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Vectores Coplanares


Enviado por   •  25 de Noviembre de 2013  •  4.875 Palabras (20 Páginas)  •  373 Visitas

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ORIGEN DE LAS LEYENDAS

La leyenda es una lectura de la realidad o, más bien dicho, una interpretación de la realidad. El mundo puede ser explicado desde distintos puntos de vista: desde el científico, que no siempre es el que más nos gusta; del histórico, frío, apegado al acontecer real; pero también desde el literario. Eso pasa con las leyendas, éstas no son explicables por la ciencia ni por la historia; tienen su propia razón, una razón poética, y por medio de ésta las entendemos.

¿En qué circunstancias o en qué contexto aparecieron las primeras leyendas? Cuando surgieron, los grupos humanos ya estaban más constituidos. A ellos, ¿qué podía interesarles? Seguramente conocer lo que ocurría a su alrededor y que se alejaba del vivir cotidiano así surgen historias contadas por el pueblo y éstas cubrían la necesidad de saber lo que acontecía. Surgen historias que narran tradiciones, creencias, valores, hazañas de personajes de la época, cuestiones mágico—religiosas.

Estas narraciones despertaban mucho interés y por ello se repetían una y otra vez de manera oral.

Las leyendas deben verse como narraciones populares a través de las cuales conocemos, en sus raíces, los hechos de la cotidianidad que para los primeros pobladores fueron trascendentes. Son relatos que surgen en el pasado reflejan nuestra identidad. En México existen algunas que se remontan a la época prehispánica y las hay que se refieren a sucesos de los tiempos de la colonia. Pero no se detienen allí, a lo largo de los tiempos, ciertos hechos históricos o personajes notorios han estado rodeados de historias que parecen reales, pero están adornadas con elementos atizados por la fantasía popular, son, simplemente…leyendas…

Tienen en general, un fondo histórico, tratan de algo que ocurrió en el pasado, no exactamente como lo relatan actualmente. Como nos han llegado a través de la tradición oral, experimentan reelaboraciones constantes, lo que da lugar a variantes de tratamiento del mismo hecho del cual surgen, por ello poseen las características generacionales y sociales del grupo que las repiten y así las conserva.

No tienen autor. Más bien se pensaría en creaciones colectivas, de ahí que tengan las características de grupo, el lugar y el tiempo en que aparecieron. En estas composiciones puede buscarse siempre algo que refleje una especial manera de pensar y sentir, peculiares de una comunidad. Sus asuntos son variados y, en algunos casos, encierran una enseñanza; otras son formas de expresar ideas religiosas, o poner de manifiesto la importancia de sujetarse a la normatividad que impera en el grupo humano del que proceden.

Al conocer las leyendas, se duda de su verosimilitud, el tiempo y el lugar en el que se ubicarán personajes y acontecimientos, así pues, ¿pertenecerán a la historia o serán fruto de la fantasía? Allí, en ese campo intermedio, encontramos su atractivo. Si tuviéramos que ubicar en algún sitio a la leyenda, lo haríamos en ese brumoso espacio entre la realidad y la ficción.

ORIGEN DE LOS MITOS

El mito nace en las sociedades arcaicas. El hombre primitivo contempló con azoro el espectáculo de la naturaleza. La observó sensible, viviente, y se preguntó sobre los fenómenos que en ocasiones lo sorprendían y otras veces lo atemorizaban sin lograr explicárselos. Para él nada era seguro, de ahí la ansiedad que lo embargaba cuando veía el sol desaparecer al atardecer, sin la certidumbre de que volviera a surgir al día siguiente. Esta situación anímica llevó a los griegos a convertir al astro en un dios, llamarlo Helios y hacerlo dueño de un carro tirado por caballos semisalvajes que recorre durante el día el cielo y descansa de noche.

Pueblos nómadas, cazadores y pastores, de pendían de la lluvia; y así los arios, habitantes de las llanuras de la India, vieron en el firmamento una copia de su vida pastoril. Transformaron las nubes en vacas, con las ubres llenas de lluvia bienhechora. Pero no todo era tranquilidad en ese universo. Indra, el dios supremo, sostenía cotidianamente tremendas batallas para mantener a los hombres. Las descargas eléctricas, los truenos y los relámpagos eran señales de que su dios luchaba contra Vritra, el demonio de la sequía, de las tormentas y las tinieblas que robaba las vacas sagradas y las encerraba en una caverna flotante. Después de esta lucha, Indra rescataba a las nubes, las cuales vaciaban sus ubres, con lo que volvía la tranquilidad y la seguridad a esos hombres.

Como respuesta a las interrogantes que se plantearon los hombres primitivos, surgieron relatos que daban respuesta a lo que su razón no alcanzaba a explicarse, estas historias para ellos eran verdaderas y de inapreciable valor, ya que eran sagradas. Éstos fueron los mitos.

Las narraciones míticas surgen como proyección del hombre contra la angustia y el temor, especialmente a la muerte, que no es sólo el final, sino también la angustia que provoca el desconocimiento del porvenir. No pertenecen al tiempo de la historia, son en esencia atemporales, no se sabe cuándo nacieron, aparecen con el hombre, como la magia y los ritos, esto les da carácter de permanencia y universalidad.

Ahora bien, ¿Qué es un mito? El diccionario señala que significa algo elaborado en la imaginación, una ficción, una historia, una fantasía que aparece en los primeros tiempos de la vida del hombre. Un mito muestra una manera de contemplar el mundo, ingenua y directa, que va más allá de todo lo racional. Cuando nos ponemos en contacto con los mitos, sentimos como si nos remontáramos a la infancia de los pueblos, al tiempo nada se sabía, en que todo era un misterio y lo inexplicable sólo era inteligible a través de esas ficciones llamadas mitos.

Éstos se encuentran en los pueblos arcaicos y en el antiguo paganismo de griegos, romanos, egipcios, hindúes… están ligados a historia y forman parte de su cultura; de ahí derivan los valores que ellos les conocen. Al ponerse en contacto con los mitos, el hombre de ese tiempo realiza una labor de introspección que lo lleva a sentir una emoción y darles un valor no sólo mágico—religioso, sino también estético. Los perciben con todo su simbolismo se identifican con éstos, los juzgan valiosos y experimentan una emoción positiva estimulante y satisfactoria. Esto les confiere valor estético, los ubica como obra literaria y, en consecuencia, como literatura es una de las bellas artes, aquéllos son una obra artística.

http://www.buenastareas.com/ensayos/Origen-De-La-Leyenda-y-Mito/1146803.html

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