Tabaquismo

Cigarrillos, Salud y Sociedad

"La vida me gustaba más con humo... he dejado de toser, de expectorar, mi hipertensión ha disminuido y la isquemia cardiaca que padecía ha desaparecido. En cambio, me siento mucho más sola" Cristina Peri Rossi (Maria Montes de Oca, 2009, pág. 25)

El presente escrito no pretende persuadir, y mucho menos obstinar al lector con frases incisivas e insistentes para limitar su uso del tabaco, solo busca presentar datos concretos y meramente científicos. La historia del tabaco es peculiar ya que es una sustancia con usos ancestrales, y su consumo ha prevalecido a través de los tiempos. En la actualidad el tabaco es un producto cuya producción está totalmente industrializada y de fácil acceso a todas las clases, sin mencionar claro esta los cigarrillos artesanales. Los efectos del tabaco se presentan a nivel neuronal, endocrinológico, muscular, cardiológico, cutáneo, pulmonar y en muchos otros sistemas y aparatos del cuerpo humano. El tabaco se caracteriza por ser una sustancia adictiva y con efectos cancerígenos. Además el humo del tabaco no solo afecta a su consumidor, sino que también a quienes lo rodean. Alrededor de cuarenta años atrás se iniciaron los primero movimientos para limitar el uso del tabaco, los cuales han tenido éxito, pero a pesar de ello el surgimiento de neo fumadores no cesa. Muchos factores están implicados en el consumo del tabaco, entre ellos el síndrome de abstinencia que provoca la supresión, pero investigaciones se llevan a cabo día a día para encontrar una solución a este problema público de salud.

El consumo del tabaco ha sido fuente de inspiración, desgracia y catarsis de muchas culturas e individuos. “La historia”, según Richard Klein, profesor de literatura de la Universidad de Cornell, “no es nada más que la historia de los cigarrillos” (José Ramón Martín Largo, 2012, s/n). El registro de su consumo data desde épocas pre cristianas, y su significado varía según el año y la sociedad de la que se esté estudiando. La evolución del tabaco ha ido de la mano con los cambios sociales, económicos y culturales. Hoy en día es una práctica aceptada en la sociedad, pero repleta de clichés y restricciones legales, derivadas de las consecuencias biológicas y medicas que implica su consumo.

Los mayas consumían la hoja del tabaco en ceremonias religiosas y sagradas en tiempos prehispánicos. Y esta planta era un bien preciado digno de emperadores y terratenientes. Como relata Cristóbal Colon en su Diario al llegar al nuevo continente, "Encontramos a un hombre en una canoa que se dirigía de Santa María a Fernandia. Llevaba algunas hojas secas que son muy apreciadas, algunas de las cuales me fueron traídas a San Salvador" (Cristóbal Colon, 1492, s/n). Años más tarde el tabaco fue llevado al viejo continente donde se convirtió en uno de los cultivos más preciados y su consumo se esparció por toda Europa. En los años 1600 el tabaco desempeño el rol de papel moneda, y para la guerra de independencia americana en 1776 fue usado como garantía para subsidiar el financiamiento francés. Durante la primera guerra mundial el tabaco formo parte de las provisiones militares y fue bautizado como “humo de soldado”. En los años 60 el consumo del tabaco fue considerado signo de glamur y posición social y para la década de los 70 se iniciaron campañas en contra de la publicidad tabacalera.

Hoy en día el tabaco se consume en múltiples maneras, principalmente por vía oral, que van desde tabaco para mascar hasta narguiles. Su consumo representa un problema de salud mundial, en el año 2000 se atribuyeron 4.8 millones de muertes por tabaco, principalmente por padecimientos como cáncer, cardiopatías y COPD.

En promedio un fumador pierde alrededor de 15 años de esperanza de vida, y fumadores pasivos tiene un 24% mayor probabilidad de desarrollar cáncer que alguien que no convive con fumadores. De la década de los 60 a los 90 en estados unidos se aplicaron leyes que regulaban el consumo del tabaco en lugares públicos y obligaban a las tabacaleras a poner advertencias en los paquetes de cigarrillos.

El mayor componente adictivo del tabaco es una sustancia alcaloide que se encuentra de manera natural en una planta llamada niocotiana rustica, haciendo referencia a la nicotina. La nicotina y su absorción al torrente sanguíneo dependen del pH del producto consumido, es decir, si la parte particulada del tabaco después de la combustión es acida, esta será absorbida hasta los pulmones, ya que necesita ser neutralizada para su correcto paso por la membrana celular. En cambio un pH básico es fácilmente absorbido en la boca. Esto da como resultado la diferenciación en la manera de consumir los cigarrillos comerciales y el puro. “El famoso golpe”

La estructura química de la nicotina es amínica, y su vida media en el cuerpo humano oscila entres las 3 y 4 horas. La nicotina es metabolizada principalmente en el hígado donde es convertida en varios subproductos con carácter iónico. Uno de los principales subproductos de la nicotina es la nicotinina, con una vida media que oscila entres 16 y 18 horas en el cuerpo. La nicotinina tiene efectos dopaminergicos que afectan al sistema nervioso, ya que esta se escinde en los canales catecolaminicos de las neuronas y activa la secreción de neurotransmisores.

La metabolización del tabaco está ligada a la existencia y coordinación de diversas enzimas tanto en el hígado como en los pulmones y otros varios órganos. Sujetos con deficiencia de alguna de estas enzimas pueden padecer intoxicaciones nicotínicas y/o sufrir mareos, temblores y nauseas al fumar. Normalmente estos sujetos son no fumadores y no están conscientes de su deficiencia. Los fumadores habituales, normalmente no padecen deficiencia alguna sobre estas enzimas y metabolizan sin mayor problema la nicotina.

La supresión de la nicotina está caracterizada por el aumento de peso del abstemio, ya que la nicotina es responsable de liberar hormonas catecolaminicas, como la leptina, responsable de la lipólisis y por ende el aumento del metabolismo basal. La nicotina también tiene efectos terapéuticos, es eficiente en el tratamiento de enfermedades relacionadas con la cognición, como esquizofrenia, déficit de atención y Parkinson. Y otros transtornos inflamatorios e intestinales.

El humo del tabaco contiene sustancias que afectan de manera negativa al sistema endocrino, respiratorio, cardiovascular y en general todo el cuerpo. Esta fase gaseosa contiene muchas sustancias, citotóxicas, cancerígenas y pro inflamatorias. El monóxido inhalado forma carbocilhemoglobina, sustancia que puede dar un valor fiable que indique la cantidad de tabaco consumido por el sujeto.

La nicotina es cancerígena ya que sus hidrocarburos se relacionan con

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