ENSEÑAR Y APRENDER Dos Caras De La Misma Moneda

ENSEÑAR Y APRENDER, CARAS DE LA MISMA MONEDA

Dirigirnos a Uds., es dirigirnos a los que por muchos años han sido compañeros de aventura en la historia de esta institución, escuela de la plena libertad en la enseñanza y el aprendizaje, formadora de generaciones inteligentes y comprometidas con el desarrollo de una sociedad siempre mediatizada y explotada por el poder. Han sido numerosos los foros en los que se ha hablado de sus fortalezas y debilidades, de sus problemas y necesidades así como también soluciones, esta institución que tanto significa para muchos de nosotros, se encuentra en un momento en el que tiene que rediseñar algunas de las estructuras o elementos de la enseñanza-aprendizaje que conforman el marco de referencia en el cual ocurren las actividades y procesos, a través de los cuales se logran los propósitos de la institución. Algunas de estas estructuras como: los sistemas de estímulos o proyectos de desarrollo académico, las coordinaciones académicas y pedagógicas, la infraestructura y el equipamiento, las de toma de decisión, requieren de toda nuestra reflexión y acción, es el momento de acceder a lo complejo y proponer en lo específico.

Diagnósticos cada vez más precisos en diferentes áreas y niveles de la actividad educativa y del ejercicio profesional en nuestro país, parecen reforzar una misma impresión general: la labor educativa no está alcanzando los niveles de preparación científico-técnica ni la formación cultural y humanística esperada. En este sentido parece haber acuerdo en los siguientes puntos:

- Las habilidades, los conocimientos y las actitudes que se adquieren durante la formación de los alumnos no son suficientes para la continuación exitosa de los estudios en niveles superiores, tampoco en el desempeño de las personas en una sociedad que exige diversas capacidades de adaptación o ajuste al cambio del entorno, así como habilidades para acceder a la información, procesarla y usarla.

- Los problemas y las necesidades sociales se acumulan y se vuelven más complejos, de tal modo que requieren soluciones creativas que la formación educativa actual no siempre proporciona.

¿Estamos entonces frente al fracaso del sistema educativo en México? Algunas fuentes de información dicen que: tenemos en México un sistema educativo que trabaja con baja eficiencia e inequidades sociales ligadas a tal ineficiencia. La educación en nuestro país es, ineficaz porque no ha cumplido con los objetivos educativos ni con las metas que cada nivel educativo se propone (Prawda 1989).

Así pues nos preguntamos: ¿las instituciones educativas están respondiendo a su misión? En el caso concreto de Colegio de Ciencias y Humanidades ¿se puede hablar de fracaso escolar? El ausentismo, la reprobación y la deserción ¿son indicadores del fracaso escolar? ¿Qué hay realmente en el fondo de estos indicadores?

Cuando no se logran de forma pertinente las intenciones educativas de la institución estamos frente a un problema con muchas aristas, en esta ocasión hablaremos de lo que consideramos como procesos excluyentes del aprendizaje que impiden que una gran mayoría de nuestros alumnos participen de forma efectiva en las actividades o experiencias de aprendizaje.

Entre los procesos que consideramos son excluyentes del aprendizaje están: 1. Una adecuada capacitación pedagógica de los profesores. 2. Ambientes burocratizados, autoritarios y conflictivos. 3. Ausencia o pobreza de expectativas sobre el valor educativo por parte de la comunidad respecto del plantel educativo.

Recordando una conocida metáfora, la enseñanza en el aula es como el viaje en una nave cuyo piloto, además de saber con precisión a dónde y cuándo va a llegar, tiene la misión de ir adecuado la dirección, la velocidad y las condiciones del avance ante cada situación; así un profesor debe estar preparado para enfrentar diferentes situaciones en cada clase, en cada curso y con cada grupo de alumnos, para ello se requieren sólidos conocimientos habilidades para adecuar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Por esto el diseño de la práctica docente es una de las competencias más importantes en la formación del profesor.

Es un hecho que nuestra institución ha reconocido la necesidad de contar con lineamientos curriculares para la elaboración de programas

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