Párrafos de introducción
Enviado por dianita18go • 24 de Marzo de 2019 • Ensayo • 2.251 Palabras (10 Páginas) • 2.440 Visitas
El ensayo
Comunicar ideas por escrito.
Las partes del ensayo
La introducción
Párrafo que se escribe con el objeto de enganchar al lector. Debe ser lo suficientemente atractivo y claro. Atractivo: motivante. Claro: de qué trata el ensayo, con exactitud. Es mejor que la oración principal esté escrita en este párrafo.
Un párrafo introductorio debe presentar el asunto: el lector, luego de leer el primer párrafo, debe saber de qué trata el ensayo.
Tipos de párrafos introductorios
El cambio de bando: el autor comienza con una afirmación en sentido contrario a su propia tesis, luego da vuelta al sentido de lo dicho y formula la oración principal.
Ejemplo:
POESÍA POPULAR (1941)
Los acontecimientos de estos años últimos, al repercutir sobre el arte y la poesía, han recrudecido cierta vieja actitud humana, que consiste en exigir al arte una utilidad. El arte, se dice, debe servir y en cuanto a la poesía su misión no es adelantarse a los hombres abriéndoles un camino que a éstos acaso no les interesa recorrer, sino que debe marchar a lado de ellos y hacerse eco de los sentimientos e ideas que les animan. El poeta, además, no debe juzgar sobre la autenticidad o excelencia de los sentimientos colectivos que así exprese; su tarea solo consiste en recogerlos, por el hecho de existir al lado suyo, dentro de sus versos. El arte, la poesía, que de ahí resulten, serán al fin verdaderamente populares.
No es tal cosa una innovación. ¿En qué épocas no se ha hablado de poesía y de arte popular? Pero la nuestra ha llegado a emplear tal expresión como si no fuera legítimo otro arte sino el popular. Esa exclusividad ha despertado en mí el deseo y la curiosidad de indagar la relación de la poesía popular con la poesía en general, de lo cual es resultado de la presente divagación. Advertiré que no entra dentro de sus límites, ni de mi propósito, aludir al arte popular, aunque alguna vez sea necesario referirnos al primero, ya que al fin y al cabo la poesía es un arte también. Como el calificativo de popular puede tomarse en varias acepciones, si no todas, al menos voy a hacer desfilar aquí algunas de ellas, para ver cuál es la que mejor concierta con la poesía, y si tal concierto de la poesía con lo popular es justo y armonioso. Tampoco pretendo llegar a conclusión alguna; esbozar, insinuar algo a tal o cual lector de mente honesta y buena voluntad es mi única ambición ahora y siempre. (Cernuda, 1975)
La historia de impacto: el autor empieza contando una historia atractiva, pertinente al asunto; después de leerla, la oración principal se entiende mejor.
Ejemplo:
LA LITERATURA Y LOS ESTUDIOS CULTURALES
“Al observar el panorama reciente de los estudios literarios, hallamos doctores de literatura francesa que escriben libros sobre el tabaco o sobre la obsesión de los norteamericanos con la grasa; shakesperianos que analizan la bisexualidad; expertos en realismo que estudian a los asesinos en serie… ¿Qué está sucediendo?
Se trata de los cultural studies o estudios culturales, una actividad fundamental en las humanidades durante la década de 1990. Algunos profesores universitarios han pasado de Milton o Cervantes a Madonna, de Shakespeare a las telenovelas, abandonando por completo el estudio de la literatura. ¿Qué relación guarda esto con la teoría literaria” (Culler, 2000, pág. 57)
Ejemplo:
TRES HÉROES
Cuentan que un viajero llegó un día a Caracas al anochecer, y sin sacudirse el polvo del camino, no preguntó dónde se comía ni se dormía, sino cómo se iba a donde estaba la estatua de Bolívar, Y cuentan que el viajero, solo con los árboles altos y olorosos de la plaza, lloraba frente a la estatua, que parecía que se movía, como un padre cuando se le acerca un hijo. El viajero hizo bien, pues todos los americanos deben querer a Bolívar como a un padre. A Bolívar, y a todos los que pelearon como él, porque la América fuese del hombre americano. A todos: al héroe famoso y al último soldado, que es un héroe desconocido. Hasta hermosos de cuerpo se vuelven los hombres que pelean por ver libre a su patria. (Martí, 2004)
Las preguntas de apertura: se inicia con una o varias preguntas pertinentes al asunto; de alguna manera son preguntas retóricas, y a lo largo del ensayo estas preguntas son respondidas.
Ejemplo:
LENGUAJE, SIGNIFICADO E INTERPRETACIÓN
“La literatura, ¿es un tipo especial de lenguaje o es un uso especial del lenguaje? ¿Es lenguaje organizado de manera distintiva o es un lenguaje al que se le conceden privilegios singulares? (Culler, 2000, pág. 71)
El embudo: empieza con una frase general acerca del asunto para luego ir reduciendo el tema hasta volverlo específico.
Ejemplo:
PROFUNDIDAD Y SUPERFICIE
“Cuando se repite la frase ‘los árboles no nos dejan ver el bosque’, tal vez no se entienda su riguroso significado. Tal vez la burla que en ella se quiere hacer vuelva su aguijón contra quien la dice:
Los árboles no dejan ver el bosque, y gracias a que así es, en efecto, el bosque existe. La misión de los árboles patentes es hacer latente el resto de ellos, y sólo cuando nos damos perfecta cuenta de que el paisaje visible está ocultando otros paisajes invisibles nos sentimos dentro de un bosque.
La invisibilidad, el hallarse oculto no es un carácter meramente negativo, sino una cualidad positiva que, al verterse sobre una cosa, la transforma, hace de ella una cosa nueva. En este sentido es absurdo –como la frase susodicha declara- pretender ver el bosque. El bosque es lo latente en cuanto tal.
Hay aquí una buena lección para los que no ven la multiplicidad de destinos, igualmente respetables y necesarios, que el mundo contiene. Existen cosas que, puestas de manifiesto, sucumben o pierden su valor y, en cambio, ocultas o preteridas llegan a su plenitud (…). En una novela contemporánea se habla de cierto muchacho poco inteligente, pero dotado de exquisita sensibilidad moral, que se consuela de ocupar en las clases escolares el último puesto, pensando: ‘¡Al fin y al cabo, alguno tiene que ser el último!’ (…). tanta nobleza puede haber en ser postrero como en ser primero, porque ultimidad y primacía son magistraturas que el mundo necesita igualmente, la una para la otra”. (Gasset, 1958, págs. 31-32)
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