Actividades Para El Nombre Propio
Enviado por yuribonita30 • 4 de Marzo de 2014 • 1.617 Palabras (7 Páginas) • 533 Visitas
CONFERENCIA
LOS SIGNIFICADOS DEL NOMBRE PROPIO EN LA EVOLUCIÓN DEL PREESCOLAR
Emilia Ferreiro
El periodo de la vida que va de los 3 a los 5 años es uno de los más extraordinarios. Las educadoras tienen el privilegio de trabajar con criaturas extremadamente curiosas y en acelerado proceso de cambio con una gran capacidad de asombro; niños a los que nada les es ajeno, todo les concierne. Esos niños preguntan acerca de los fenómenos naturales, preguntan acerca de los comportamientos sociales, acerca de los objetos de su entorno, es fundamental mantener despierta esa curiosidad y no bloquearlas con repuestas inoportunas, del tipo “eres muy chico para preguntar eso”.
Cuando preguntan y cuando no preguntan elaboran ideas y lo hacen porque tratan de comprender el mundo natural, el mundo social y el mundo tecnológico que los rodea.
Tratar de comprender es los propio de la especie humana, nosotros no nos limitamos a actuar, sino que tratamos de saber; los niños tratan de comprender y no podemos impedirlo porque tratan de apoderarse y hacer suyos esos objetos, esos comportamientos, esas ideas que constituyen el mundo adulto en el cual tienen que crecer y vivir.
Cuando los niños perciben que algo es valioso e importante para los adultos, es normal que quieran entenderlo, no es extraño entonces que también pregunten sobre esas marcas gráficas que llamamos escrituras y que se encuentran presentes en todas partes del ambiente urbano. Los automóviles tienen escrituras porque tienen placas de identificación, porque unos dicen taxis y otros dicen transporte urbano, etc. los negocios tienen letreros, las calles tienen letreros, las propagandas, los envases tienen escrituras, la pantalla del televisor también presenta letras y números y por supuesto los periódicos, las revistas, los calendarios y los libros.
¿Cómo hacer que los niños de 3 a 5 años inquietos y curiosos como son, no se interesen por las marcas gráficas? Esa ha sido la pretensión del preescolar tradicional, una pretensión destinada al fracaso porque trata de evitar lo inevitable. ¿Es necesario introducir entonces las tradicionales prácticas de escritura, o sea, las planas, los grafismos sin sentido, las familias silábicas y todo lo demás? Por supuesto que no.
Frente a esa dicotomía que se expresa, por un lado en evitar que aprendan o bien por el otro lado obligar a que aprendan y de la peor manera, hay una alternativa que consiste en crear las condiciones para que todos aprendan, cada quien a su ritmo y sobre todo para construir desde el inicio un vínculo de confianza, un vínculo amistoso con la escritura. Se trata ni más ni menos que de introducir a la cultura escrita; entrar a la cultura escrita supone mucho más que saber las letras, supone comprender por un lado ¿cómo se organiza la lengua, cuando es lengua escrita?,¿cómo se informa por escrito?, ¿Cómo se pide, se agradece, se solicita, se felicita por escrito?, ¿cómo se realizan los actos de habla que ya conocemos en contextos orales por escrito? Supone comprender cómo son los objetos creados por la cultura escrita; esos muchos objetos que tienen nombres específicos y que llamamos calendarios, agendas, revistas, diccionarios, enciclopedias, cuentos ilustrados, mapas y muchos textos más, supone comprender cómo son las instituciones y las profesiones creadas por la cultura escrita: las bibliotecas, las editoriales, los libreros, los periodistas, los escritores, tantas profesiones que son creadas por los usos sociales de la escritura.
Iniciarse en la cultura escrita y terminar circulando por ellas con confianza como si fuera la propia casa, es función de la educación básica, pero no solo de la educación básica, sino también de los niveles superiores; de hecho, podemos seguir perfeccionando nuestro modo de circular por la cultura escrita, pero inicia en el preescolar.
Me quiero centrar en una pieza clave del proceso de apropiación de la escritura que es el nombre propio, ¿qué significado tiene esa escritura específica en estas edades? En primer lugar tiene un fuerte significado afectivo vinculado con la ampliación de la propia identidad, el descubrir que se puede ser uno mismo también por escrito, ayuda a establecer un primer vínculo positivo con la escritura. La escritura no es cosa de los otros, de los grandes, también me concierne; tanta es la carga afectiva de esa escritura que no es extraño ver a niños que abrazan, acarician, incluso besan esa escritura, diciendo ese soy yo; no es extraño saber que los niños que crecen en familias donde se lee y se escribe como parte de las actividades cotidianas intenten producir escrituras desde muy temprano.
Las educadoras ya han aprendido a tener una visión positiva de la evolución de la figura humana; “que bueno que ya le puso tronco, que bueno que ya le puso dedos”, esa misma visión positiva es la misma que necesitamos trabajar con la escritura
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