BLANCA NIEVES
Enviado por aoarriagada • 19 de Mayo de 2013 • Tesis • 1.815 Palabras (8 Páginas) • 1.139 Visitas
BLANCA NIEVES
La nueva Reina poseía un espejo mágico que podía responderle a todas las preguntas que ella le hacía. Pero la única que le interesaba era:
- Espejo mágico, ¿quién es la más hermosa del reino?
Invariablemente el espejo le respondía:
- ¡La más bella eres tú! La vanidad de la Reina vivía satisfecha con la respuesta, hasta que un día, el espejo le respondió algo diferente:
- Es verdad que su majestad es muy hermosa; pero ¡Blanca Nieves es la más hermosa del reino!
Enfurecida, la envidiosa Reina grito:
- ¿Blanca Nieves más hermosa que yo? ¡Imposible! ¡Eso no lo tolerare!
Entonces mando llamar a su más fiel cazador.
- ¡Llévate a Blanca Nieves a lo más profundo del bosque y mátala! Tráeme su corazón como prueba de que cumpliste mis ordenes.
El cazador inclinó la cabeza en signo de obediencia y fue en busca de Blanca Nieves.
¿Adónde vamos? preguntó la joven.
- A dar un paseo por el bosque su Alteza, - respondió el cazador -. El pobre hombre acongojado, sabía que sería incapaz de ejecutar las ordenes de la Reina. Al llegar al medio del bosque, el cazador explicó a Blanca Nieves lo que sucedía y le dijo:
- ¡Corre vete lejos de aquí y escóndete en donde la Reina no pueda encontrarte, y no regreses jamás a palacio!
Muy asustada Blanca Nieves se fue llorando, el cazador mató a un jabalí y le sacó el corazón.
"La Reina creerá que es el corazón de Blanca Nieves" - pensó el cazador -."Así la princesa y yo viviremos más tiempo".
Blanca Nieves se encontró sola en medio de la oscuridad del bosque. Estaba aterrorizada. Creía ver ojos en todas partes y los ruidos que escuchaba le causaban mucho miedo.
Corrió sin rumbo alguno. - ¿Hay alguien en casa? - preguntó mientras tocaba a la puerta -.
Como nadie respondía, Blanca Nieves la empujó y entró. En medio de la pieza vio una mesa redonda puesta para siete comensales. Sintiéndose segura y al abrigo, subió las escaleras que conducían a la planta alta donde descubrió, una al lado de la otra, siete camas pequeñas.
- "Haré una pequeña siesta" - se dijo - ¡Estoy tan cansada! "
Entonces se acostó y se quedó profundamente dormida.
La cabaña pertenecía a los siete enanitos del bosque. Eran muy pequeños, tenían barbas largas y llevaban sombreros de vivos colores. Esa noche regresaron de una larga jornada de trabajo en la mina de diamantes.
- ¡Miren! ¡Hay alguien durmiendo en nuestras camas! - . Uno de ellos tocó delicadamente el hombro de Blanca Nieves quien despertó sobresaltada.
- ¿Quién eres? ¿Qué haces aquí? - preguntaron los enanitos sorprendidos -.
Blanca Nieves les contó su trágica historia y ellos la escucharon llenos de compasión.- Quédate con nosotros -. Aquí estarás segura. - ¿Sabes preparar tartas de manzana? - preguntó uno de ellos -.
- ¡Sí, sí! Puedo preparar cualquier cosa - respondió ella contenta -.
- La tarta de manzana es nuestro postre preferido - le dijeron.
Blanca Nieves se ocupaba de las faenas de la casa mientras ellos trabajaban en la mina de diamantes, y en la noche ella les contaba divertidas historias. Sin embargo, los enanitos se sentían inquietos por la seguridad de Blanca Nieves.
- No hables con extraños cuando estés sola. Y, sobretodo, ¡no le abras la puerta a nadie! - le advertían al salir.
- No se preocupen. Tendré mucho cuidado - les prometía -.
Los meses pasaron y Blanca Nieves era cada vez más hermosa. Leía, bordaba y cantaba hermosas canciones. Algunas veces soñaba que se casaba con un apuesto príncipe.
Entretanto la malvada Reina convencida de que Blanca Nieves estaba muerta, había cesado de interrogar a su espejo mágico. Pero una mañana decidió consultarlo de nuevo.
- ¿Es verdad que yo soy la más hermosa del reino? - preguntó -.
- No, tu no eres la más hermosa, la más hermosa - respondió el espejo - es Blanca Nieves, sigue siendo la más hermosa del reino.
- ¡Pero Blanca Nieves está muerta! - No - contestó el espejo -. Está viva y habita con los siete enanitos del bosque.
La Reina encolerizada mandó buscar al cazador, pero éste se había marchado del palacio. Entonces empezó a pensar como haría para deshacerse ella misma de la joven de una vez por todas.
Blanca Nieves estaba preparando una tarta cuando una vieja aldeana se acercó a la casita. Era la malvada Reina disfrazada de mendiga.
- Veo que estás preparando una tarta de manzanas - dijo la anciana asomándose por la ventana de la cocina -.
- Sí - respondió nerviosamente Blanca Nieves -. Le ruego me disculpe pero no puedo hablar con extraños.
¡Tienes razón! - respondió la Reina -. Yo simplemente quisiera regalarte una manzana. Las vendo para vivir y quizás un día quieras comprar. Son deliciosas ya veras.
La Reina cortó un trozo de manzana y se lo llevó a la boca.
- ¿Ves hijita? Una manzana no puede hacerte ningún mal. ¡Disfrútala! Y se alejó lentamente.
Blanca Nieves no podía alejar sus ojos de la manzana. ¡No sólo parecía inofensiva, sino que se veía jugosa e irresistible!
No puede estar envenenada, la anciana comió un trozo, se dijo. La pobre Blanca Nieves se dejó engañar. ¡La malvada reina había envenenado la otra mitad de la manzana! Poco después de haber mordido la manzana, Blanca Nieves cayó desmayada y una muerte aparente hizo su efecto de inmediato. Allí se la encontraron los siete enanos
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