución más conocida y más identificada con la democracia, era la Asamblea, formada por todos los ciudadanos de las diez tribus. Sin embargo, debe decirse que esta forma naciente de gobierno popular, tenía serias limitaciones, ya que las mujeres, extranjeros y esclavos no tenían sitio en la vida pública. Pese a todas estas imperfecciones, ya es en esta época cuando tiene su origen la democracia.[6]

Existe un periodo de tiranía en Atenas, (561-528 a. de C) a cargo de Pisístrato y la de sus hijos Hiparco e Hipias, que aunque parezca ilógico también contribuyó al proceso de democratización de Atenas, consolidándose y desarrollándose algunos aspectos que solo estaban apuntados o enunciados formalmente en las reformas solonianas. La larga fase de tiranía pisistrátida, consolidó en parte los efectos de la obra de Solón, porque aunque los tiranos no respetaban las instituciones y las pusieron al servicio de su gestión personalizada, el poder lo ejercían contra las aspiraciones tradicionales de la aristocracia y buscando el apoyo del demos al que favorecieron con medidas económicas y creación de trabajo y cuya cohesión e identidad intensificaron con políticas culturales y religiosas.[7]

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