Santa Diana
Enviado por miriell25 • 21 de Febrero de 2014 • 639 Palabras (3 Páginas) • 425 Visitas
Santa Diana* [Artículo: Texto completo]
Por Luis López Nieves
Difiero de los millones de insensatos que claman por la canonización inmediata de la Madre Teresa de Calcuta. Me sublevo cuando hablan de Madre Teresa sin mencionar la vida y el ejemplo de la verdadera santa de este siglo: Diana de Gales.
¿Quién era la Madre Teresa? ¿Cuál fue su sacrificio? En la India, país que no es cristiano, fundó una orden de monjas católicas. ¿Qué tiene de raro? Luego se dio a la tarea de atender a leprosos, enfermos, pobres y a los famosos "intocables" que, como bien indica el nombre, en la India no son dignos de socorro (mucho menos merecen una caricia). La Madre Teresa pasó la vida entera en arrabales, auxiliando a los desahuciados, y al morir dejó una orden de monjas (y monjes) que se ha extendido por el mundo entero. ¿Cuál es la hazaña?
Ahora bien, lo de Diana de Gales ya es otra cosa. Desde el primer momento le enseñó a la humanidad a vivir con caché. Antes de nacer, por ejemplo, escogió llegar al mundo como aristócrata inglesa, en una familia cuyos antepasados incluyen al Mío Cid y a Carlomagno. Desde feto, ya iba demostrando su buen gusto y su prodigiosa inteligencia. Luego, a los veintipico de años y sin haber ido siquiera a la universidad, se convirtió en princesa y asumió con valentía sin par la vida de rigor y autoinmolación que (como se sabe) viven todas las princesas. Pocos años después, tras regalarle al mundo dos principitos rosados (que tanta falta nos hacen), se halló en la espantosa situación de ser hija de conde, esposa de príncipe, nuera de reina y madre de futuro rey. ¿Acaso es fácil?
A pesar de todos estos sacrificios que voy enumerando, Diana de Gales hacía de tripas corazones y enfrentaba sus deberes como una generala. Llegaba a París o a Nueva York y pasaba una semana completa de compras, que como todos saben es uno de los deberes más sacrificados de las princesas. Luego asumía con estoicismo legendario la horripilante obligación de tomar largas vacaciones esquiando en los Alpes suizos o acostada en las blancas arenas de alguna isla privada del Caribe. A tal grado llegaba el olvido de sí misma y la entrega al deber de este ejemplo de ejemplos, que cada dos o tres meses obedecía las instrucciones de su publicista y posaba para fotos junto a tullidos, retardados o leprosos. ¡Con lo mucho que odiaba a los fotógrafos!
¿Cuál de estas dos mujeres llevó la vida más dura, abnegada y ejemplar? Vivir en arrabales con pobres y enfermos, como la Madre Teresa, no es nada difícil. De hecho, aquí en Puerto Rico tenemos tantos pobres y enfermos que hasta podríamos exportar algunos a la India ¿Cuál es la hazaña?
En cambio, y acudo ahora a un recuerdo doloroso, hace unos años a mí personalmente me dio por pertenecer al Jet Set internacional. Me la pasaba metido en París, conversaba por
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