Resumen Final Prácticas

PRÁCTICAS III

ESCRITO DE NORMA FILIDORO

La escuela no se ocupa sólo de la transmisión de conocimientos, la escuela es fundamental en lo que hace a la construcción de ciudadanía y al lazo social que señalará el destino de los conocimientos académicos.

Lo que debemos conservar y cuidar es ese espacio que educa en un contexto de interacciones sociales entre pares en el que, con la intervención de un adulto, esos niños y jóvenes construyen un conocimiento escolar del que cada uno se apropia en sus tiempos y en la medida de sus posibilidades.

EN LA INFANCIA LOS DIAGNÓSTICOS SE ESCRIBEN CON LÁPIZ – GISELA UNTOIGLICH

CAPÍTULO III: CONSTRUCCIONES DIAGNÓSTICAS EN LA INFANCIA

En el presente nos encontramos con una simplificación de la clínica psicológica, listados interminables de conductas que se transforman en pretendidos diagnósticos, confundiendo descripciones fenoménicas con diagnósticos psicopatológicos.

Vivimos en una época histórica en la cual hallamos mucha dificultad para lidiar con el malestar, lo doloroso, esto prepara el terreno para que el campo de la medicalización y patologización de la infancia sea cada vez más fértil.

De este modo se opera sobre la realidad y se promueve un control social, en nombre de la salud.

DIAGNÓSTICOS EN LA INFANCIA        

Los diagnósticos tendrían que funcionar como brújulas orientadoras para los profesionales, siempre tomando en cuenta que se construyen en un devenir que va modificándose. Nunca es en un único encuentro que se puede establecer qué le ocurre a un niño, con lo cual los diagnósticos se realizan en un proceso enmarcado por la transferencia con ese profesional y/o institución, y tomando en cuenta las múltiples determinaciones del malestar de ese sujeto.

Los diagnósticos se construyen en el espacio transferencial y puede sufrir transformaciones a medida que el trabajo se realiza.

Es necesario tener claro quién y por qué solicita el diagnóstico y para qué se realiza, así como desde qué marco teórico se efectúa el mismo.

HERRAMIENTAS DIAGNÓSTICAS

Podemos recurrir a diversas herramientas que nos posibilitarán introducirnos en las múltiples causas que ocasionan el malestar. Las mismas nunca serán fijas y tendremos que decidir en cada instancia cuáles utilizaremos, en qué orden con qué finalidad.

Asumir el compromiso de entender qué está sucediendo es abrirse a lo diverso, a lo múltiple, a lo imprevisto, es construir el camino a medida que vamos transitando, lo cual nos permite encontrarnos con lo inesperado, sin necesidad de tener que transformarlo en lo ya conocido para que encaje en nuestros patrones preestablecidos.

El trabajo con los padres en la clínica con niños

Más allá de las personas reales que ejerzan la función parental, es necesario señalar cuáles son aquellas funciones fundantes de la subjetividad. Rojas destaca aquellas ligadas a la interdicción, al sostén, cuyo ejercicio se sustenta en una asimetría fundante de la relación parento-filial. Por otra parte es necesaria la renuncia pulsional al incesto y a la violencia física y psíquica sobre lo Me se hijos y hacia los cónyuges.

En el trabajo con los padres es necesario indagar cuáles son los mecanismos defensivos predominantes, según las temáticas que se aborden. Y que podría haber un adulto funcionando a "predominio de la represión” y que, sin embargo, en alguna cuestión puntual con este hijo prevalezca otras defensas.

El modo en que reaparece en los hijos lo desestimado, lo desmentido o lo reprimido de los padres marca diferencias en la constitución subjetiva. Lo reprimido parental suele retornar desde el niño en forma de síntomas, o funcionamientos sintomales. Cuando predomina la represión se transmiten las representaciones reprimidas así como las normas y prohibiciones que impulsaron la represión, tanto como las fallas de los mecanismos defensivos.

Cuando lo que predomina en los padres es la conflictiva narcisista, tienden a identificarse con el niño, a considerarlo como parte de sí mismos.

El problema se presenta cuando el niño se distancia del ideal, de lo que se espera de él, entonces pasa a ser ese "extraño", ese "no-yo" rechazado. La lógica narcisista es una lógica dual, pero que en realidad conforma una unidad indisoluble, lógica del amor-odio, del existir-no existir, cuando algo ataca la unidad todo se desmorona.

La lógica narcisista también puede expulsar lo rechazado de los propios aspectos, con lo cual a ese hijo que convoca los peores aspectos de su padre, le será muy difícil encontrar un lugar.

Una realidad fundamental para el niño es la realidad psíquica de sus padres, por lo tanto se hace absolutamente necesario trabajar con los Padres para poder generar nuevas lecturas de la realidad, que posibiliten abrir novedosas perspectiva en el trabajo con el niño.

Los primeros encuentros con los padres de un niño son imprescindibles para conocer cuáles son sus hipótesis acerca de lo que le ocurre a su hijo, como se posicionan ante un tercero cuando tienen que hablar de él, dónde se producen los puntos de quiebre.

Asimismo, observaremos cómo se vinculan entre ellos, cuál es la dinámica de la pareja y cómo se posiciona cada uno en la relación de pareja, con respecto a su hijo y con el profesional. Todas estas cuestiones comenzarán a desplegarse en la primera entre- vista, ante un terapeuta que funciona como terceridad, en transferencia, y que posibilitará que en ese encuentro se esbocen los primeros derroteros para entender el porqué de la consulta. Una característica de estos tiempos es que, con el acceso más facilitado a considerable información, los padres, con frecuencia, llegan a la consulta psicológica con "el diagnóstico" del niño ya realizado, algunas veces otro profesional ya evaluó al niño, quizás lo hizo la escuela. Estas circunstancias pueden hacer que se reemplace al sujeto por etiquetas clasificatorias.

Es por esto que cuando escuchamos a los padres es necesario tratar de conectarlos con lo que los preocupa de su hijo más allá de las clasificaciones, que sólo nos hablarán de generalidades pero no de sufrimiento singular.

HISTORIA LIBIDINAL

En el encuentro con los padres, los que éstos cuentan de su historia y lo que callan de ella, los silencios y los significantes que eligen para transmitir conforman la argamasa que compone al niño, inserto en ese entramado transgeneracional. Resulta necesario que el terapeuta pueda profundizar en cada uno de estos elementos para entender qué le ocurre al niño hoy por el cual consultan.

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