El libro El nombre de la Rosa es una novela histórica de misterio escrita por Umberto Eco

El libro El nombre de la Rosa es una novela histórica de misterio escrita por Umberto Eco y publicada en 1980. El libro de Eco puede ser disparador de distintos temas por su riqueza literaria y por sus distintas posibilidades de interpretación. Pero es muy interesante la caracterización de la biblioteca que lleva a reflexionar sobre la importancia de la información y como ésta era resguardada entre las órdenes religiosas dentro de los muros de una biblioteca en la Edad Media, y la diferencia que se encuentra con las bibliotecas en la actualidad.

El nombre de la rosa comienza cuando Guillermo de Baskerville y su ayudante Adso de Melk llegan a una abadía benedictina en el primer tercio del siglo XIV para resolver un misterioso asesinato que ocurre en el lugar. Los monasterios en esa época eran organizaciones autárticas y su autoridad máxima era el Abad.

El escritor describe detalladamente el lugar y su magnificencia, pero hay un lugar, un espacio, donde se focaliza especialmente: la biblioteca monacal. La biblioteca de esta historia es una fortificación casi impenetrable que mantenía a los curiosos afuera. El bibliotecario, su asistente y el Abad, eran los únicos que tenían la libertad para ingresar aunque los monjes podían concurrir a ella con algunas restricciones.

La biblioteca había sido diseñada con una planta laberíntica, esto le agrega una pizca fantástica a la historia. Además las leyendas contadas por los monjes que circulaban oralmente de como en los pasadizos laberínticos del recinto se alojaban espíritus malignos, conjuros invisibles y monstruos sin cara que hacían guardia en orden para que ningún indeseado logre ingresar, aumenta el misterioso encanto de la biblioteca.

A lo largo de la novela, se cuenta como muchos trataron, a través de diferentes métodos de entrar en la fortaleza para saciar su sed de conocimiento o simplemente para utilizarla con fines personales ya que los llamativos "libros prohibidos" lograban mantener a algunos monjes en una constante intriga y a la vez dispuestos a dar a vida por satisfacer su curiosidad.

Las bibliotecas del medioevo eran lugares de conservación, reproducción y producción de libros. Se utilizaba la piel entera y se doblaba para formar un cuadernillo. El códice o códex era el libro encuadernado que se obtenía juntando varios cuadernillos. En un principio la copia de manuscritos se limita a los textos bíblicos, especialmente a los Evangelios, pero también se copiaron textos griegos y egipcios.

Una de las órdenes religiosas que surgieron en los cambios entre los siglos VI y VII debido a las transformaciones de las sociedades occidentales en agrupaciones, fue la benedictina. Con la creación de monasterios en la Edad Media, la orden de Benito de Nursia (VI) implico con su creación el desarrollo del libro y la escritura que permitió aportar importancia a las bibliotecas.

Lo que protegía a los libros de los maltratos durante los traslados eran envases con hermosos diseños que estaban realizadas con materiales valiosos como el oro, el marfil y piedras preciosas. El libro o códice constituyó en esta época un importante elemento de evangelización. Los monjes los llevaban consigo a otras religiones. Los monasterios contaban con muy buenas colecciones de libros en sus bibliotecas.

En el proceso de formación, la biblioteca era donde a los monjes se les enseñaba a leer y a escribir. Los monasterios debían tener los libros elaborados en el scriptorium, un lugar destinado a la escritura. Los volúmenes se guardaban dentro de los monasterios, pero sin clasificaciones, solo con notas acerca de su procedencia, "del monje", " donado por".

Un planteo visible en esta historia es, cómo tener información es sinónimo de poder. Para acceder completamente a él se debían romper ciertas reglas. Las órdenes religiosas eran las que conservaban las fuentes del saber pero también eran las encargadas de mantener los manuscritos que consideraban peligrosos fuera del alcance de cualquier persona, ya fuera porque estos libros ponían en cuestionamiento su pensamiento o porque podrían crear ideas herejes.

En el medioevo el acceso a la lectura era para unos pocos, partiendo desde la realidad social, la mayoría de la gente era analfabeta. Hay que tener en cuenta que en esa época la sociedad estaba organizada piramidalmente. En la base los campesinos iletrados, luego los señores feudales y en la punta de la pirámide la iglesia, aquella que atesoraba la información y el conocimiento.

Con el paso el tiempo, estos espacios ubicados en los monasterios en la época de la Edad Media, donde la información

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