La llamada

La llamada.

Hola mi nombre es julia, la razón por la cual escribo esto no es por algo casual, no es una noticia normal sino todo lo contrario, esta no es una historia muy común pero si ha paso varias veces. Mi intención no es asustarlos, ni darles una lección de vida, sino me gustaría abrirles la mente a nuevas posibilidades.

Hay gente que no cree en muchas cosas pero tal vez desde hoy cambie eso o simplemente lo ignoraran y lo intentaran hacer, pero sinceramente no recomiendo lo segundo.

Todo comenzó cuando yo tenía 16 años, mis padres iban a salir entonces me llamaron:

-¡¡¡¡¡¡ Julia!!!!!!- me grito mi mamá.

- ¿mande mamá?

-baja por favor tenemos que hablar- baje asustada pensaba que me iba a regañar.

- ¿qué pasa mamá?- baje el último escalón di un suspiro y espere.

- hija vamos a salir necesito que te cuides y no hagas nada indebido, y si no sabes que es algo o que podría pasar, mejor no lo toques o no lo hagas.- mi mamá siempre decía que los adolescentes de mi edad son susceptibles a hacer errores comúnmente, ese día me di cuenta que tenía razón.

- si mamá te lo prometo- después de eso mi mamá me beso la frente y salió de la puerta.

Me quede en la puerta viendo como salían, a lo lejos escuche que mi mamá le decía a mi padre que sentía que algo iba a pasar y que no deberían de irse, no escuche lo que le respondió mi padre, pero se terminaron llendo. Me quede pensando en lo que dijo mi madre por un tiempo pero al final no le tome importancia.

Me puse a ver televisión por horas dejando la tarea para al final hacerla en clases, cuando se terminaba un programal, me iba a otro y así sucesivamente. Hasta que en un punto ya no había más programas interesantes y me puse a ver videos y leer cosas en internet. Me encontré con una historia muy interesante, era sobre un juego, luego busque ese juego en YouTube al parecer era muy famoso, había gente que salía asustada y otros que no pero todos decían que la  presión era mucha. Entonces lo intente y realmente me arrepentí de hacerlo.

El juego se trataba de una llamada entre un espíritu o algo por el estilo, pero antes de jugarlo se necesitaban algunos requisitos. Primero, tienes que estar completamente solo en casa; si hay alguien más no sucederá nada. Segundo, debes realizarlo bien entrado la noche, más allá de las doce. Y, por último, tienes que asegurarte de tener dos teléfonos en casa. Estos dos teléfonos tienen que ser de tu propiedad, no pueden ser de un amigo o de un familiar. Al leerlo me di cuenta que yo cumplía con todos los requisitos y lo hice.

Necesitaba dos cuartos, solo esos cuartos pueden estar iluminados.  Te tienes que asegurar de que haya cierta distancia entre los cuartos o lo pasarás verdaderamente mal. Después, deja uno de los teléfonos en un cuarto, cierra la puerta y ve a la otra habitación. Una vez estés allí con el teléfono que haya sobrado, comienza a llamar al otro cuarto. Si a los diez tonos no ha ocurrido nada, mala suerte: cuelga la llamada e inténtalo otro día. Si alguien llama a alguno de los teléfonos o suena algún mensaje entrante, el experimento finalizará.

Por el contrario (como me sucedió a mi), si alguien ha acudido a la llamada, oirás un silencio mortificante, seguido por extraños susurros y sonidos parecidos a muebles moviéndose. No te asustes, y por lo que más quieras no cuelgues la llamada, ya que la persona que está al otro lado de la línea lo verá como de muy mala educación. Una voz muy gruesa pero manejando de forma perfecta el idioma te saludará de manera muy cordial e iniciará una conversación. 

Primero me pregunto cosas al azar, pero cuando los minutos fueron avanzando me pedio cosas más y más personales que me veía obligada a contestar por parecer bien educada, pero aun así no lo hice por el miedo que me entro. Al parecer no le gusto que no le contestara porque llego un momento en el que te pregunto dónde estaba mi cuarto, y yo, habiendo caído en su manipulación, se lo iba a decir, pero leí que puedo evitar contestar diciéndole que juguemos a un juego. No importa si corro ni que me resista, no habrá manera de evitar lo que paso después.

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