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Visión dela Naturaleza en Diferentes Culturas Desde su Origen Hasta la Actualidad


Enviado por   •  20 de Febrero de 2013  •  Trabajo  •  2.360 Palabras (10 Páginas)  •  1.642 Visitas

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* Visión dela Naturaleza en Diferentes Culturas Desde su Origen Hasta la Actualidad.

La compleja relación entre cultura y medio ambiente humano. Especificidad en la representación artística.

Arquitectura y paisaje en diferentes culturas. Modos de construcción social del paisaje. Comparación entre las concepciones que llevaron a construir la Acrópolis de Atenas y Machu Picchu. Actitudes contrastadas entre griegos e incas.

Modos de antropización del espacio: cuadrícula hipodámica y cultivos en terrazas. Estudios de caso: la ciudad americana y el valle del Colca. La compleja relación entre cultura y medio ambiente humano. Especificidad en la representación artística.

Arquitectura y paisaje en diferentes culturas. Modos de construcción social del paisaje. Comparación entre las concepciones que llevaron a construir la Acrópolis de Atenas y Machu Picchu. Actitudes contrastadas entre griegos e incas. El ambiente en el gueto medieval. Modos de antropización del espacio: cuadrícula hipodámica y cultivos en terrazas. Estudios de caso: la ciudad americana y el valle del Colca.

El daño material. La contaminación deja sin rostro las esculturas al aire libre. El caso del Erecteion de Atenas. Las obras de ingeniería que dañan un patrimonio cultural: La represa de Asuán en Egipto. Impacto ambiental de la actividad industrial: las inundaciones en Venecia: Canaletto y fotos actuales. El daño estético. La contaminación visual como amenaza al disfrute social de la obra de arte. Estudios de casos en Buenos Aires y otras ciudades. La peor forma de contaminación es la guerra: los daños al patrimonio cultural por conflictos armados. Los conflictos del Medio Oriente y su impacto sobre las obras de arte. Los esfuerzos de restauración: el caso de la catedral de Reims.

* Surgimiento de las Artes y las Ciencias Dentro del Enfoque Integral de los Primeros Naturalistas.

La acumulación de estudios y experimentos, la búsqueda de un nuevo vocabulario y las sistematizaciones parciales sobre cuestiones particulares hicieron posible la publicación de las primeras ecologías generales durante la década de 1950. El trabajo de síntesis fue especialmente laborioso, debido a la enorme cantidad de neologismos forjados por los primeros ecólogos, que hicieron necesaria la publicación de un primer glosario de nomenclatura, obra de J. R. Carpenter, en 1938. También colaboró eficazmente al desarrollo de la ecología general el tratado de bioecología de Clements-Shelford, ya citado en otro artículo anterior.

Los dos grandes tratados de ecología general, traducidos a todas las lenguas modernas y que han contribuido de modo definitivo al reconocimiento de la ecología como ciencia individualizada, son Fundamentos de ecología, escrito por E. P. Odum en 1953, y Elementos de ecología, obra de G. L. Clarke, publicada en 1954. Por su brevedad y claridad, también es interesante la Ecología básica de R. y M. Buchsbaum, editada en 1957.

En la perspectiva de los ecólogos de la década de 1950 queda definitivamente establecido que la ecología es una ciencia diferenciada dentro de la biología. G. L. Clarke la definió de manera muy expresiva, diciendo "que viene a ser el estudio de la fisiología externa de los organismos, los cuales necesitan un continuo aporte de energía y de materia para poder conservar la vida, al mismo tiempo que deben eliminar sus propios residuos".

Existe, por consiguiente, una primera parte de la ecología general en la que se debe estudiar la influencia del medio sobre los organismos. Para mayor claridad, es preferible escoger los ejemplos a nivel de especies individuales, porque las influencias del medio en las comunidades naturales resultan mucho más complejas. Se estudian los dos grandes medios (el agua y el aire) y la tierra, comprendida como sustrato. Se analiza la energía solar y las reacciones que provoca en los organismos, en su doble modalidad de luz y calor. Esta parte de la ecología general queda más completa si incluye unos capítulos de paleontología y biogeografía, para explicar en una perspectiva espacial y temporal más amplia la incidencia del entorno sobre los organismos.

En una segunda parte, se analizan las relaciones intraespecíficas de los individuos de la misma especie que forman una determinada población, con todo el conjunto de sus leyes demográficas.

Finalmente, se consideran las relaciones interespecíficas que regulan el equilibrio dinámico de las comunidades naturales constituidas por la armoniosa integración de un conjunto de especies vegetales y animales en un lugar determinado. Además del estudio de las leyes que regulan la existencia de estas comunidades, se intenta descubrir y cuantificar la productividad del sistema, estableciendo el balance y teniendo en cuenta las cadenas alimenticias que lo constituyen.

Expresando en leguaje técnico el contenido de lo que se podría definir como un manual clásico de ecología general, podríamos reunir las dos primeras partes en un conjunto llamado autoecología, en la que se estudiarían las relaciones de una especie con su ambiente abiótico y entre los individuos que forman una población intraespecífica, mientras que la tercera parte sería el objeto de la sinecología, o sea, el estudio de las relaciones interespecíficas de las comunidades desde una perspectiva de productividad dinámica

La ecología urbana interesó de modo particular a los investigadores estadounidenses, que pronto empezaron a publicar valiosos trabajos como La Ciudad (1925), obra colectiva de R. E. Park, E.W. Burgess y R. D. McKenzie. Este último publicó, años más tarde, La comunidad metropolitana (1933), mientras Park reunía una importante documentación que se editaría a principios de la década de 1950 con el título de Comunidades humanas: la ciudad y la ecología humana (1952), obra contemporánea a las Ecologías humanas de A. H. Hawley y J. A. Quinn (ambas publicadas en 1950) y algo anterior a la famosa Ecología del hombre (1957), de P. B. Sears.

* Necesidad de los Grupos Humanos de Representar, de Explicar y Comprender la Naturaleza.

Desde sus orígenes, el hombre siempre ha intentado conocer la Naturaleza, ya que de ello dependía su supervivencia. El conocimiento del marco natural, así como su transformación y aprovechamiento motivó e impulsó el conocimiento científico y la técnica. Gracias a su inteligencia, el hombre ha sabido adaptar

la realidad a sus propias necesidades, ha sido capaz de utilizar la naturaleza y perfeccionarla acomodándola al modo de ser y necesidades humanas. Así por ejemplo, el hombre no se ha conformado con recolectar los frutos que la naturaleza le ofrece, sino que aprendió a sembrar y cosechar: primero manualmente, luego ayudado por animales y finalmente

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