Sida
Enviado por SHIRLEYFA • 6 de Agosto de 2014 • Examen • 4.236 Palabras (17 Páginas) • 201 Visitas
Aunque parezca mentira a estas alturas todavía hay personas que afirman que el VIH no existe, o bien que éste no provoca el SIDA. La carga de evidencias y la cantidad ingente de trabajos realizados para demostrar la relación VIH-SIDA debería bastar para que los negacionistas replantearan su discurso. En este artículo se muestran las evidencias experimentales que demuestran que el VIH provoca el SIDA, y va más allá: muestra los trabajos experimentales realizados para confirmar que el VIH cumple con los postulados de Koch
En anteriores artículos mostré cómo el VIH existe, ha sido aislado, purificado y fotografiado en diversas ocasiones. Incluso se ha estudiado sus componentes más internos y se ha analizados su genoma. Pero su existencia no implica necesariamente que produzca el SIDA, eso tiene que ser demostrado de forma independiente. En la literatura científica existen evidencias más que de sobra para poder afirmar eso. Y además el VIH cumple con los postulados de Koch, que son aquellos que se emplean en microbiología para demostrar que un agente infeccioso determinado es el verdadero responsable de una enfermedad. Repasemos las evidencias que existen para poder realizar estas afirmaciones con propiedad.
Robert Koch (1843-1910) fue un bacteriólogo alemán que ha pasado a la historia por aislar el microorganismo responsable de la tuberculosis (Mycobacterium tuberculosis) también conocido como bacilo de Koch, por el que ganó el premio Nóbel de Medicina y Fisiología en 1905. También estableció un protocolo para demostrar que un agente infeccioso es el causante de una determinada enfermedad. Con este protocolo demostró que el ántrax era producido por Bacillus anthracis, el cólera por Vibrio cholerae y la tuberculosis por Mycobacterium tuberculosis.
Los postulados de Koch fueron desarrollados en el siglo XIX como guía de identificación y grado de patogénesis de determinados microorganismos con las técnicas que se manejaban en aquella época. Incluso entonces, quedó claro que algunos agentes patógenos, claramente vinculados con una enfermedad determinada no eran capaces de cumplir todos los postulados (Koch, 1884; 1893). Por ejemplo, una aplicación estricta de los postulados de Koch con la enfermedades cuyo agente etiológico es un virus hubiese sido imposible a finales del siglo pasado, ya que era imposible aislar virus en cultivos. Incluso hoy en día se sabe con seguridad que algunos microorganismos son responsables de determinadas enfermedades a pesar de que no cumplen con todos los postulados. Por ejemplo se sabe que Mycobacterium leprae es el agente causal de la lepra a pesar de que no ha podido ser cultivado en cultivo puro en medios sintéticos. Por tanto hoy día estos postulados guardan valor histórico y se emplean como simple referencia experimental.
¿Qué dicen exactamente los postulados de Koch?
Los postulados de Koch pueden enunciarse en cuatro puntos.
1. El microorganismo debe de estar presente en todos los individuos con la misma enfermedad.
2. El microorganismo debe ser recuperado del individuo enfermo y debe de poder ser aislado y cultivado en medios de cultivos.
3. El microorganismo procedente de ese cultivo debe causar la misma enfermedad cuando se lo inocula a otro huésped o animal de experimentación.
4. El individuo experimentalmente infectado debe contener el microorganismo.
El segundo punto es el más difícil de aplicar a los virus, ya que son incapaces de crecer en medios sintéticos como los que emplean de forma clásica en bacteriología. Los virus necesitan de la célula que parasitan para poder replicar, por tanto para hacerles cumplir este punto deberíamos aceptar un cultivo celular (con células control no infectadas, que los virus emplearán para replicarse) como medio de cultivo.
Primer postulado. El microorganismo debe de estar presente en todos los individuos con la misma enfermedad: la asociación epidémica
La asociación entre exposición al VIH y SIDA se ha visto en gran cantidad de estudios, y en el 95% de pacientes de SIDA de todo el mundo se ha encontrado el virus VIH o bien anticuerpos contra el virus (Blattner y col., 1988; Fauci, 1993; Gallo R.C. y col., 1983; Weiss, R.A., 1993; Gallo, R.C. y col., 1984; Schechter y col., 1993; Nacional Academy Science Institute Medicine, 1988; Plot, P., 1996.). La inmensa mayoría de los estudios realizados muestran la siguiente asociación: elevada prevalencia del virus VIH o de anticuerpos contra el virus dentro de los grupos de riesgo de SIDA (homosexuales, hemofílicos, personas que han recibido transfusiones, usuarios de drogas que se suministran de manera intravenosa), y muy alta prevalencia de anticuerpos contra el VIH dentro de los pacientes de SIDA (por encima del 90%). De esa forma en estudios realizados en paralelo en India, Tailandia y Birmania mostraron que dentro de los grupos de homosexuales y usuarios de drogas por vía intravenosa, solamente desarrollaron SIDA aquellos que eran VIH positivos (Goedert y col., 1986). Así mismo en grupos de hemofílicos estudiados, solamente manifestaron una súbita bajada en el número de linfocitos T-CD4 los que se mostraron seropositivos para el virus VIH (Goedert y col., 1989). También se ha podido correlacionar que aquellas personas que han sufrido transfusión y se han confirmado como VIH positivos mostraron síntomas de SIDA, cosa que no ocurrió en los seronegativos (Goedert y col., 1988, 1989; Sullivan y col., 1995). Las madres seropositivas trasmiten el virus a sus bebés en un cuarto de los casos aproximadamente. En niños que vivieron en condiciones más o menos similares solamente manifestaron síntomas de SIDA aquellos que habían sido diagnosticados como VIH positivos, mientras que los seronegativos continuaron sanos (Mellora y col., 1996). Desde que se analiza la sangre de los donantes y se retira aquella que está infectada con el virus VIH, el SIDA ha desaparecido como enfermedad entre los hemofílicos y los receptores de transfusiones.
La manifestación más clara del SIDA es un descenso del número de linfocitos CD4 que pone al paciente en serio compromiso inmunológico y que se puede traducir en infecciones oportunistas por parte de diferentes microorganismos. Ese sería el síntoma principal, ya que el resto de síntomas (el que producen los oportunistas) son de gran variación dependiendo del agente que lo produzca. Se ha mostrado como argumento contra la relación VIH-SIDA que se ha observado pacientes que muestran inmunodepresión pero no son VIH positivos. Esto es así porque no el VIH no es la única causa de las inmunodepresiones, aunque sí de las más abundantes. Hay desórdenes hereditarios que pueden producir inmunodepresión (McKusick, 1983; Dixon y Fisher, 1983).
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