La Constitución y la ley

La Constitución y la ley no presentan similitud alguna. La primera proviene de un poder sin restricciones, mientras que la segunda emana de uno limitado. Por esta razón, el propósito del control constitucional reside en impedir que las leyes violen lo establecido por la Constitución y excedan sus límites legales determinados por ésta. La fuente primordial del sistema jurídico de un Estado es su Constitución, lo que la convierte en su fuente máxima e inmediata. Se caracteriza por ser escrita y rígida, en muchos países. Este documento establece las reglas fundamentales y primordiales para la producción de todas las otras normativas que serán admitidas en un sistema jurídico determinado. Por fin, estas diversas categorías normativas (como leyes, resoluciones legislativas, ordenanzas y decretos) son simplemente aplicaciones de lo estipulado en la Constitución.

Este es el aspecto más destacado que separa la Constitución de otras normativas en un sistema judicial: La Constitución no está sujeta a ninguna otra categoría normativa, mientras que todas las demás, ya sea directa o indirectamente, están subordinadas. Mientras que la aplicación de cualquier otra opción legal debe ser aplicada bajo los términos establecidos por la constitución.

La aceptación del principio de la supremacía normativa asegura que cada disposición o artículo de la Constitución sea efectiva y aplicable. Este proceso se conoce como "verificación de la constitucionalidad", ya que se analizan todas las disposiciones jurídicas inferiores para garantizar su compatibilidad o coherencia con la Constitución, comenzando por las leyes. La Constitución, gracias a su importancia y relevancia como medio eficaz de garantía, cuenta con herramientas procesales para asegurar dicha eficacia. Estos mecanismos son conocidos en la doctrina como jurisdicción constitucional, garantías constitucionales, justicia constitucional o simplemente el derecho procesal constitucional.

De igual manera, la constitucionalidad descansa en las garantías consagradas en nuestra Constitución, que imponen deberes y conceden derechos protegidos por esta ley suprema. Es importante destacar que dicha normativa fundamental no solo implica limitaciones a estructuras de poder o prohibiciones restrictivas, sino que también incluye resguardos para el individuo inmerso dentro de su contexto social.

En este sentido, el presente trabajo tiene como finalidad dar a conocer acerca de la constitución. De igual modo, el presente ensayo comprende una total indagación con respecto al tema a tratar, iniciando con el concepto de Constitución, hasta llegar a hablar acerca de nuestra Constitución Peruana. Asimismo, se tratan temas adicionales como la Primacía de la Constitución y acerca de la Aplicación del Control Concentrado y Difuso en el ordenamiento peruano.

Concepto de Constitución:

Comprender el significado de la constitución implica un análisis exhaustivo desde diversas perspectivas jurídico-políticas. A pesar de las diferentes conceptualizaciones, existe una única idea central que se enfoca en los objetivos sociales y políticos-jurídicos. Específicamente, la definición de Constitución ha sido influenciada por visiones variadas provenientes tanto de legisladores como juristas quienes han tenido conocimiento acerca del poder necesario para establecer normas o preceptos relacionados con él.

Esta Constitución está asociada a un conjunto de reglas, principios, normas, etc., que sirven de orientación detallada a integrantes de un sistema político al regular el comportamiento de todos los individuos. También configura una determinada estructura social y jurídico-política del propio Estado.

Según Fernández & Suanzes. (2011) La disciplina de Historia Constitucional se enfoca en el estudio tanto del constitucionalismo, como un movimiento filosófico-político que busca limitar la autoridad estatal, así como su principal resultado normativo: las Constituciones. El término "Constitución" surge gracias al constitucionalismo ya la noción fundamental de regular y restringir el poder público. No obstante, esta visión original no siempre contuvo los mismos principios esenciales. De la misma forma en que se puede hablar de diversos tipos de constitucionalismo, como el liberal, democrático o social, cada uno concebido con diferentes formas de organización estatal y protección a los derechos fundamentales; también conceptos actuales sobre Constitución han evolucionado para adaptarse a teorías y realidades diversas sin perder su idea fundamental.

Según el enfoque racional-normativo de la Constitución, esto se considera como un conjunto de reglas que surgen a partir del deseo deliberado de establecer las estructuras y funciones interrelacionadas entre los órganos gubernamentales. La decisión constituyente marca el comienzo del sistema constitucional, sin ninguna restricción por razones históricas y sociológicas aunque éstas pueden ser usadas como punto de referencia. Por consiguiente, el concepto racional-normativo se relaciona con movimientos revolucionarios que buscaron terminar con las estructuras sociales e instituciones prevalecientes en la época del Antiguo Régimen.

Controles Constitucionales:

El control de constitucionalidad se considera como uno de los recursos fundamentales para frenar el abuso excesivo por parte del Estado en sus poderes. Este principio es crucial para lograr un equilibrio entre las distintas ramas del gobierno y garantizar la supremacía de la Constitución, lo que subraya su importancia al momento de definir cómo debe llevarse a cabo dicho control, así como sus atributos específicos.

Se necesitan dos requisitos esenciales para poder llevar a cabo el ejercicio del poder constitucional: en primer lugar, que la Constitución sea considerada como la norma principal dentro del sistema jurídico de un Estado y, en segundo lugar, tener un Tribunal Constitucional al cual se le haya concedido el deber de proteger y velar por los principios fundamentales establecidos por dicha normativa superior. La doctrina del control constitucional ha establecido, en general, dos sistemas que han evolucionado a partir de las distintas tradiciones jurídicas en diversos lugares. Como resultado, se han configurado varios sistemas que abordan el tema del control constitucional desde perspectivas específicas. Los más utilizados son conocidos como sistemas concentrados y difusos (Ferrada, 2004).

1. Control de constitucionalidad concentrado

Este tipo de sistema se caracteriza por asignar la responsabilidad exclusiva a un Tribunal para proteger la Constitución. De esta manera, se evitan interpretaciones contradictorias sobre cómo debe ser creado, aplicado e interpretado el orden legal según lo que está escrito en dicha ley fundamental. En otras palabras, esto garantiza que el Estado esté sujeto jurídicamente al mismo instrumento: nuestra Carta Magna (Fonseca, 2022).

El control concentrado es esencial ya que establece los criterios para la aplicación y cumplimiento de una ley, según lo dictamina el Tribunal Constitucional en el examen o evaluación del marco legal frente a las normas constitucionales. En otras palabras, su objetivo principal consiste en garantizar que todas las leyes se ajusten a los parámetros constitucionales. El origen del control concentrado de constitucionalidad fue cuando:

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