Teoría Pluralista
Enviado por garciajaspe • 24 de Julio de 2013 • 12.437 Palabras (50 Páginas) • 1.602 Visitas
Principio de autonomía
En este principio se toma en consideración, por lo menos, dos vertientes ético-morales fundamentales:
1. El respeto por la autonomía del individuo, que se sustenta, esencialmente, en el respeto de la capacidad que tienen las personas para su autodeterminación en relación con las determinadas opciones individuales de que disponen.
2. Protección de los individuos con deficiencias o disminución de su autonomía en el que se plantea y exige que todas aquellas personas que sean vulnerables o dependientes resulten debidamente protegidas contra cualquier intención de daño o abuso por otras partes.
La aparición y puesta en práctica del principio de autonomía ha influido profundamente en el desarrollo de la bioética, tanto desde el punto de vista sociopolítico como legal y moral. El mismo a cambiado indiscutiblemente el centro de la toma de decisiones del médico al paciente y a su vez a reorientado la relación del médico con el enfermo hacia un acto mucho más abierto y más profundamente franco, en el que se respeta y toma como centro de referencia la dignidad del paciente como persona. En la actualidad se plantea que el auge del principio de la autonomía en la práctica biomédica ha protegido a los enfermos contra las flagrantes violaciones de su autonomía e integridad que en el pasado, por simples razones éticas eran tan ampliamente aceptadas como permisibles.
No obstante, lo planteado el principio bioético de autonomía, como es de suponer, no resulta lo suficientemente fuerte, no basta para garantizar el respeto a las personas en las transacciones y hechos médicos en los cuales éstas puedan verse involucradas con todos los matices y significados que ello entraña. Al respecto del fundamento de las relaciones médicas, el concepto de integridad es más rico y fundamental. El mismo está más estrechamente ligado a lo que significa esencialmente el ser humano completo en sus aspecto psicológicos, biológicos y espiritual. Este concepto resulta más exigente y difícil de captar en un contexto legal o en lo relativo a los llamados procedimientos de consentimiento informado. En definitiva la autonomía depende de la preservación de la integridad de las personas, y tanto una como la otra dependen de la integridad del médico, pudiéndose asegurar que la integridad sin conocimiento es débil e inútil y el conocimiento sin integridad es peligroso y temible.
Competencia se refiere a la capacidad que tiene el paciente para entender y apreciar la información dada durante el proceso de consentir (o de rechazar una propuesta diagnóstica o terapéutica). Se refiere a la habilidad cognitiva, la capacidad psíquica de procesar (entender, comparar y valorar) la información.
Con respecto a los Testigos de Jehová la característica más importante que puede entorpecer la relación médico paciente está dada por la negativa a recibir transfusiones de sangre y sus derivados, lo que afecta al personal de salud en su actitud asistencial, ética, moral y legal.
Sin embargo el hecho de que no acepten la transfusión de hemoderivados no implica que no busquen una atención médica de alta calidad y sientan una profunda preocupación por la medicina; asimismo desean que los tratamientos médicos que van a recibir no afecten su integridad física y espiritual. Es por ello que aceptan la restauración del volumen sin usar sangre ni plasma pero mediante la administración de soluciones salinas.
. ¿Qué decir entonces cuando la muerte (el deseo de morir) es expresado por la propia voz del paciente? En efecto el Testigo solicita que antes que ser transfundido con sangre o con sus derivados se le permita morir. La reacción primaria del médico o aún de otras personas es la de "luchar por la vida" puesto que éste es el cometido de la profesión médica mientras que la no aceptación es una actitud que se asemeja a la del acompañamiento al suicidio, figura tan penada por la religión como por la ley.
Sin embargo es bueno recordar que nadie puede ser obligado a someterse en contra de su voluntad a un tratamiento clínico, quirúrgico o a un examen médico. Nadie tiene el derecho de elevarse por encima de la autodeterminación de una persona.
El consentimiento informado es la herramienta que intenta preservar los derechos del paciente y del médico y se basa en dos valores primordiales: el primero es que todo paciente se encuentra capacitado para decidir sobre lo que constituye su bienestar personal; el segundo nos marca el derecho del paciente a la autodeterminación. Esta aceptación del consentimiento informado expresa la aceptación razonada, libre y conforme al propio sistema de valores, lo que en definitiva manifiesta el ejercicio pleno de su autonomía.
Cuando el paciente rechaza un tratamiento está ejerciendo el derecho de aceptar o rechazar intervenciones terapéuticas sobre la base de sus propios valores y para promover sus propias metas personales. De alguna manera, si los pacientes tienen derecho al consentimiento informado, también tienen derecho a negar dicho consentimiento. No cabe por lo tanto administrarle por la fuerza sangre a un paciente si éste no lo desea.
El Testigo está ejerciendo en este acto el derecho a la libertad de conciencia y el derecho a la libertad, ambos garantizados por la Constitución Nacional, por lo que no pueden subordinarse a ninguna otra ley argentina. La libertad religiosa es un derecho natural e inviolable de la persona por lo que nadie puede ser obligado a actuar en contra de su conciencia.
En el caso que el médico sienta que la atención de los Testigos de Jehová atenta a su conciencia, puede rehusarse a atenderlo siempre y cuando tenga la posibilidad de referirlo a otro profesional. Esto implica que las instituciones que acepten la atención de los Testigos de Jehová deben establecer un esquema de atención en todas las especialidades que garanticen la aceptación de las condiciones expresadas por los Testigos.
Principio de justicia
Este principio se sustenta en la obligación ética de dar a cada una de las personas lo que verdaderamente necesita o corresponde, en consecuencia con lo que se considera correcto y apropiado desde el punto de vista moral. La aplicación consecuente de este principio puede suscitar el surgimiento deproblemas éticos, que últimamente se presentan con gran frecuencia en la práctica médica y que están en relación directa con los adelantos tecnológicos de carácter diagnóstico y terapéutico. El alto costo de estos recursos obliga, la más de las veces, a utilizarlos de manera selectiva y es entonces cuando surge el conflicto de decidir quiénes deben beneficiarse de ellos y quiénes no. Además, también en los últimos años se han incrementado y arreciado las críticas por el indebido uso de esas tecnologías y las repercusiones
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