El Puente

EL Puente

 Un viejo  de 85 años  de cuyo nombre  era Juan vivía en la montaña solo, porque su carácter arrogante  y su forma de ser gruñón no le ayudaban se propuso construir un puente sobre un arroyo que transcurría por delante de su casa.

Compró veinte mil ladrillos. Cuando recibió el pedido, percibió que todos los ladrillos no eran iguales lo que lo enojo. Le evidencia lo contrarió porque él era extremadamente detallista y hasta obsesivo con la similitud.

En su supuesta ignorancia sobre el tema, siempre había considerado que los ladrillos debían ser uno de otro. Los examinó uno por uno, los pesó, los midió, los lamió, hasta dar con aquel que, a su criterio, era el ladrillo perfecto.

 Entonces separó aquellos útiles que coincidían con sus estándares y desechó el resto, arrojándolos al arroyo dónde se hicieron añicos al estrellarse con las rocas del lecho. Solamente una cuarta parte de su compra resistió el análisis de calidad.

Ahora bien, cinco mil ladrillos no le bastaban para construir un puente. Por lo tanto, llamó al corralón para realizar un nuevo encargo. En primera instancia, planteó el reclamo sobre la falta de uniformidad de los implementos y declaró el pesar que eso le había causado.

 El empleado que lo atendió, muy amable, lo supo comprender y le comentó que trasladaría la queja al fabricante de ladrillos. Satisfecho, realizó otra compra por una cantidad similar a la primera.

Sabiendo que le esperaba, tomó su ladrillo molde y repitió la operación de testeo con los mismos resultados. El arroyo se llenó de ladrillos. El hombre pensó que, teniendo en cuenta su reclamo, en la próxima compra seguramente llegarían los ladrillos perfectos.

Pero su compra fue un poco más grande arrojando 20,000 ladrillos al rio. No bastándole eso empezó a crear problemas con el rio y las personas de casa un poco cercas empezaron a quejarse y ayudar al pobre viejo.

Pero la arrogancia lo cegó y decidió no detenerse y siguió comprando ladrillos hasta que un chavo le dijo que estaba haciendo mucho daño a la demás gente y a sus casa que él  le  podría ayudar a crear el puente pero que dejara de arrojar ladrillos porque si el rio se llega a desbordar se van a caer todas las casas.

El viejo se negó rotundamente hasta que el chavo insistió hasta que don Juan acepto y le dijo que estaba bien que iba a ayudarlo.

Después de querer ayudar la fuerza del rio era sobre humana y no podían y haciendo que el rio se desbordara por todos los ladrillos que él había desechado, el rio empezó a cobrar viviendas de unas cuantas familias  y las personas desamparadas se enfadaron  con don Juan.

El viejo sintiéndose muy mal porque su arrogancia dejo a varias familias sin hogar sin comida, agua, etc. Decidió pedirle un favor al Chavo, el favor consistía en que si le ayudaban a construir el puente con todos los ladrillos sobrantes él les ayudaría a construir sus casas.

El chavo brinco de alegría y rápidamente le dijo que si entonces el chavo fue a pedir ayuda a la gente que se había quedado desamparada sin hogar, agua, comida, etc.

Después de construir el puente el viejo les ayudo a construir la casa entonces el viejo se dio cuenta que él había causado un súper problema todo por querer construir el puente entonces el chavo le dijo que no se preocupara.

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