Schulz y Katime Los fraudes científicos
Enviado por orfra • 30 de Mayo de 2014 • Resumen • 1.488 Palabras (6 Páginas) • 346 Visitas
Pablo C. Schulz1 e Issa Katime2
1) Departamento de Química, Universidad Nacional del Sur, Bahía Blanca, Argentina.
Correo electrónico: pschulz@criba.edu.ar
2) Grupo de Nuevos Materiales. Departamento de Química Física. Facultad de Ciencias.
Campus de Lejona. Universidad del País Vasco. Vizcaya. España. Correo electrónico:
qfpkaami@ehu.es
In Memorian a Joseba Pagazaurtundua
INTRODUCCION
En ocasiones, diversos investigadores recurren a la distorsión de sus resultados, debida
a la presión por destacar en el medio científico. Pero esta motivación no es necesariamente la
única para producir distorsiones en la ciencia, como se verá en el desarrollo de este estudio.
Esto ha ocurrido en todos los tiempos, pero se ha intensificado con el aumento de la
importancia de la ciencia en la sociedad. Surge una pregunta: ¿Qué tan extendida se ha vuelto
está práctica en nuestros días? (1).
Para el gran público resulta casi imposible poner en duda la rectitud del científico. La
ciencia representa la imagen propia del rigor y la objetividad. Por esta razón, los medios de
comunicación social presentan muy a menudo las opiniones de los científicos sobre tal o cual
Revista Iberoamericana de Polímeros Volumen 4(2), Abril 2003
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tema de actualidad (problemas sociales, problemas energéticos, catástrofes diversas) como
argumentos indiscutibles, y hasta como argumentos de autoridad. La idea de deshonestidad
en ciencia es repugnante. Es un artículo de fe entre los científicos tomar como garantizada
la integridad de sus colegas. Uno puede pensar que son locos, obtusos, simples, idiotas o
alucinados, pero nunca piensa que falten a la verdad en forma consciente.
La ciencia constituye un sistema cuyo objetivo es la comprensión de la naturaleza y
cuyo producto es el conocimiento. Este resultado de la actividad científica difiere de otras
formas de “conocimiento” en tres propiedades bien definidas: 1) no es absoluto, como son los
dogmas religiosos o los decretos reales, sino que más bien es tentativo y perfectible; 2) está
basado en el estudio de la naturaleza, en lugar de ser producto del mero raciocinio o de la
obediencia a reglas generales arbitrarias; 3) permite hacer predicciones sobre acontecimientos
futuros, que si se confirman lo refuerzan y si fracasan lo ponen en duda (2). El conocimiento
producido por la ciencia no es ni completo ni permanente. Al contrario, se trata de una serie
de hechos, leyes y teorías que cubren segmentos restringidos de la realidad (los que han sido
accesibles a la metodología y a los conceptos de cada época) y que, además, se han ido
modificando de manera más o menos radical a través de los tiempos. Sin embargo, toda la
majestuosa estructura de las ciencias se basa en un postulado: los científicos dicen
solamente la verdad, tal como ellos la entienden. En otras palabras, los científicos, cuando
hablan o escriben de sus experiencias científicas, no dicen mentiras (2).
Conviene distinguir entre la mentira y el error. Errores cometen todos los hombres y
mujeres de la ciencia, humanum sum1. Los investigadores tienen conciencia de que el
conocimiento generado por su trabajo es probabilístico e incompleto, pero cuando lo
proponen están convencidos de que, por el momento, es lo mejor que existe. La mentira es
otra cosa: es una afirmación cuya falsedad le consta a quien la formula, sea porque la
inventó o porque tiene pruebas de que no es cierta. El mentiroso sabe perfectamente bien
que lo que dice no es cierto, pero de todos modos lo dice, seguro de que los demás le van a
creer. Y por lo menos por un tiempo, que va de algunos días a milenios, se le cree.
El quehacer científico es arduo pero altamente gratificante y sólo debe ejercerlo quien
encuentra ahí su verdadera vocación y sus razones para vivir. Ser investigador no consiste en
una elegante investidura para deslumbrar a la sociedad; es por el contrario, una actitud interna
de creatividad, honestidad y humildad. Es, parafraseando a Sócrates, saber que poco o nada se
sabe (3).
1 ) Humanos somos.
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La ciencia está orientada a descifrar los misterios del Universo. La investigación
científica y su instrumento, el método científico, son los medios de que se vale la ciencia para
descubrir, paso a paso, la verdad de los fenómenos naturales. El científico, manipulador de
estos instrumentos, trabaja inmerso en un ambiente de imparcialidad, observando reglas
precisas, analizando datos, planteando hipótesis y estableciendo leyes generales. La ciencia
encuentra sus cimientos en una plataforma de objetividad para el análisis y la interpretación
del Universo, declara Jaques Monod (4). Por lo tanto, si el científico busca la verdad, resulta
paradójico suponer siquiera que en el ámbito de su labor existiera un intento de falsearla.
Inventar una "verdad" que a priori se sabe que es falsa sería tanto como traicionarse a sí
mismo. Sería, en otras palabras, una forma de pretender buscar la explicación de los
fenómenos naturales por la vía de la mentira.
Parecería
...