Educar en la sociedad del conocimiento
Enviado por Florencia Britos • 14 de Julio de 2023 • Resumen • 3.802 Palabras (16 Páginas) • 44 Visitas
Sociología
Educar en la sociedad del conocimiento – Juan Carlos Tedesco
- CONOCIMIENTO Y SOCIEDAD
El fin del siglo se vio asociado a nuevas formas de organización social, política y económicas. Es una crisis estructural, en donde las dificultades de funcionamiento se producen simultáneamente en las instituciones responsables de la cohesión social (el Estado-Providencia), en las relaciones entre economía y sociedad (las crisis del trabajo) y en los modos a través de los cuales se forman las identidades individuales y colectivas.
Se reconoce que el conocimiento y la información estarían reemplazando a los recursos naturales, fuerza y dinero como variables claves de la generación y distribución del poder en la sociedad.
Se habla que el conocimiento siempre fue una fuente de poder, pero hoy en día es la principal fuente y por lo tanto afecta la dinámica interna de la sociedad.
Alvin Toffler se refiere a la potencialidad democratizadora del conocimiento, según él, el conocimiento es infinitamente ampliable, su producción requiere creatividad y libertad oponiéndose a toda tentativa autoritaria o burocrática de control del poder.
Decía que la distribución de conocimientos es mucho más democrática que la distribución de cualquier otro factor tradicional de poder, ya que “el débil y el pobre pueden adquirirlos”.
Sin embargo, nuevas hipótesis, plantean que una sociedad y una economía basadas en el uso intensivo de conocimientos producen simultáneamente fenómenos de más igualdad y de más desigualdad, de mayor homogeneidad y de mayor diferenciación.
EL AUMENTO DE LA DESIGUALDAD
Uno de los puntos más importante en las transformaciones sociales actuales es el aumento significativo de la desigualdad social.
En las sociedades que están utilizando más intensivamente la información y los conocimientos en sus actividades productivas, están aumentando significativamente la desigualdad social, y uno de los factores fundamentales a esa desigualdad es la transformación en la organización del trabajo. La incorporación de nuevas tecnologías al proceso productivo está asociada a la eliminación de numerosos puestos de trabajo.
Esta diferencia en la creación de puestos de trabajo eta asociada a diferencias en los salarios. Donde el empleo disminuye en los sectores que pueden pagar buenos salarios y aumenta en aquellos que pagan salarios modestos, explica las razones por las cuales la recomposición del empleo en función de la evolución tecnológica aumenta la desigualdad.
Estas transformaciones provocan la aparición de un nuevo fenómeno social, la exclusión de la participación en el ciclo productivo, que se expresa en trabajos temporarios, interinos, de tiempo parcial y en el extremo, en desempleo. Es así que se produce una desafiliación con respecto a las instancias sociales más significativas.
Consecuentemente se produce una modificación en la estructura de la sociedad: es un momento de transición entre una sociedad vertical, basada en relaciones sociales de explotación entre los que ocupan posiciones superiores frente a los que ocupan posiciones inferiores, y una sociedad horizontal, donde lo importante no es tanto la jerarquía como la distancia con respecto al centro de la sociedad.
Ambos modelos permiten dar cuenta que los vínculos entre explotadores y explotados son diferentes que los que se da entre incluidos o excluidos. Los primeros pertenecen a la misma esfera económica y social, en cambio, la exclusión no implica relación sino divorcio.
EL AUMENTO DE LA HOMOGENEIDAD
El aumento de la homogeneidad como consecuencia del uso intensivo del conocimiento significa una disminución de la importancia de las jerarquías tradicionales en pirámides por redes de relaciones cooperativas, en donde todas las fases del productivo son importantes, es por ello que se habla de calidad total.
Pero esta igualdad entre incluidos implica una separación más profunda con respecto a los excluidos.
Las economías intensivas en conocimientos y productoras de ideas son más inequitativas que las economías intensivas en personal. La tendencia a excluir a los que no tienen ideas parece ser más fuerte que la tendencia a excluir a los que no tienen riquezas (Cohen).
LA IDEOLOGÍA DE LA DESIGUALDAD
Mientras que en el modelo capitalista tradicional la pobreza o la condición asalariada podían ser percibidas como consecuencias de un orden social injusto, en el nuevo capitalismo tienden a asociarse a la naturaleza de las cosas y, en última instancia, a la responsabilidad personal.
Según el neodarwinismo social, la habilidad cognitiva será la variable decisiva en la estructura social y que dicha variable es fundamentalmente hereditaria. Para Francis Fukuyama, los comportamientos sociales se explican por factores genéticos – hereditarios y por lo tanto son difícilmente modificables por políticas sociales. Se abre así la posibilidad de una sociedad con más formas de discriminación.
La disponibilidad de información genética disminuye la posibilidad de continuar administrando justicia según el principio del “velo de ignorancia”. La justica en el Estado-providencia y en todas las formas de solidaridad, funciona sobre la base de este velo de ignorancia que no indaga sobre las particularidades de los individuos, contribuyendo a la cohesión y socialización. Al contrario, cuando las informaciones sobre las particularidades se multiplican se pone en marcha un mecanismo de desolarización, de ruptura de la cohesión y de debilitamiento del papel de la socialización.
Frente a estas tendencias surge un nuevo pensamiento democrático basado en la idea según la cual eliminar la desigualdad no es contradictorio con el respeto a la diversidad. La justicia y solidaridad aparecen como elementos básicos para garantizar el carácter sostenido del desarrollo social.
La mayor disponibilidad de información puede también ser la base de estrategias de acción social más eficaces para el logro de la justicia social, la cual está asociada a la democracia porque solo si existe un fuerte sentimiento de pertenencia colectiva, es posible aceptar la idea de redistribución directa de los bienes.
LA CRISIS DEL ESTADO-NACIÓN
Como resultado del proceso de globalización el concepto de ciudadanía asociado a la Nación ha perdido significado. En su reemplazo aparecen tanto la adhesión a entidades supranacionales como también, al contrario, un repliegue sobre el comunitarismo local, donde la integración se define fundamentalmente como integración cultural y no como integración política.
Desde el punto de vista económico, la globalización, reduce la capacidad del Estado para definir su política monetaria, su presupuesto, su recaudación de impuestos y la satisfacción de las necesidades sociales de su población. Es así que la globalización rompe los compromisos locales y las formas habituales de solidaridad y cohesión con los semejantes. Las élites que actúan en el nivel global tienden a comportarse sin compromisos con los destinos de las personas afectadas por las consecuencias de la globalización. La respuesta de los excluidos de la globalización es el refugio en la identidad local, donde la cohesión del grupo se apoya en el rechazo a los “externos”.
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