Responsabilidad Social Empresarial
Enviado por martintorrentd • 27 de Marzo de 2012 • 1.001 Palabras (5 Páginas) • 663 Visitas
1.1 Etimología del vocablo ética.
La Ética es la búsqueda incesante de bienestar hacía el mayor número de personas potenciales.
Ética deriva del nombre griego ethos, que significa costumbre.
Los latinos llamaban a la costumbre, Mos, de donde se deriva la palabra “Moral”, que también trata de las acciones humanas en orden a su bondad o malicia. Según José Escapa, la ética para los griegos, en la antigüedad, obedecía a una concepción total del individuo y la sociedad; de la virtud y la verdad, donde la eticidad estaba asociada con el “cuidado de sí” con la “preocupación por sí”. Este precepto era para los griegos uno de los principales principios para las ciudades, una de las reglas más importantes para la conducta social y personal, y elemento fundamental en el arte de la existencia. Progresivamente, la ética ha venido a significar la averiguación rigurosa sobre el bien, esto es, sobre el “debe ser”. Lo que debe ser aunque no sea, o lo que es pero no debe ser. Tal es el objeto de la ética. Pero no se trata en la ética de fijar lo que debe ser el bien sino en descubrirlo, por eso la ética no inventa el concepto del bien; tampoco lo construye, simplemente lo descubre y nos lo muestra.
1.2 Retrospectiva de la Responsabilidad/Ética
Una vez realizada la visión de la ética según los clásicos, entraré de lleno en la aplicación de la ética en el mundo de la empresa y las organizaciones.
La misión de toda empresa y organización debe estar sustentada en valores éticos, sin que por ello se deban arredrar de crear de valor. Todo lo contrario, la creación de valor resulta ser la mejor manera de demostrar que se va por el buen camino.
Los valores éticos juegan un papel trascendental. Por esta razón la ética no debemos manejarla en clave de disyuntiva: ética sí o ética no… Por supuesto ética sí, siempre. Porque actuar bajo el paragua de la no ética sería un atajo que nunca tomaría el buen empresario que ama a su empresa, o en su caso el ejecutivo o líder al que consideramos un buen profesional.
Me viene a la memoria la prodigiosa década de los ochenta y, sin olvidar lo que llevamos de década del siglo XXI, donde la iconografía de algunos líderes empresariales y de entidades financieras compartían un currículum de tropelías, excesos y abusos sin parangón. Épocas en donde practicaban el todo vale, en muchos casos con el plácet de la justicia, gobiernos y de la sociedad en su conjunto. Esta forma de actuar no puede decirse que se sustenta en la ética. El uso de mecanismos algo heterodoxos para alcanzar ambiciosos objetivos y metas. Esas prácticas se aceptaban por parte de la sociedad de entonces, aunque por suerte hoy en día vemos como esos modelos que aún persisten suelen ser catalogados de antihéroes.
Hemos dado pasos de gigante en ese sentido y la sociedad ha madurado en pro de la ética. Mucho ha tenido que ver en ello las nuevas tecnologías, Internet y la proliferación de las redes sociales como medio de comunicación y expresión masiva.
Tenemos una sociedad más madura
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