SOCIEDAD Y SALUD MENTAL

SOCIEDAD Y SALUD MENTAL

SARA PACHECO CABALLERO Estudiante de 1º de Periodismo.

1.INTRODUCCIÓN

La elección del reto para realizar el presente trabajo, fue motivada por la importancia que tiene para la sociedad, entendemos, la integración de los enfermos mentales y la noticia publicada el 10 de Octubre de 1999 en EL PAIS con el siguiente titular: "Unas 2.000 personas piden un plan de salud mental y solicitan los servicios adecuados para estos enfermos".

El reto habla por si sólo, puesto que en la sociedad la percepción de la enfermedad mental ha ido cambiando a través del tiempo, en concordancia con la evolución del pensamiento social como luego expondremos.

La metodología empleada en el presente estudio ha consistido en formular dos entrevistas: una a JOSÉ CARMONA CALVO, Médico Psiquiatra, Coordinador del Equipo de Salud Mental del Distrito de Atención Primaria de Jerez de la Frontera; y la otra, a JOSÉ ANTONIO HERRERO VILLANUEVA, Enfermero, Secretario de la Asociación de Enfermería en Salud Mental (AESM) de España.

Previamente, además, se han recopilado datos de la siguiente bibliografía:

* Fmelser, N.J.: "Teoría Sociológica. Análisis Histórico y Formal". Espasa Calpe. Madrid. 1990.

* Harris, M.: "Introducción a la Antropología General". Alianza Editorial. Madrid. 1981.

* San Martín, H.: "Ecología Humana y Salud". Copilco. México. 1997.

* Goffman, E.: "Internados". Amorrortu. Buenos Aires.

* Hernández Conesa, J.: "Historia de la Enfermería". Ed. McGraw-Hill-Interamericana. Madrid. 1995.

* Hewstone, M y cols.: "Introducción a la Psicología Social". Ariel. Barcelona. 1990

* VVAA.: "Psiquiatría Social y Comunitaria". ICEPSS: Gran Canaria. 1997.

* Stuart, G.W y Sundeen, S.I.: "Enfermería Psiquiátrica". Guías profesionales de Enfermería. II Edición. McGraw-Hill-Interamericana. 1992.

* Isaacs, A.: "Enfermería en Salud Mental y Psiquiátrica". McGraw-Hill-Interamericana. Madrid. 1998.

* Libro de Ponencias y Comunicaciones del XV Congreso Nacional de Enfermería en Salud Mental (AESM). "Situación actual de la Enfermería en Salud Mental. Un análisis con futuro". Alcalá de Henares. Mayo 1998. Artes Gráficas Cañadas, SL.

La hipótesis a estudio es comprobar si existe una perspectiva social de la salud mental, si es cierto que el pensamiento social y el concepto de salud mental van en consonancia; y someter a análisis la marginación de los enfermos mentales. Con ello pretendemos llegar a una conclusión fundamentada.

2. RETO

Partimos de la idea de que, en la sociedad, la percepción de la enfermedad mental ha ido cambiando a través del tiempo, en concordancia con la evolución del pensamiento social.

El pensamiento humanista de siglo XVII coloca al ser humano en el centro del universo, se asiste al inicio de un nuevo concepto de persona, como el conjunto de los nexos entre lo somático, lo psicológico y lo social.

La enfermedad mental se empieza a percibir ya no como algo mágico, demoníaco, sino como un hecho que se estudia desde las diversas ciencias: Psicología, Psiquiatría, Antropología y Sociología. Se percibe como una alteración más dentro del contínuo salud-enfermedad.

Las enfermeras al establecer la relación de ayuda con las personas y familias a las que atienden, han de desvelar su perfil psicosocial, sus procesos y estructuras mentales, los roles que se les demanda y sus factores condicionantes tan implicados en la salud mental.

A continuación veremos como existe una estrecha relación entre el entorno social y el desarrollo de los conceptos de salud, trastorno mental y el desarrollo de las ciencias que se ocupan del ser humano.

El proceso psicosocial es muy importante en el comienzo de los trastornos de la salud mental, porque la percepción y atribución de los hechos se trasladan a la esfera de lo social. Para percibir y adaptarse a la realidad cambiante, el ser humano necesita de sus redes sociales, no del aislamiento, la reclusión o marginación.

En la Sociología y la Psicología la normalidad se asume como el constante que no se desvía de un valor, el cuál no definimos, porque la normalidad depende del modelo de ecosistema social concreto. Entre las "personas normales" existen variaciones de comportamiento y salvo en grandes desviaciones de la norma, que en esa cultura prevalece como valor, la frontera entre lo normal y lo anormal es difusa. Es en base a las exigencias específicas de cada tiempo y lugar el único referente que nos sirve para delimitar esta frontera.

La salud no es un concepto estático en la estructura social, depende de las posibilidades de adaptación al medio físico y social, un equilibrio relacional positivo. Por todo ello, la salud de cada persona, querámoslo o no, estará en la esfera de lo relativo, de la percepción de lo individual y del grupo social. Y hablando de salud mental, hablamos de tolerancia, integración, reinserción... Esta relación entre el ser humano, su ambiente, su entorno, es materia de reflexión porque el "ser social" que todos nosotros somos depende de la organización en la que se encuentra, de la tolerancia de ésta y de la capacidad de adaptación de la persona a ella.

De esta manera nos acercamos al estudio antropológico de la enfermedad mental, enfoque científico que considera las mismas enfermedades en culturas muy distintas; el resultado de sus estudios nos describe como varían los síntomas y las manifestaciones de los trastornos mentales en base al proceso endocultural de cada grupo.

Para el funcionamiento social de la persona es prioritaria la salud y sobre todo en el tema que nos ocupa, la salud mental, evidenciándose en la cantidad y la calidad de las relaciones y apoyos sociales de la persona. La salud mental se ve afectada por el estrés relacional existente en los acontecimientos cotidianos y vitales. Los estudios científicos avanzan indicando la dimensión de las relaciones con los demás y el apoyo familiar y social como claves para reducir o evitar los efectos perniciosos de los factores exógenos estresantes.

Seguidamente expondremos el paralelismo que se da entre la evolución del pensamiento social y el concepto de salud mental.

Las comunidades tradicionales primitivas toleraban al individuo "anormal" si participaba en los ritos culturales y se integraba en las actividades productivas, no había necesidad de actuar sobre él, el grupo asume sus difusiones, consideradas incluso como algo mágico.

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