Sabiduria
Enviado por martinsoria • 4 de Marzo de 2015 • 3.307 Palabras (14 Páginas) • 153 Visitas
A S A B I D U R I A
“aunque podamos ser eruditos por el saber de otro, sólo podemos ser sabios por nuestra propia sabiduría” (Montaigne)
La etimología es bastante clara: philosophia; en griego, es el amor o la búsqueda de la sabiduría.
La sabiduría está definida por el diccionario de la lengua española como “la conducta prudente de la vida” y la prudencia es una virtud que consiste en discernir y distinguir lo que es bueno o malo para seguirlo o huir de ello”; es también la templanza, la cautela, la moderación, la sensatez y el buen juicio. Esta conducta es inseparable de la filosofía, definida etimológicamente como “el amor a la sabiduría” es por ello que Diderot menciona: “¡apresurémonos a popularizar la filosofía!”.
Pero a todo esto ¿Qué es la sabiduría? ¿Acaso es un saber? Este es el sentido habitual de la palabra, tanto en los griegos (shopia) como en los latinos (shapienta) y es lo que la mayoría de los filósofos, desde Heráclito, han confirmado continuamente. Ciertamente, tanto para Platón como para Spinoza, tanto para los estoicos como para Descartes o Kant, tanto para Epicurio como para Montaige o Alaín, la sabiduría tiene mucho que ver con el pensamiento, con la inteligencia, con el conocimiento.
Se trata de un saber particular, de un saber que ninguna ciencia expone, que ninguna demostración prueba, que ningún laboratorio puede comprobar o verificar, que ningún diploma acredita. Y es que no se trata de una teoría, si no de práctica, No se trata de pruebas, si no de experiencia, no se trata de experimentos, si no de práctica. No se trata de ciencia, si no de vida.
En algunas ocasiones, los griegos opusieron la sabiduría teórica contemplativa (Shopia) a la sabiduría práctica (Phronèsis). Pero ambas son inseparables dice André Comte o mejor dicho, la verdadera sabiduría sería su conjunción, “juzgar correctamente para obrar correctamente” Decía Descartes, esto es la sabiduría.
Es probable que algunos estén mejor capacitados para la contemplación y otros para la acción. Pero ninguna facultad garantiza ser sabio: éstos deberán a prender a ver, aquellos a querer, la inteligencia no basta. “la sabiduría no puede ser no una ciencia ni una técnica” subraya Aristóteles: se refiere menos a la verdad o a la eficacia que al bien, Para si mismo y para los demás. Es un saber, ciertamente pero un saber vivir.
Aristóteles hace mención sobre la sabiduría: " Evidentemente la habilidad sabia o sabiduría debe ser considerada como el más alto grado de la perfección en todas las cosas que es posible saber. Es preciso, que el hombre verdaderamente hábil y sabio, no sólo conozca las verdades que se derivan de los primeros principios, sino que debe saber con toda verdad los principios mismos. Síguese de aquí, que la sabiduría es un compuesto de la inteligencia y de la ciencia, y que es, puede decirse, la ciencia de las cosas más elevadas, la cual está a la cabeza de todas las demás ciencias. En efecto, sería un absurdo creer, que la ciencia política, o la prudencia política, es la más alta de todas las ciencias, si no se creyese al mismo tiempo que el hombre de que se ocupa es lo más excelente que hay en el universo. Pero ciertos atributos, por ejemplo, lo sano y lo bueno, pueden variar según los diferentes seres a que se aplican; y así pueden variar de los hombres a los pescados, mientras que en otro orden de ideas lo blanco es siempre blanco y lo recto es siempre recto. Pues de igual modo en el presente caso habrá de convenirse en que lo que es sabio es siempre sabio, y que lo que no es más que prudente puede variar según los casos. Así, siempre que un hombre, sabe discernir bien su interés en todo lo que le toca personalmente, se le llama prudente, y se siente uno dispuesto a confiarle el cuidado de las cosas de este género. Se van más hijos aún, y se concede igualmente el nombre de prudentes a ciertos animales, que al parecer tienen una previsión segura respecto de las cosas que se refieren a su propia subsistencia " (Aristóteles).
En sus obras Feijoo dice: “Tiene la ciencia sus hipócritas no menos que la virtud; y no menos es engañado el vulgo por aquellos, que por estos. Son muchos los indoctos que pasan plaza de sabios. Esta equivocación es un copioso origen de errores, ya particulares, ya comunes. En esta Región que habitamos, tanto imperio tiene la aprehensión, como la verdad. Hay hombres muy diestros en hacer el papel de doctos en el teatro del mundo, en quienes la leve tintura de las letras sirven de color para figurar altas doctrinas; y cuando llega a parecer original la copia, no hace menos impresión en los ánimos la copia que el original. Si el que pinta es un Zeuxis, volarán las avecillas incautas a las uvas pintadas, como a las verdaderas”. Y hablando sobre los verdaderos sabios Feijoo subraya esto: “Por el contrario los sabios verdaderos son modestos, y cándidos; y estas dos virtudes son dos grandes enemigas de su fama. El que más sabe, sabe que es mucho menos lo que sabe, que lo que ignora; y así como su discreción se lo da a conocer, su sinceridad se lo hace confesar; pero en grave perjuicio de su aplauso, porque estas confesiones, como de testigos que deponen contra sí propios, son velozmente creídas; y por otra parte el vulgo no tiene por docto a quien en su profesión ignora algo, siendo imposible que nadie lo sepa todo”.
La sabiduría esta estrechamente ligada con el conocimiento “los ojos pueden conocer la naturaleza de las cosas” (Lucrecio) por que… ¿será posible ser sabio sin conocer? Creo que no, la sabiduría esta ligada con el saber, con el conocimiento con la ciencia. Sócrates no ha creado ciencia: ha creado un nuevo tipo de vida intelectual, de Sabiduría. Sus discípulos han recogido el fruto de esa nueva vida. Y como aconteció en su hora a Parménides y Heráclito, acontece también a Sócrates: al despertar a una vida nueva, ésta se entiende, en sus comienzos, en función de la antigua. Por esto, para unos, Sócrates era un sofista más; para otros, un buen hombre. Para su descendencia fue un intelectual. En realidad, inauguró simplemente un nuevo tipo de Sofía. Nada más, pero nada menos.
Conocer es pensar lo que es: el conocimiento es cierta relación de conformidad, de similitud, de adecuación entre el espíritu y el mundo, entre sujeto y objeto. Así conocemos a nuestros amigos, nuestro barrio, nuestra casa: lo que hay en nuestro espíritu pensamos en ellos, corresponde aproximadamente de lo que existe en la realidad.
Éste aproximadamente es lo que distingue al conocimiento de la verdad. Pues sobre nuestros amigos, podemos equivocarnos. Sobre nuestro barrio nunca lo sabremos todo incluso sobre nuestra propia
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