Tautología

Tautología

En la actualidad, los avances tecnológicos, científicos y médicos le han dado un panorama muy amplio a los profesionales de la salud sobre cómo tratar las enfermedades y preservar la vida; sin embargo, también ha dado lugar a situaciones en que si bien la vida continúa, su calidad entra en debate.
Aunque cada día se descubren nuevos tratamientos para hacerle frente a las enfermedades, el darle esperanzas a una persona con una condición de salud deplorable (en muchos casos por una enfermedad terminal) y a su familia, que sufre esa situación a la par con el paciente, puede resultar inhumano, y por tanto, bastante cuestionado en el sector de la salud, sobre todo cuando las probabilidades de que sobreviva o se recupere son considerablemente bajas, y aun así se persiste en someterlo a un tratamiento.

Teniendo en cuenta que muchas veces los pacientes no alcanzan a hacer la salvedad sobre cómo desean ser tratados o de qué manera prefieren morir, antes de estar en una situación crítica donde otros tienen que decidir por ellos; en muchas ocasiones se les somete a un sufrimiento prolongado, con tratamientos agresivos y complicados que agudizan sus padecimientos y hacen más difíciles sus últimos días de vida.

En casos como estos se evidencia la importancia de la tanatología, que brinda una preparación teórica y mental para hacerle frente a la muerte, mientras al mismo tiempo el personal médico se ocupa de los últimos instantes de una vida. (s/f-a)

A pesar de que aparentemente la sociedad es consciente de la muerte, está todavía sigue siendo difícil de abordar y concebir. Su significado llega a ser tan relativo que incluso los profesionales de la enfermería, que conviven diariamente con ella, pueden tener conflictos para asumirla y comprenderla. (Orozco-Gonzales et al., 2013)

Sin embargo, la tanatología y la enfermería van de la mano, ya que son estos quienes se encargan de brindar los cuidados y el acompañamiento a los enfermos, y posteriormente de los cuidados post mortem (registro de la hora del fallecimiento, establecimiento de la identidad de quien falleció, retiro de tubos, catéteres, drenes, etc., colocación de los brazos del cuerpo cruzados sobre el tórax). Además de tener contacto con las personas allegadas al paciente. (Orozco-Gonzales et al., 2013)

Aunque no se puede negar que ocurren muchos casos de éxito donde el paciente con bajas probabilidades de sobrevivir logra recuperarse y el tratamiento funciona, siempre se debe estar consciente de la muerte y atenderla, tanto para quién fallece como para sus dolientes. Con frecuencia la esperanza de una recuperación descuida ese aspecto y no se lleva a cabo un buen procedimiento que responda a las necesidades de las personas que sufren el duelo, incluso desde antes de que ocurra el fallecimiento. (s/f-b)

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