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Adivinanzas


Enviado por   •  4 de Junio de 2014  •  1.195 Palabras (5 Páginas)  •  250 Visitas

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Lieratura elizagaray alga marina

"Los libros para niños, cuando son buenos, resultan transmisores constantes de todo lo bello, admirable y verdadero que podemos encontrar en el hombre y en su conducta en la vida. Toda literatura de alguna manera implica funciones docentes, que pueden estar implícitas o explícitas, según la intención y el talento del escritor, ya que el arte puede ser considerado de múltiples formas, que van desde un extremo hasta el otro: desde los que sostienen que la obra de arte es fruto del puro ejercicio de la mente del creador, hasta los que afirman que la función única del arte debe ser la de las más rigurosa enseñanza. De hecho la obra de arte, en ese caso la literatura infantil, no es ni lo uno ni lo otro, es más bien una resultante ecléctica de esas posiciones, saturada de complejos matices intermedios."

CUENTO: UN TRATO CON SANTA CLUS.

Julio estaba tan enfadado por los pocos regalos que había recibido la Navidad anterior, que la carta que escribió a Papá Noel aquel año resultó tan dura que el mismo Santa Claus fue a visitarlo unos días antes.

- ¿Por qué tanto enfado y tantos regalos? - preguntó Papá Noel- ¡Pero si tienes un montón de amigos!

- ¡Me da igual! Quiero más juguetes y menos amigos.

Y tan molesto estaba que el bueno de Santa Claus tuvo que proponerle un trato:

- Está bien. Como muchos otros niños me han pedido tener más amigos, te daré un regalo más por cada amigo al que renuncies para que se lo pueda ofrecer a otros niños.

- ¡Hecho! - dijo el niño sin dudar.. -Además, puedes quedártelos todos.

Aquella Navidad Julio se encontró con una enorme montaña de regalos. Tantos, que dos días después aún seguía abriéndolos. El niño estaba feliz, gritaba a los vientos lo mucho que quería a Santa Claus, y hasta le escribió varias cartas de agradecimiento.

Luego comenzó a jugar con sus regalos. Eran tan alucinantes que no pudo esperar a salir a la calle para mostrárselos a los demás niños.

Pero, una vez en la calle, ninguno de los niños mostró interés por aquellos juguetes. Y tampoco por el propio Julio. Ni siquiera cuando este les ofreció probar los mejores y más modernos aparatos.

- Vaya- pensó el niño - supongo que me he quedado sin amigos. Bueno, qué más da, sigo teniendo mis juguetes.

Y Julio volvió a su casa. Durante algunas semanas disfrutó de un juguete nuevo cada día, y la emoción que sentía al estrenar un juguete todas las mañanas le hizo olvidar su falta de amigos. Pero no había pasado ni un mes cuando sus juguetes comenzaron a resultarle aburridos. Siempre hacían lo mismo, y la única forma de cambiar los juegos era inventándose nuevos mundos y aventuras, como hacía habitualmente con sus amigos. Sin embargo, hacerlo solo no tenía mucha gracia.

Entonces empezó a echar de menos a sus amigos. Se daba cuenta de que cuando estaba con sus amigos, siempre se les ocurrían nuevas ideas y formas de adaptar sus juegos ¡Por eso podían jugar con un mismo juguete durante semanas! Y tanto lo pensó, que finalmente llegó a estar convencido de que sus amigos eran mucho mejores que cualquier juguete ¡Pero si llevaba años jugando con sus amigos y nunca se había aburrido de ellos!

Y tras un año

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