Roberto Koch
Enviado por andreschch • 4 de Marzo de 2014 • 510 Palabras (3 Páginas) • 268 Visitas
ROUX Y BEHRING.
Poco después de 1888, Emilio Roux, el ayudante de Pasteur, descubrió que el bacilo de la difteria destila un veneno extraño y que un gramo de esa sustancia bastaba para producir la muerte de 2 500 perros.
En todas las gargantas los mismos bacilos extraños. El caldo de cultivo diftérico paralizaba a los conejos.
“Tomo unos matraces y puso dentro de ellos caldo esterilizado y sembró cultivos puros de bacilos de difteria, colocándolos después en la estufa del cultivo, pasados cuatro días, en un aparato extraño: un filtro en forma de bujía hueca, de porcelana porosa, el cual dejará pasar el líquido y retuviera los bacilos.
Inoculó el virus en pequeños conejos y conejillos de Indias, pero estos animales sobrevivieron al virus. Volvió a insistir con dosis mas elevadas de caldo filtrado a los mismos animales, a otros animales, y todo ello daba el mismo resultado, el líquido no contenía veneno. Pero otro bacteriólogo, Emilio Behring, trataba de observar los microbios de la difteria. El objetivo fundamental de Behring era encontrar una sustancia química que cure la difteria, inoculaba infinidad de conejillos de Indias con difteria y todos los animales enfermaron y a medida que se agravaban, les iba a inyectando diversos productos químicos. “Inyectó a varios conejillos de Indias una dosis de bacilos de la difteria capaz de matarlos con toda seguridad, y a las pocas horas los animales estaban enfermos; después, a las seis horas de la primera inyección, les hizo otra de tricloruro de yodo.” Ese día transcurrió sin complicaciones y al día siguiente los ratones estaban llenos de vida. Con ansiedad febril se dedicó a curar con el producto yodado a más conejillos de Indias; unas veces los mataban los microbios de la difteria, otras veces el remedio.
“Behring preparó un cultivo conteniendo un veneno, pero totalmente exento de microbios, del cual inyectó grandes dosis a los conejillos curados, pero volvieron a resistir la prueba.
Era la sangre la clave de Behring para encontrar la cura de los animales.
“Cogió uno de los animales muy le hizo una incisión en el cuello para extraer la sangre de alguna arteria, pero no había arteria. Registró el cuerpo del animal y obtuvo una gota de sangre donde se encontraba la pata. Pero ya tenia unas cuantas gotas de suero procedente de un conejillo durado, suero que mezcló en un tubo de vidrio con gran cantidad del caldo venenoso donde había cultivado bacilos de la difteria; inyectó la mezcla a conejillos no inmunizados y no murieron.” Behring obtuvo como conclusión que lo único que destruía el veneno de la difteria es el suero de los animales inmunizados o de los que han tenido difteria. “Inyectaba bacilos de la difteria, toxina difterica y tricloruro de yodo a conejos, ovejas y perros, con el propósito de obtener el suero antitoxina que serviría como preventivo de la difteria.”
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