Derecho constitucional en México

DERECHO CONSTITUCIONAL EN MÉXICO

 SERGIO MÁRQUEZ RÁBAGO

Han pasado algunos años desde que cursé la materia de Derecho Constitucional en la Licenciatura en derecho, mucho ha acontecido desde entonces, la lectura sin duda, fue de utilidad para repasar datos que había olvidado, así como aprender cuestiones novedosas, como las reformas que han tenido a bien robustecer a la Constitución, sin pasar por alto, que el tiempo transcurrido permite que el análisis de lo leído sea diferente.

Considero que el libro es una herramienta valiosa e integral, toda vez que en el mismo se reúne no sólo doctrina, sino también jurisprudencia y artículos, lo que permite obtener un panorama más amplio de cada tema para una mejor comprensión.

Leer la exposición de motivos de Venustiano Carranza, respecto al entonces proyecto de Constitución de 1917, fue un gran ejercicio histórico, el discurso respecto de las instituciones que encuentran respaldo en la carta magna pareciera que no ha envejecido, lo que nos lleva a analizar el crecimiento que ha tenido nuestro País en los 99 años de nuestra Constitución.

En efecto, figuras como el amparo y el derecho penal, se constituyen como emblemas a los que ha protegido nuestra Carta Magna, sin embargo, encontramos que dichas instituciones tienen vigencia, toda vez que conforme transcurre el tiempo, van surgiendo nuevas figuras, reformas, cambios en la sociedad, etc. que no permiten que el sistema ya implementado pueda seguir funcionado de la misma manera,  

Ejemplo de lo anterior lo encontramos en el recién estrenado Código Nacional de Procedimientos Penales, el cual deberá atender las necesidades que el viejo sistema no puedo cubrir; e incluso la propia ley de amparo que también sufrió un cambio trascendental a fin de armonizar las necesidades de la sociedad con las reformas efectuadas a la Constitución, por ello, podemos señalar que el discurso siempre se ha manejado en el mismo sentido, de resguardar a la sociedad a fin de garantizar la libertad de los individuos y del mismo modo, garantizar el fin común, que es: la felicidad.

        Nuestra Constitución es el resultado de un proceso histórico, que en su momento logró que las aportaciones efectuadas por el Constituyente fueran novedosas y benéficas para los mexicanos, bajo el establecimiento del apartado de las garantías individuales, en su momento, únicas en el mundo y que colocaron a nuestro País en el umbral de la modernidad del derecho constitucional.  

En este de orden de ideas, uno de los puntos que me pareció interesante de la lectura, fue el análisis que el autor realiza respecto a la jornada laboral, si bien es cierto, existía el antecedente de las huelgas de Cananea y Río Blanco, al ubicar el Constituyente dicha figura en el articulado de la Constitución y no en el cuerpo de una ley, se creó un precedente, por el cual hoy en día las jornadas laborales (en algunos ámbitos) resultan más favorables; evidentemente no escapa a nuestro análisis que en la actualidad esa garantía no se cumple al 100%, y que ante las constantes vicisitudes que enfrenta el derecho laboral, es que se tuvo que modificar la Ley Federal del Trabajo algunos años atrás, pero no por ello deja de ser interesante el proceso de construcción del derecho que conocemos hoy en día.

Todo Estado, para ser considerado como tal, debe contar con los elementos de Población, Territorio, Gobierno y algunos incluyen a la Soberanía, todos estos títulos se encuentran estipulados en nuestra Constitución. El autor analiza estos elementos, efectuando una sutil línea del tiempo en donde se explican ciertos cambios que ha sufrido nuestra carta magna en ese sentido, pues como hemos mencionado previamente, el derecho es cambiante y ante la aparición de nuevas figuras o prácticas se ha tenido que añadir párrafos al articulado o bien, facultar al Congreso de la unión para legislar en esos tópicos. Resulta interesante el estudio de los tópicos relativos a la doble nacionalidad, derechos de los migrantes y la zona económica exclusiva, toda vez que como mencioné previamente, la sociedad y sus necesidades son cambiantes y dinámicos y repercuten definitivamente en el contenido de nuestra carta magna.

De los puntos que más disfruté del libro es el apartado relativo a los Órganos Constitucionales Autónomos y los Tribunales con autonomía Constitucional, ello en virtud que muchas de las reformas que constituyeron dichas entidades, fueron efectuadas con posterioridad a que cursé la materia, lo que me permitió además de conocerlas, ejercer un análisis crítico respecto a si efectivamente se cumplen los objetivos decretados en la norma, sobre el particular, debo reconocer que ignoraba la existencia del Consejo Nacional de Evaluación Política de Desarrollo Social pero este libro me ha permitido obtener adquirir conocimientos actualizados de la materia.

Antes del año 2009, resultaba muy difícil imaginar un supuesto por el cual el Estado suspendiera garantías, pero en ese año, pudimos observar como una emergencia sanitaria nos llevaría a observar el primer caso del nuevo milenio, en donde de primera mano encontramos las condiciones que funcionó el decreto de mérito, pues fue practicado en el Distrito Federal – hoy Ciudad de México- (espacio en el cual deberá aplicarse); se limitaba el libre tránsito (garantía que fuese obstáculo para hacer frente, rápida y fácilmente a la situación) ; mientras duraba la emergencia (tiempo limitado) la cual fue aplicable para todos los habitantes de la Capital a través de un decreto por el cual incluso se suspendieron clases y labores, salvo en los oficios que eran estrictamente indispensables. Definitivamente un caso práctico es mucho más ejemplificativo para el aprendizaje, de igual modo permite contar con un análisis más crítico; pues basta recordar que en el presente año existió una epidemia de influenza similar, en mi opinión, incluso mayor, que en 2009, en la cual el contagio y la exposición fueron mayores, pero en este caso no se procedió a una medida de la misma naturaleza, ¿por qué sucedió eso? Por la visita del Papa Francisco, con lo que nuevamente podemos observar que más allá del bienestar o bien común que debería perseguir el Estado, a través de las facultades conferidas en la Constitución, al final del día convergen demasiados intereses que impiden ese objetivo final.

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