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Literatura


Enviado por   •  28 de Julio de 2011  •  790 Palabras (4 Páginas)  •  1.148 Visitas

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DEL LATÍN AL CASTELLANO

1. ETIMOLOGÍAS

La etimología es la parte de la Lingüística que se ocupa del origen de las palabras y de la reconstrucción de

su ascendencia. Así pues, su objeto de estudio son los étimos (del griego etumoV, “verdadero”), es decir,

los vocablos originarios de los que han derivado las palabras de una lengua determinada.

Dado que el castellano es una lengua romance, la mayor parte de su vocabulario tiene como fundamento la

lengua latina. Asimismo, todo el vocabulario científico de las lenguas modernas está constituido sobre la

base léxica de la lengua griega.

Por tanto, la aproximación etimológica al latín y a1 griego repercutirá en el conocimiento y dominio del

castellano.

Si sabemos que, tras ciertos cambios fonéticos, la palabra latina ferrum ha evolucionado hasta dar en

castellano hierro, podremos asociar fácilmente al étimo latino palabras como férreo, férrico, ferrocarril,

etc. Del mismo modo, el significado de términos científicos como hematoma, hematología, hemorragia,

etc., resultará evidente si conocemos el étimo griego y su transcripción: aima, “sangre”, de donde hemat-,

hemo-.

2. PATRIMONIALISMOS, CULTISMOS Y SEMICULTISMOS

A lo largo de la historia de la lengua latina hubo una variante popular, el latín vulgar, y una variante literaria.

A medida que el latín vulgar fue transformándose, surgieron las lenguas romances, pero, al mismo tiempo, el

latín literario perduró como lengua culta.

• Las palabras resultantes de la evolución del latín vulgar con arreglo a determinadas leyes fonéticas se

denominan patrimonialismos o palabras patrimoniales. La mayor parte del vocabulario de las lenguas

romances se ha constituido de esta manera; por ejemplo, las voces castellanas isla y oro derivan de las latinas

insulam y aurum.

• El latín clásico continuó utilizándose como fuente del vocabulario culto. Por ello, existen palabras de

introducción reciente en las lenguas romances cuya forma guarda gran semejanza con los términos latinos de

procedencia: son los cultismos o palabras cultas. A partir de los sustantivos latinos anteriores encontramos

los adjetivos cultos insular y áureo.

• Hay también palabras que no han consumado totalmente su evolución y están a medio camino entre las

patrimoniales y las cultas: los semicultismos. Por ejemplo, ya que el grupo intervocálico latino -gn- evolucionó

en castellano a -ñ- (pugnum > puño), se esperaría que regnare hubiese dado *reñar; el semicultismo reinar, sin

embargo, muestra una fase evolutiva intermedia.

• En ocasiones, un vocablo latino da como resultado una palabra patrimonial y una culta o semiculta;

hablamos, entonces, de dobletes. Por ejemplo, el sustantivo causam ofrece en castellano los derivados cosa

(patrimonial) y causa (cultismo).

Observa los ejemplos de cultismos y

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