ANÁLISIS DE EL MATADERO
Enviado por alexriver2013 • 28 de Abril de 2014 • 3.956 Palabras (16 Páginas) • 552 Visitas
ANÁLISIS DE EL MATADERO DE ESTEBAN ECHEVERRÍA
Considerado el primer cuento de la literatura argentina, “El matadero” circunscribe las acciones a un espacio geográfico ubicado en la zona intermedia o fronteriza entre la ciudad y el campo. La dicotomía “civilización y barbarie”, que recorrió la literatura argentina del siglo XIX, ya aparece en la elección de este ambiente, porque el matadero era el lugar por donde lo rural —la barbarie, según la visión de algunos intelectuales de la época— penetraba en la ciudad: las reses eran traídas desde el campo para servir de alimento a la gente de la ciudad.
En ese mundo vivían los pialadores, los matarifes, los descuartizadores, las achuradoras, las mulatas, que estaban en contacto con las vísceras y la carroña, con la grasa y con la sangre.
Lo que desencadena la anécdota inicial del relato es la falta de reses en el matadero de la Convalecencia, debida a las intensas lluvias. Luego de una descripción minuciosa del ambiente, el relato se detiene en el día en que se reinicia la faena: un toro se escapa y huye por las calles de la ciudad, un lazo le cercena la cabeza a un niño, un unitario se acerca al lugar y es torturado y asesinado por los mazorqueros.
Leído desde la perspectiva del Romanticismo, “El matadero” es un relato de denuncia política y social que muestra hasta qué punto, en esa época, la superación del enfrentamiento entre unitarios y federales era impensable. Los jóvenes del matadero, entrenados en
el cuchillo y en la pelea, difícilmente podrían ser la cabeza pensante de una nación.
Esta representación del conflicto político propio de la época enfrenta dos mundos: el del joven unitario y el de la Mazorca, el de la civilización y el de la barbarie, el de la ciudad y el del campo, el del espíritu y el del materialismo. Esta brutal oposición sólo pudo producir violencia y muerte.
Escrito entre 1838 y 1840, Juan María Gutiérrez lo da a conocer en 1871, en la Revista del Río de la Plata, precedido de un juicio crítico. "La Refalosa", composición poética de Hilario Ascasubi que aparece en su Paulino Lucero, puede considerarse antecedente de El Matadero. En ella, un mazorquero y degollador amenaza al gaucho Jacinto Cielo con el martirio que padecen los unitarios, si no se convierte en adepto del Restaurador. Echeverría escribe en El Matadero: "Un hombre, soldado en apariencia, [ ... ] cantaba al son de la guitarra la resbalosa, tonada de inmensa popularidad entre los federales ... ".
BIOGRAFÍA DE ESTEBAN ECHEVERRÍA
(1805 - 1851)
Esteban Echeverría nació en Buenos Aires el 2 de septiembre de 1805. Era hijo de la argentina doña María Espinosa y del vasco español José Domingo Echeverría. Durante su primera infancia perdió a su madre. Estudia varios años en el Colegio de Ciencias Morales; lo abandona a fines de 1823, a pesar de haber sido estudiante aplicado. Como su primera juventud fue en extremo borrascosa y desarreglada, resuelve regenerarse moralmente y completar su educación en Europa.
Esa ausencia de la patria (1825-1830) le es muy provechosa. En París sigue los cursos más variados, se familiariza con las tendencias literarias ideológicas en boga, forma una sólida cultura de carácter enciclopédico y se asimila infinidad de obras en francés e inglés.
En 1831 publica sus primeros versos en diarios porteños, por más que en el viejo continente se ejercitara en escribirlos. En 1832 aparece anónimamente su poema Elvira. La indiferencia con que se le recibe contrasta con el desbordante entusiasmo y la cálida simpatía que suscitan después los Consuelos (1834) y sus Rimas (1837), donde inserta la Cautiva, su mejor obra en verso.
Durante algún tiempo Echeverría se dedica a las tareas rurales en su estancia "Los Talas", cerca de Luján. Era una temeridad quedarse por más tiempo en el país. Entonces emigra al Uruguay (fines de 1840). Inicia también los estudios de sociología y economía americanas y los de estética literaria. Del resto de su producción cabe mencionar especialmente su espléndido cuanto realista "El matadero", el primero en su género escrito en el Plata, y su "Manual de Enseñanza Moral" para las escuelas primarias (1846).
Desde la adolescencia tiene que luchar contra la enfermedad. Sufre continuamente de los nervios y lo persigue su afección cardíaca. Su salud se agrava considerablemente en 1851. Una dolencia pulmonar lo lleva a la tumba en Montevideo el 19 de enero de dicho año.
ARGUMENTACIÓN DE LA OBRA
El marco del relato se encuadra en los años posteriores a la Revolución de Mayo, durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas, en un matadero vacuno en la provincia de Buenos Aires en Argentina. Más concretamente, el marco temporal se ubica en algún momento de la década de 1830, luego de la muerte de la esposa de Rosas, Encarnación Ezcurra, y durante la época de cuaresma. El relato, que se basa en la descripción de la sociedad de la época, comienza con la descripción de un gran diluvio que duró 15 días y afectó la economía del país causando una crisis y la imposibilidad de utilizar el matadero en este período de tiempo, por lo que hubo falta de carne. Esta carencia, que iba acorde a los mandatos de la iglesia en lo referido a la abstinencia de carne, produjo una subida en los precios de los otros productos como aves y pescados, y la muerte de mucha gente. Sin embargo, aunque la iglesia dictó que no se debía comer carne bajo el pretexto del pecado, no fue igual de rígida con los gobernantes y el cuerpo religioso, lo que demuestra la hipocresía del gobierno y la iglesia.
Echeverría narra que ante la crisis, Rosas "el Restaurador" envía una reducida cantidad de novillos al matadero, los cuales son recibidos con algarabía por la gente, que se pelea para conseguir comida y achuras. Entre uno de esos animales se encuentra un toro, que se escapa tras producir indirectamente la muerte de un niño que es rápidamente olvidada. El brioso ejemplar es perseguido por varios jinetes, que al final de una larga persecución logran atraparlo y matarlo. Luego de narrar la muerte del toro, entra en escena un joven que es identificado rápidamente como unitario por no llevar luto ni la divisa punzó. El mozo es atrapado y llevado a la casilla del juez del matadero, donde es interrogado y torturado por los federales. El unitario (personificación de Echeverría en el relato de ficción) se resiste manteniendo una actitud desafiante y digna ante las crueldades de los federales. Finalmente, en el momento en que lo pensaban torturar, el joven
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