La otra cara de la moneda - Ramón Molinares

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ANÁLISIS A DOS OBRAS DE RAMON MOLINARES

LITERATURA DEL CARIBE

SAMUEL CASTAÑEDA ROSANÍA

MELISSA SAYA

TRABAJO ENTREGADO A:

MANUEL GUILLERMO ORTEGA HERNANDEZ

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

PROGRAMA DE ESPAÑOL Y LITERATURA

PUERTO COLOMBIA

28 AGOSTO 2020

LA OTRA CARA DE LA MONEDA CON RAMÓN MOLINARES SARMIENTO

Ramón Molinares Sarmiento es escritor colombiano nacido en Santo Tomás, Atlántico, en 1943. Luego de sus estudios en Colombia en la Universidad Libre de Bogotá realizó estudios de especialización en literatura francesa en las universidades de Lille y Montpellier. Es autor de las novelas Exiliados en Lille, El saxofón del cautivo y Un hombre destinado a mentir. Fue columnista del diario El Heraldo de Barranquilla, donde también ha publicado cuentos y ensayos.

La presencia de la masculinidad en los cuentos caribeños siempre ha sido un motivo recurrente y más que usado por varios escritores a lo largo del tiempo, ya que estos siempre han prevalecido como aquellos fuertes, con poder, sin sentimientos, con un trabajo totalmente posicionado a un alto nivel y aspectos en generales que pueden confirmar la posición de los machos, sin embargo, en Ramón Molinares podemos notar un poco diferente algunos cuentos donde el papel de los hombres en un trasfondo muestran otra realidad que muy pocas veces es sacada a la luz. Un primer cuento donde se puede detallar a entrada que la masculinidad del hombre se puede destruir en cuestiones de segundos es en «Larga espera» cuando al comienzo nos encontramos con la primera línea «Danilo Cruz no pudo cumplir con sus obligaciones en su primera noche de casi ni en las casi cien de intentos fallidos que le siguieron», lo cual supone que como todo hombre recién casado la primera noche es clave y fundamental para el marido y la esposa, ¿pero por qué realmente es una obligación? ¿qué hace el sexo algo obligatorio la primera noche? Bien sabemos que es algo tradicional donde el hombre lleva la bandera para cumplir con su esposa.

Siguiendo un poco el aspecto de cómo realmente era Danilo Cruz podemos notar algunas características que son descritas a lo largo de la historia, lo cual son: un aspecto viril, un sudor en la fuerte que a su esposa le gustaba demasiado, y con una marcada musculatura que posiblemente sea por su trabajo en la finca con todos los animales. Más allá de todo eso, se debe recalcar un punto no tan favorable y es el hecho de cómo Petrona Fontalvo, mamá de Danilo, le seguía haciendo absolutamente todo, era aquella madre que hasta la esposa se la consiguió, así era descrita, incluso muchos en el pueblo sabían que todo lo que le pasaba a él era producto de la mamá y sus movimientos para darle lo mejor a su hijo, podríamos decir que ha sido un hombre mimado desde muy pequeño donde nunca tuvo carácter incluso a los 30 años de decidir por su propia cuenta si quería o no casarse con Rosa Agustina, recordemos que ella junto a María Francisca, mamá de la muchacha, le organizaron el matrimonio sin ellos siquiera conocerse.

Por otro lado, la mamá de Rosa Agustina está detrás de ella insistiendo en qué había pasado en la noche de bodas, y ella, con rabia y un poco de frustración le contesta que el deje quieto pues nada ha pasado, cosa que se puede corroborar ya que la sabana la mencionan totalmente blanca «sin mancha» como es algo típico que le ocurra a la mujer después de perder su virginidad. Danilo Cruz sabe como hombre que fracasó ya que agacha la cabeza al recibir la taza de café negro de su suegra. No ocurre más que cosas normales de un pueblo como es el hecho de contarse entre todos los chismes. En este punto todos se enteran ya para el medio día la noche desastrosa que tuvieron. Para calmar esas aguas las dos madres manipuladoras se encargan de mantener arreglado ese matrimonio haciendo las cosas típicas que harían como ir a la misa los domingos, hacer visitas y, sobre todo, seguir durmiendo juntos, solo que no pasa mucho tiempo, alrededor de tres meses, cuando los chismes vuelvan a sobresalir, pero esta vez por el embarazo. Esto del embarazo también estaba catalogado en los tiempos de antes como algo fundamental.

A medida que va ocurriendo la historia nos van soltando un poco lo que va ocurriendo y por qué Danilo, incluso teniendo la edad que tiene, no ha podido satisfacer a su esposa. Lo primero que se nos presenta es el escenario del rancho, algo alejado, donde siempre se ha criado, pues era huraño, le hablaba incluso a las gallinas, vacas y cerdos que ordeñaba, también se menciona como alguien sin experiencia en las artes amatorias. Este se desplaza a la finca, a este punto ya la mamá lo sabe pues lo ha escuchado de las murmuraciones, pero esta calla en todo momento. La escena clave es cuando ella lo encuentra en el jagüey teniendo relaciones sexuales con un animal, sin embargo, no dice nada, por el contrario, almuerzan en una mesa sin mantel, estrecha y de tablas sin pulir. Luego, se dirigen a tomar café y Danilo al finalizar se va a echar su sueño.

Luego del sueño, al momento de este bajar, Danilo es enfrentado por la mamá cuando lo encara y le dice que él puede con la mujer si ha podido con ese animal con que ella lo ha visto al medio día, así que lo anima a seguir. Es extraño que la madre no se haya molestado por el hecho de tener sexo con un animal sino por el hecho de no poder realmente con la mujer. Quizás esta reacción tiene su justificación, esto se fundamenta debido al contexto social en la que se sitúa la historia. Se sabe que, en algunas zonas de la costa caribe, el pecado bestial suele consumarse, es por esto que la reacción de la madre frente al acto no haya sido como se esperaría; es más, utiliza eso como catalizador para animar a su hijo a que demuestre su virilidad y por fin se haga “oficial” el matrimonio que esas matriarcas pactaron.

Siguiendo con eso, lo que sucede en la vida de la pobre Rosa Agustina es primeramente tenerle paciencia, pues hasta como una madre lo cuidaba, se menciona, y es tan paciente que incluso cuando dormían juntos desnudos, esta no le tocaba su miembro viril. Pero, un día antes del mediodía, Rosa cansada ya de todo el tiempo que ha pasado y la insatisfacción va a presentarse al rancho donde está Danilo. Allí ella comienza a cocinar, Danilo se percata de esta por el olor pensando que es la madre, pero se encuentra con una escena totalmente diferente, donde posiblemente se haya imaginado al animal en vez de la mujer. Lo que se relata es que él “como de costumbre”, o sea algo a lo que ya estaba acostumbrado a realizar, se afloja su cinturón y deja caer el pantalón y calzoncillo, acarició con sus manos las redondeces desnudas, presuponiéndose que son las nalgas, y enfurecido logra con delicadeza y brusquedad presuponerse hacía ella, que, por cierto, queda estupefacta y con sensación de placer por ver lo que Danilo acababa de realizar.

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